Lo nuevo de Panah Panahi es una pequeña y misteriosa obra, tomando los elementos de las road movies y llevándolos a lugares donde el corazón de los espectadores reirá y llorará en partes iguales.
CRFIC 2022 | Hit the Road (2021)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Panah Panahi
Reparto: Hassan Madjooni, Pantea Panahiha, Rayan Sarlak, Amin Simiar
Uno de los subgéneros que más me atrae es el “road trip movie”, debido a que el concepto del viaje entre personajes en apariencia distintos, da muchas oportunidades para desarrollar una historia convincente, tanto en filmes como en series o hasta videojuegos. En “Hit The Road”, Panah Panahi toma estas ideas y les da un giro satisfactorio, salpicado de una comedia enternecedora, dentro del dramatismo vivido por una familia iraní, que según avanza en su recorrido va descubriendo el verdadero estado del país.
De entrada, queda claro que la forma y el estilo de esta peculiar historia son los elementos que tendrán más fuerza durante su metraje. Es poco común que un debut cuente con una apuesta visual y narrativa tan consolidada, ya que ciertos valores como el uso de los tiempos y la naturaleza para contar la historia están muy bien plasmados. Desde el aburrimiento de un niño en el asiento trasero del auto hasta las conversaciones, en apariencia triviales, de los adultos, resultan llamativas para la audiencia, lo que refleja un buen trabajo en la guionización de estos momentos.
Se dice que relato es poco convencional o diferente ya que apuesta por nunca dejar en claro el objetivo de la familia, al alejarse con tomas abiertas o generar angustia en los momentos más duros, sin necesidad de incluir un montaje caótico con drones o “shaky cam”, sino más bien regalándonos secuencias violentas pero realistas, todo esto mientras el inocente niño carece de un contexto claro de los eventos que suceden a su alrededor.
Otra palabra que se adapta perfectamente a esta película es “genuino”, ya que en varias escenas el calor humano entre los personajes es tan conmovedor como realista. Las tomas largas y sostenidas de espacios interiores ayudan a reforzar esta sensación, dejando al espectador en una encrucijada, en donde queremos que, sea cual sea su meta o finalidad, sea alcanzada dentro los límites que nos impone este bello filme, sorprendente y que rebasó mis expectativas.
En el futuro, cualquier proyecto de Panah Panahi merecerá atención internacional, no es normal que en una ópera prima se reflejen tantos valores estéticos y argumentales, donde la profunda naturalidad del relato va de la mano con una coherencia narrativa, coronada con un buen final. Estamos ante un cineasta joven, emocionante y prometedor.