David Zonana coloca el dedo en la llaga con un filme crudo y duro sobre la normalización de la violencia en México, lejos de caer en el retrato previsible o panfletario, lo hace desde la mirada de un instituto como es el ejército, primeros en construir esa violencia perpetúa, y para hacerlo tiene cuestionar e incomodar.
Heroico (2023)
Puntuación: ★★★½
Dirección: David Zonana
Reparto: Santiago Sandoval, Mónica del Carmen, Fernando Cuautle, Esteban Caicedo, Carlos Gerardo García y Isabel Yudice
Disponible: VOD Google Play
David Zonana crea un filme que busca explorar la normalización del concepto de la violencia, especialmente en la sociedad mexicana, y para hacerlo vuelca su mirada a lo interno del Heroico Colegio Militar del país, donde Luis (Santiago Sandoval), de 18 años, y un grupo de compañeros comienzan su programa de entrenamiento para ser oficiales, al instante todos se verán envueltos en la cultura académica, con crueldad y humillación tan casuales entre los alumnos como una conversación al ver un video violento en internet. El segundo largometraje de David Zonana es una propuesta cruda, austera que arroja una luz sobre la normalización de la violencia en México y sobre la naturaleza cíclica que la perpetúa.
Heroico, además trata sobre los desequilibrios de poder y la riqueza en México que empujan a los pobres a entornos laborales de explotación, haciendo una proximidad a lo que el poder puede –y casi inevitablemente hace– corromper. No es exactamente algo revelador y lo hemos visto en muchas películas de este tipo, pero el manejo de los temas por parte de Zonana es bastante punzante y muy seguro de lo que quiere cuestionar y mostrar en el filme.
Zonana retrata con frialdad el panorama despiadado del entrenamiento militar mexicano que recibe Luis y sus compañeros, situación que muchos tienen que aguantarse debido a que cuyo salario militar viene con un seguro médico, y en el caso de Luis le ayuda a cuidar a su madre diabética que tiene la enfermedad muy avanzada.
Luis también tiene buena habilidad como tirador (su padre soldado le enseñó a disparar antes de desaparecer de su vida) le granjea el favor del sargento Eugenio Sierra (Fernando Cuautle), el sociópata sonriente que le dice a su división que “las golpizas harán eres más fuerte”. Sierra recluta a Luis para una misión especial, que, según él, está autorizada por los superiores, pero parece sospechosamente un matón organizado. Y el sargento no oculta su trato preferencial, sacando a Luis de las filas antes de que el resto de los reclutas se sometan a un ritual de novatadas. Pero mientras Luis escapa de la brutalidad física sufrida por el resto de sus compañeros, este no puede escapar de la violencia mental de Sierra y los otros sargentos, quienes miran videos de tortura en sus teléfonos para divertirse.
Zonana crea varios momentos oníricos para indagar en las emociones y la identidad de Luis, esto lo hace con imágenes de guerreros aztecas; un águila visita sus sueños o el patio de armas está bordeado por imponentes estatuas de inspiración azteca.
Cada vez más demacrado y angustiado, Luis lucha con la presión de observar el acoso sin intervenir, lo que lo lleva a tomar algunas decisiones que incluso lo ponen todavía más en peligro; para elevar esos momentos el director lo marca con varios travellings lentos a través del instituto, o construyendo ciertas tensiones íntimas entre los personajes, todo adornado con una partitura de Erik Clauss casi siniestra que ayuda a elevar la fuerte toxicidad masculina que recorre los pasillos del instituto militar.