Chevalier es una obra magnética, una ficción histórica que pese caer en algunos tópicos se eleva más allá de lo convencional para ofrecer un drama memorable sobre la vida de su protagonista.
Chevalier (2022)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Stephen Williams
Reparto: Kelvin Harrison Jr., Samara Weaving, Lucy Boynton, Minnie Driver, Alec Newman, Alex Fitzalan, Jim High y Ronke Adekoluejo
Disponible: Estreno en cines
Kelvin Harrison Jr. es sin dudas algunas, una de las promesas más interesantes del cine, sus trabajos anteriores como Luce o Waves demostraron su capacidad de entrega, pero en Chevalier del director Stephen Williams, el actor es más que excelente. Como el personaje principal, Harrison logra darnos una nueva faceta de su rango actoral, al lograr transmitir todas las emociones por las que viaja su personaje; aquí el actor interpreta al violinista y compositor Joseph Bologne, pero lo hace de una manera tan magnética que eleva a la película biográfica convencional.
Pero siendo muy sincero, la cinta no solo funciona por el trabajo de Harrison, si no la forma en que su director narra los eventos del personaje, por ejemplo: la escena inicial es una de las mejores de los últimos tiempos. Joseph Bologne (Kelvin Harrison Jr.), el hijo ilegítimo del dueño de una plantación francesa en Guadalupe y la esclava, hace acto de presencia en un concierto donde eclipsa a Mozart, tocando el violín tan bien que recibe un estruendoso aplauso, pero dicha escena te dice mucho, del personaje, del entorno de este y como se veía a las personas negras en ese momento (no muy lejos de los tiempos modernos), el otro aspecto que destaca aquí, es la forma en como la cámara sigue los movimientos de Bologne a la hora de tocar el violín, detalle que se vuelve parte del personaje en toda la película.
Chevalier luego lleva al espectador a la infancia de Joseph cuando, a la edad de siete años, su padre lo deja en una academia francesa, quien creía que su talento para el violín era tan asombroso que no debería desperdiciarse. Los primeros años de vida del chico son duros y lucha por ser aceptado por sus compañeros de clase blancos debido al evidente racismo, detalle que genera mucho desdén. A medida que crece, Joseph gana un amigo, llamado Philippe (Alex Fitzalan) que tiene varias ideas modernas para Francia, luego logra una audiencia con el rey Luis XVI y la reina María Antonieta (Lucy Boynton), quien lo llama el Caballero de Saint-Georges. Finalmente se hace amigo de María Antonieta y, cuando se postula para un puesto para dirigir la ópera de París, Joseph se une a Madame de Genlis (Sian Clifford) y a la cantante Marie-Josephine (Samara Weaving), con quien comienza una aventura, para producir una ópera y así demostrar que es el hombre adecuado para el trabajo.
Por supuesto, Joseph debe navegar por los espacios racistas que podrían alejarlo de esa posición, pero lo curioso de esos detalles, es que la cinta tiene como telón de fondo el ascenso de la Revolución Francesa, que hace todavía más brillante al filme. Chevalier es un filme eficaz en su ejecución, sabe aumentar la tensión creciente entre Joseph y aquellos que se hacen pasar por aliados mientras muestra su brillantez como compositor y violinista.
La historia de amor entre Joseph y Marie-Josephine es central en la historia de Chevalier, especialmente porque revela los puntos ciegos del compositor en la alta sociedad. A lo largo de la película, Joseph, que ha trabajado muy duro para mantener su lugar entre la nobleza de Francia, debe aprender en quién confiar, pero cuando su madre regresa, su identidad se tambalea, ya que logra comprender quien es y como lo ven los demás, incluso el filme te muestra un poco como vivían las personas negras en la Francia de María Antonieta.
Según medios históricos, la vida de Bologne no es muy clara, ya que muchos de sus registros se perdieron con el tiempo, pero los guionistas aprovechan al máximo lo que se conoce y llenan los espacios en blanco de lo que no se conoce con algunos adornos dramáticos, eso sí, el filme se toma varias libertades para ayudar a elevar al material.
Si hay algo que destaca en el filme, es su cuidada puesta en escena que va desde los fenomenales diseños de vestuario de Oliver García hasta la conmovedora y tentadora partitura musical de Kris Bowers, que juega bastante con la música original del compositor. Todo ese conjunto se eleva con la fotografía de Jess Hall, que hace elevar todo el aspecto visual, dándonos varias imágenes que quedan en la memoria del espectador.
Creo que hay que hacer una mención a Lucy Boynton como María Antonieta, que también brilla, ya que logra ofrecer una versión del histórico personaje, que ha sido llevado a la pantalla grande en muchas ocasiones; aquí la actriz juega muy bien con las emociones de la reina, una que tiene que lidiar con su cariño hacia su amigo, con lo que dicta la Versalles y su espíritu mezquino, sin contar que su reinado esta juego.
El filme teje narrativamente el conflicto interpersonal del personaje, que es una búsqueda interna de identidad en un panorama político en constante cambio, revolución, un enfrentamiento dramático, romance y mucho más. Puede que no siempre preste suficiente atención a todo lo que intenta abordar en cuanto a la historia, pero la dirección y el guion logran unir correctamente en el acto final de la película, dándonos un resultado cautivador y conmovedor.