Una nueva aventura vuelve a unir al todopoderoso Kong y al temible Godzilla contra una colosal amenaza desconocida escondida dentro de nuestro mundo.
Godzilla y Kong: El Nuevo Imperio (2024)
Puntuación: ★★½
Dirección: Adam Wingard
Reparto: Rebecca Hall, Brian Tyree Henry, Dan Stevens, Kaylee Hottle, Alex Ferns y Fala Chen.
Disponible: Estreno en cines
Los fans del famoso kaiju llamado Godzilla deben estar viviendo su mejor momento; por un lado, tuvieron la magnífica Godzilla Minus One de Takeshi Yamazaki, convirtiéndose en la primera película en idioma no inglés en ganar un Premio de la Academia a los Mejores Efectos Visuales, de paso haciendo que sea el primer Oscar para una película de Godzilla. Entonces, como si eso no fuera suficiente, ahora a las salas de cines nos llega Godzilla y Kong: El Nuevo Imperio.
Siguiendo cronológicamente los eventos de Godzilla vs. Kong (2021), y la quinta película en general de la franquicia MonsterVerse que comenzó con Godzilla (2014), comienza con Godzilla abriéndose camino felizmente entre titanes rivales en la superficie mientras Kong continúa buscando a su familia en los reinos subterráneos de la Tierra Hueca. Sin embargo, cuando la Dra. Ilene Andrews (Rebecca Hall) y su intuitiva hija adoptiva Jia (Kaylee Hottle) detectan señales extrañas del inframundo, surge una nueva amenaza. El escenario está preparado para formar un equipo, viejos enemigos que se convierten en aliados, familias encontradas y muchas peleas de monos contra lagartos gigantes.
Realmente la cinta es lo que es, y no pretende ser eso. El público disfrutará de las persecuciones entre criaturas generadas por computadora, que eso incluye una pelea entre Godzilla y el titán araña, de paso un mono con dolor de muelas, hasta llegar al evento esperado, que es ver como estos dos titanes se unen para enfrentar una nueva amenaza.
Es cierto que hay ocasiones en las que es difícil saber qué está pasando, especialmente porque la trama dura en llegar al punto, da muchas vueltas, o simplemente el poder del guion cargado de conveniencias están al servicio. De hecho, la segunda mitad de la película presenta una serie de momentos deus ex machina, desde brazos mecánicos hasta cameos de criaturas, que simplemente no tienes más remedio que seguir adelante.
Lo que falta aquí es una trama humana decente. Sí, hay algunos personajes que regresan y los vemos gradualmente en el transcurso de 115 minutos. Sin embargo, las mejores películas de monstruos nos los deja fuera de la ecuación, los integra hábilmente al desarrollo, pero aquí son un simple adorno que anda dando vueltas. Por otro lado, la cinta vuelve a mirar hacia otro lado en los temas sobre el trauma y la pérdida provocados por la devastación que provocan las batallas de estos seres.
Eso sí, la cinta nos regala varios momentos tremendos cuando vamos viendo como varios monumentos icónicos son derrumbados en todo el mundo sin inmutarse, como cuando observamos como una de las pirámides de Giza es aplastada, o el collage cultural de varios pueblos de las Primeras Naciones, es simplemente más harina para el molino. O como Godzilla toma el Coliseo Romano como su lugar para dormir.
Entre los muchos nuevos monstruos que vemos aquí, está la aparición de nuevos Kongs, que sea dicho de paso hay un momento donde la cinta se vuelve algo casi como El Planeta de los Simios, esto hablando de esa escena en concreto y la forma del uso del CGI. Aportando a ese tema, sabiendo los problemas que enfrenta la industria de Hollywood, hay varios planos que son espectaculares, como cuando vemos a Godzilla absorber un reactor nuclear, pero en otros el uso de los efectos se ven terribles, como la secuencia culminante en Río de Janeiro.