Un niño de clase media saca provecho de su privilegio durante la era de Regan en la película más suave y accesible del director James Gray.
FICM 2022 | Armageddon Time (2022)
Puntuación: ★★★½
Dirección: James Gray
Reparto: Anne Hathaway, Jeremy Strong, Michael Banks Repeta, Anthony Hopkins, Jaylin Webb y Jessica Chastain
Siguiendo nuestro camino durante el Festival de Cine de Morelia, tenemos lo nuevo del cineasta James Gray, que vuelve al cine después de aventurarse en la jungla con La ciudad perdida de Z, o explorar las insondables incógnitas del espacio profundo en Ad Astra, cintas de grandes presupuestos que abordaban los temas de la naturaleza humana desde una parte más oscura. Gray regresa al pavimento de sus raíces, que es la ciudad de Nueva York para una de sus obras más emocionalmente honestas con respecto a los momentos elementales de la vida, el amor, la pérdida y sobre todo la familia, el tema que tanto ha abordado en su filmografía.
Armageddon Time es una cinta íntima que se libera de los adornos que tan a menudo se utilizan para examinar la condición humana, por lo tanto, la película es mucho más discreta, más tranquila y más humanista, pero es un trabajo más fuerte, uno que busca explorar temas como las preocupaciones sobre la clase, la falacia del sueño americano y la lucha por mantener la ilusión ante la realidad, también es una mirada despiadadamente autocrítica sobre el privilegio, especialmente al privilegio blanco.
Ambientada en el sistema de educacional de la década de 1980 en Queens, Nueva York, uno de los escenarios favoritos de Gray, pero que no ha visitado en muchos años, la historia semiautobiográfica, pero ficticia, se centra en un joven Paul Graff (Banks Repeta) y su extensa familia de inmigrantes judíos de clase trabajadora, incluido su amado abuelo (Anthony Hopkins), el gentil y sabio patriarca de su familia.
Paul es un niño que sueña con ser artista, todo un soñador de primer nivel literalmente vive en las nubes, Paul lidia con muchos de los asuntos intrascendentes con los que luchan la mayoría de los estudiantes de sexto grado felizmente: hermanos molestos, padres autoritarios y sus intereses colectivos, ya sea en deportes, música, artes, o todo lo anterior. Durante el comienzo del año escolar, Paul entabla una amistad con el payaso de la clase, Johnny, un niño negro que repite el grado que sufre de racismo, incluso por parte de los profesores.
A medida que su amistad crece y los lazos se fortalecen, un incidente problemático de delito menor entre ellos asusta a sus padres, que ya estaban preocupados por el sistema escolar público superpoblado: Esther (Anne Hathaway) e Irving (Jeremy Strong), y pronto lo envían a una escuela privada de élite donde va el hermano mayor de Paul y su principal benefactor es Fred Trump.
Paul llega a su nueva escuela como un alienígena, las aulas son blancas, los prejuicios sociales saltan a la orden del día. El niño de pronto se encuentra en un punto de inflexión mientras protagoniza la posibilidad de perder a los que más ama, incluidos su mejor amigo.
Armageddon Time es una cinta discreta, pero nunca abruma. Nombrada en honor a la canción de Clash “Armagedion Time”, que en sí misma una versión de la famosa canción de reggae de Willie Williams que habla sobre el sufrimiento y las desigualdades, tanto el tema de la canción como su apropiación blanca de la cultura negra son temáticamente sólidos, ya que gran parte de la película parece ser una consideración madura, que su joven protagonista no logra comprender en su mundo ignorante y privilegiado en dicho momento.
Jessica Chastain aparece en un agradable cameo como Maryanne Trump dando un discurso a los estudiantes sobre el excepcionalismo estadounidense, pero está salpicado de nociones desagradables de una cultura en la que el mundo es tuyo y que claramente solo se ofrece a los ricos y acaudalados.
Todo el elenco ofrece un trabajo ejemplar, incluido el gran Anthony Hopkins como el afectuoso abuelo y que carga con ser hombre más moral de la película, pero sin dudas Jeremy Strong carga con uno de los personajes más complejos de la cinta, aquí interpreta al padre de Paul, que pese a que no entiende a su hijo, sabe lo que es la vida y lo dura que es, el actor carga un carisma en pantalla que es imposible no dejarlo de ver en pantalla, incluso en dos escenas opuestas, en una maltrata a su hijo cuando comete el delito que lo lleva a cambiar de escuela, y el otro, que es el más importante, cuando tiene un momento íntimo y maduro que lleva al personaje de Paul a comprender su vida.
Al final, la película más personal de Gray es un viaje conmovedor, que está llena de despedidas: para los abuelos sabios que apreciamos, para los amigos que seguramente se perdieron en el tiempo y especialmente a la inocencia de una juventud que nunca termina.