Con un brillante encanto y carisma, Miles Teller y Anya Taylor-Joy seducen la pantalla mientras un montón de ideas se cocinan en una película polomitera hábilmente realizada, pero demasiada tonta.
El abismo secreto (2025)
Puntuación: ★★½
Dirección: Scott Derrickson
Voces: Anya Taylor-Joy, Miles Teller, Sigourney Weaver y William Houston
Disponible en Apple TV
Scott Derrickson, conocido por su habilidad para fusionar el horror y el thriller con narrativas emocionales (Sinister, The Black Phone), regresa con El abismo secreto, un ambicioso proyecto de ciencia ficción y romance protagonizado por Anya Taylor-Joy y Miles Teller. La película, producida por Apple TV+, se presenta como un relato de amor en circunstancias extremas, donde dos agentes de élite, Drasa y Levi, son asignados a torres de vigilancia en lados opuestos de un desfiladero que oculta un misterioso mal. Su misión es proteger al mundo, pero también lidiar con su creciente conexión emocional a pesar de la distancia.
El concepto de El abismo secreto es por mucho intrigante y, en su primera mitad, el filme maneja bien el misterio que rodea la trama y los personajes. La tensión entre lo conocido y lo desconocido mantiene el interés del espectador, y la construcción de la relación entre Drasa y Levi a través de la distancia resulta atractiva en su planteamiento inicial.
Si bien la primera mitad se establece de manera efectiva, especialmente la tensión y el misterio, el segundo acto introduce giros narrativos que pueden sentirse abruptos y poco cohesionados. La transición del thriller de suspenso a la acción más frenética no es del todo fluida, lo que genera una cierta desconexión en lo construido.
Anya Taylor-Joy demuestra una vez más su capacidad para encarnar personajes complejos. Su interpretación de Drasa es matizada, oscilando entre la frialdad profesional de una agente de élite y la vulnerabilidad de una mujer atrapada en una situación extrema. Miles Teller, aunque convincente, no alcanza el mismo nivel de profundidad emocional, lo que hace que su química con Taylor-Joy sea efectiva pero no completamente electrizante. La aparición de Sigourney Weaver, aunque breve, aporta un toque de autoridad y experiencia que eleva las escenas en las que participa.
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A pesar de las fuertes actuaciones, el guion no profundiza lo suficiente en la psicología de los protagonistas. Se nos presentan como agentes de élite, pero sus motivaciones personales y su pasado son explorados de manera superficial. Esto afecta la credibilidad de su relación, que en ciertos momentos se siente forzada, sin la construcción emocional necesaria para justificar sus decisiones más drásticas.
El abismo secreto impacta visualmente gracias a la fotografía de Dan Laustsen (The Shape of Water), y la forma de mostrar la inmensidad del desfiladero, que se convierte en un personaje más, dotando a la película de una atmósfera claustrofóbica y majestuosa al mismo tiempo. La iluminación y el uso del color refuerzan la sensación de aislamiento y peligro inminente, un acierto que contribuye a la tensión narrativa.
En el apartado sonoro, la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross aporta una profundidad emocional que complementa la historia. Su composición minimalista pero inquietante enfatiza la soledad de los protagonistas y refuerza los momentos de acción con una musicalización que equilibra la melancolía y la urgencia.
Sin entrar en detalles de la trama, el clímax de la película apuesta por un desenlace que intenta ser emocionalmente impactante pero que carece del peso necesario para dejar una huella duradera. La falta de un cierre contundente a varios de los conflictos planteados deja una sensación de insatisfacción, como si la película no hubiera explotado por completo su potencial.