Una pieza de ciencia ficción suficientemente atractiva, y al mismo tiempo un thriller sólido y entretenido sobre dos familias que se ven obligadas a vivir juntas mientras la civilización se derrumba a su alrededor, cuyos puntos altos es que logra sostener en todo momento sus reflexiones.
Dejar el mundo atrás (2023)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Sam Esmail
Reparto: Julia Roberts, Mahershala Ali, Ethan Hawke, Myha’la y Kevin Bacon
**Vista en screening** Estreno en Netflix 08 de diciembre
Con un estilo hitchcockiano, el nuevo largometraje del guionista y director Sam Esmail es un thriller seguro y entretenido sobre dos familias obligadas a vivir juntas en medio de la nada mientras la civilización se derrumba a su alrededor. Dejar el mundo atrás es una adaptación de la novela de Rumaan Alam de 2020 que se destaca gracias a sus excelentes actuaciones y su lenta y soberbia escalada de tensión. Destacado por un giro imponente de Julia Roberts, quien anteriormente trabajó con Esmail en la serie Homecoming, pero realmente el filme destaca por sus reflexiones sobre la impotencia que muchos enfrentan a los peligros invisibles de la vida.
Roberts y Hawke interpretan a Amanda y Clay, una pareja acomodada de Brooklyn con dos hijos adolescentes; ella es una ejecutiva de publicidad cínica, él es un relajado profesor universitario de humanidades. Por capricho, deciden tomarse una lujosa escapada de fin de semana en una lujosa mansión en las afueras de la ciudad. Pero las cosas se ponen raras; afuera hay tormentas, problemas con la señal del teléfono y el wifi y presencian algo muy perturbador en la playa. Esa noche, dos desconocidos aparecen en la puerta (un hombre elegante y sofisticado y su hija universitaria, muy bien interpretada por Mahershala Ali y Myha’la Herrold) con una explicación muy plausible de quiénes son y por qué Amanda y Clay deberían dejarlo entrar. Bueno, sobra decir que a partir de aquí las cosas van terriblemente mal.
Mejor conocido por su serie de ciencia ficción ganadora de un Emmy Mr. Robot, Esmail sabe como conectar con tensión la elegante paranoia en Dejar el mundo atrás, insinuando constantemente que una amenaza invisible aguarda a Amanda y su familia. ¿GH y Ruth no son GH y Ruth quienes dicen ser? ¿Por qué siguen apareciendo ciervos en el patio trasero, mirando inquietantemente la casa? ¿Por qué su televisión, radio o teléfonos móviles no captan señal? Esas preguntas solo llevan a más, mientras Esmail y el director de fotografía Tod Campbell aumentan el suspense, a veces colocando la cámara sobre las cabezas de los personajes, apuntando directamente hacia abajo, como una deidad despiadada que observa a los protagonistas luchar con su ansiedad a medida que se vuelve cada vez más claro que hay algo más y el juego ira creciendo.
Roberts impresiona como una esposa y madre inquebrantable que hace mucho tiempo se convirtió en la persona asertiva en su matrimonio. Hawke es graciosamente ineficaz, lo que convierte a Clay en un macho beta amable pero débil. GH demuestra ser un adversario digno (a menos, por supuesto, que realmente no quiera hacer daño) y Ali constantemente hace que el personaje sea encantador y opaco en igual medida, especialmente en como gesticula sus gestos y miradas, haciendo que el espectador nunca sepa con seguridad que pensar de él.
A medida que la catástrofe se intensifica, la música ambiental de horror inminente de la película se vuelve gradual y continuamente más fuerte, sin llegar nunca a un clímax de miedo, o que se sienta como que estorba, o que subraya la escena.
Sin dudas lo mejor del filme es la forma en que Esmail garantiza que los personajes reaccionen de manera inteligente e identificable ante una situación cada vez más desgarradora e incierta. Es verdad, que el filme no presenta el nivel de espectáculo de un thriller apocalíptico de mayor presupuesto, pero cuando la película revela sus sorprendentes revelaciones sobre lo que realmente está sucediendo en el mundo fuera de la casa, las ejecuta de manera apasionante, y sorprendente.
Dejar el mundo atrás, es un filme que puede generar mucha conversación, especialmente cuando llegamos al clímax, ya que cuando estamos ahí genera un poco de risas, aunque es justo decir que el filme nos han conducido hacia allí desde que inicia la película, aunque dicho acto es un poco prolongado, y deshace parte del temor construido. Aun así, Esmail nunca recurre a giros tontos, sino que ofrece una explicación que pretenda ser anticlimática.