Cate Blanchett interpreta a una cazarrecompensas intergaláctica en la adaptación tremendamente plana, aburrida y básica del videojuego por parte de Eli Roth.
Borderlands (2024)
Puntuación: ★
Dirección: Eli Roth
Reparto: Cate Blanchett, Kevin Hart, Jack Black, Ariana Greenblatt, Florian Munteanu, Gina Gershon y Jamie Lee Curtis
Estreno en cines
En el mundo del cine hemos aprendido que hay espectadores a los que les importa la trama y el contenido, como a otros que solo les entretenga un rato una película; un aspecto que se puede trasladar al mundo de los videojuegos, donde un jugador se deja llevar por la historia, pero otros simplemente les gusta pasar el rato recargando sus armas de batalla; y puede ser ese aspecto que muchos se dejen llevar al ver la adaptación del juego de Borderlands al cine.
Antes de seguir escribiendo esta reseña, creo que es justo y atinado decir que yo nunca he jugado el juego, por lo cual analizar el filme contra el juego no sería correcto; pero si vemos el paquete de entrada, cuando se anunció este proyecto, parecía que íbamos a tener una adaptación sin pretensiones y sorprendentemente estelar por parte de Eli Roth, debido a que su reparto sería encabezado por Cate Blanchett (sí, esa Cate Blanchett ganadora de dos Oscar), como la cazarrecompensas intergaláctica, cuyo personaje es el que narra la historia de este universo.
Borderlands (la película) es un intento alocado y sin complicaciones (como se podría esperar del director de Hostel y Cabin Fever) que narra las aventuras de una despiadada cazarrecompensas llamada Lilith (creo que Blanchett se está divirtiendo, pero ¿quién puede saberlo?) que es contratada por un poderoso empresario (Édgar Ramírez, totalmente desaprovechado) para recuperar a su hija desaparecida que se encuentra en un planeta inhóspito llamado Pandora, tierra natal de nuestra protagonista. Apenas ha llegado Lilith a dicho territorio, un robot llamado Claptrap (con la voz de Jack Black) se le junta (a veces lo mejor de la película, pero a menudo simplemente irritante), junto con un grupo de personajes irreverentes: Roland (Kevin Hart, peor que nunca) y Krieg (Florian Munteanu), que solo están aquí para disparar armas, patear cosas y gritar mucho.
El problema de Borderlands es su trama poco desarrollada, pero decir que tiene una trama ligera sería como decir que Modern Times de Charlie Chaplin tiene diálogos. Sobra decir que el filme tiene un ritmo bastante movido debido a sus escenas de acción que van saltando de un escenario a otro sin mucho énfasis, las coreografías están bien filmadas con efectos especiales adecuados, aunque en algunos planos se nota mucho el CGI haciendo que la cinta cargue un aspecto artificial.
Es tonto decir, pero tenemos que decirlo, que lo mejor del filme es Blanchett y la siempre confiable Jamie Lee Curtis, en el papel de una científica, ambas actúan más allá de lo que se espera de ellas, sacando gracia en un guion que no lo tiene.
Borderlands es una película sin chispa, ni carisma. A pesar de toda su acción, hay una sensación extrañamente sin vida y exagerada en todo el asunto, y se encuentra a un nivel igual o peor a la infame Suicide Squad (2016), donde ambas películas tenían todo un potencial para ser filmes interesantes, con personajes complejos y una factura técnica para volar la imaginación, pero como el filme de David Ayer, la cinta de Eli Roth es tremendamente plana, aburrida y básica.