Casa en llamas, lo nuevo de Dani de la Orden, es un filme que mezcla la comedia y el drama mientras aborda un relato sobre las complejas relaciones familiares, todo sostenido por un reparto en estado de gracia.
Casa en llamas (2024)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Dani de la Orden
Reparto: Emma Vilarasau, Enric Auquer, Maria Rodríguez Soto, Macarena García, Clara Segura y Alberto San Juan
Disponible en Netflix
Casa en llamas, lo nuevo de Dani de la Orden, es mezcla de comedia y drama en un relato sobre las complejas relaciones familiares y los desafíos de madurar emocionalmente. La trama sigue a Montse, quien, tras un largo tiempo esperando reunir a su familia, los invita a pasar un último fin de semana en su casa de Cadaqués antes de venderla. Sin embargo, el ambiente pronto se torna tenso cuando las personalidades y pasados de cada miembro revelan un complejo abanico de resentimientos y desacuerdos.
El relato es una mezcla entre comedia y drama, caracterizada por un tono que recuerda a las mejores obras de teatro familiar: diálogos rápidos, tensiones latentes, y un enfoque íntimo en la psicología de los personajes. La película busca capturar los conflictos cotidianos, especialmente la incomunicación y las expectativas no satisfechas en una familia de clase burguesa. Montse, interpretada por Emma Vilarasau, se convierte en el motor emocional de la historia, personificando el deseo de armonía y la nostalgia por un tiempo pasado idealizado. La narrativa, aunque a menudo cómica, tiene una carga de crítica hacia las relaciones familiares y el amor, explorando el dolor de una maternidad que enfrenta el síndrome del nido vacío.
Dani de la Orden utiliza su dirección para reforzar los matices emocionales de la historia. A través de tomas en planos cerrados y el aprovechamiento de la luz natural, especialmente en los exteriores de Cadaqués, el director crea un entorno visual que combina la serenidad y el caos familiar. La dirección permite que cada actor explore a fondo sus personajes, aportando un ritmo que equilibra los momentos de comedia con otros más reflexivos, sin que el tono se incline completamente hacia un género u otro. La cinematografía, con sus tomas detalladas de los escenarios y la belleza natural de la Costa Brava, contribuye a dar profundidad a la historia y al sentimiento de fin de una era para la familia.
El reparto es sin dudas el punto más fuerte de la película, con Emma Vilarasau a la cabeza. Su actuación capta la vulnerabilidad y la tenacidad de una madre que quiere sostener una idea de familia ideal a pesar de las tensiones. Alberto San Juan, en el papel del exmarido, aporta un contraste eficaz a Montse, con una interpretación llena de ironía que al mismo tiempo denota su propia complejidad emocional. Los hijos, interpretados por Enric Auquer y Maria Rodríguez Soto, representan cada uno las heridas y expectativas que los lazos familiares han dejado en ellos, reflejando los efectos de una crianza marcada por el amor y la incomunicación.
La película reflexiona de manera inteligente temas como la pérdida, la madurez emocional, y la dificultad de establecer límites entre los miembros de una familia. A través de una estructura que se centra en el momento presente, la narrativa permite ver los momentos de fricción familiar y el crecimiento emocional en tiempo real. Haciendo, que Casa en llamas se convierta en una especie de examen de conciencia sobre cómo los conflictos internos afectan nuestras relaciones más cercanas y, en última instancia, ofrece una mirada esperanzadora, sugiriendo que el crecimiento personal es posible incluso en situaciones difíciles.