Olivia Colman brilla y salva lo nuevo de Sam Mendes, cuya película busca conmover en todo momento mientras habla de amor, la vida y el amor al cine.
FICM 2022 | Imperio de Luz (2022)
Puntuación: ★★★
Dirección: Sam Mendes
Reparto: Olivia Colman, Micheal Ward, Colin Firth, Toby Jones, Tanya Moodie, Crystal Clarke yTom Brooke
Sam Mendes se une al círculo actual de crear cintas que hablen sobre su vida o busquen crear una carta sobre lo que para ellos es el amor al cine; filmes cada vez más frecuentes. Imperio de Luz es una cinta que se tambalea entre la sensiblería y la crítica social, dos argumentos que no terminan de funcionar de la mejor forma, además que la nota melancólica y agridulce, termina generando un vacío en la trama.
Sam Mendes, toma la partida como escritor y director, con un drama bastante conmovedor y bellamente interpretado, que habla sobre el amor, la vida y el frágil arte de ir al cine, protagonizado por una inmensa Olivia Colman y una fotografía hermosa de Roger Deakins, siendo los dos mejores puntos de la cinta.
Esta película carga algo de ternura y tristeza al más puro estilo de The Smallest Show on Earth, Cinema Paradiso o The Last Picture Show, pero lejos de la calidad de las obras mencionadas. Mendes aporta su propio y distintivo sentido del drama personal, uno que intenta justificar las emociones de los personajes, pero que no termina de fluir con puntos de la historia que se van por el plano social.
La cinta sigue a Colman como Hilary, una gerente de un cine llamado Empire en el paseo marítimo de Margate en 1981 mientras Gran Bretaña, el desempleo y el racismo generalizado viven un crecimiento en la nación. Hilary es concienzuda, con verdadera dedicación a su trabajo: venta de boletos, verificación de recibos, limpieza del auditorio después del espectáculo. Las personas que trabajan en el Empire son una especie de familia con un gerente gruñón y pomposo, el Sr. Ellis (Colin Firth), el proyeccionista dedicado Norman (Toby Jones) y los asistentes Neil (Tom Brooke) y Janine (Hannah Onslow). Pero Hilary, que vive sola y que tiene un tratamiento por una crisis nerviosa que tuvo el año anterior, se está hundiendo cada vez más en la infelicidad. Empeorado por su relación tóxica con un hombre casado.
Hilary tiene un conocimiento sombrío del propio edificio del cine, cuyos pasillos deambulan. El Empire ha tenido que cerrar dos de sus cuatro pantallas y todo el bar de arriba debido a la caída de los ingresos de taquilla: Hilary es una de las pocas personas que conocen esta cámara de vacío secreta e infestada de palomas.
El cine contrata a un nuevo vendedor de boletos: Stephen (interpretado con simpatía y franqueza por Micheal Ward), un joven negro que tiene una conexión instantánea con Hilary: su relación florece, pero la naturaleza de la tristeza de Hilary se eleva de manera alarmante, que la lleva a vivir otra crisis.
La tristeza, el romance y los sueños son retratados con mucha delicadeza a través de las imágenes maravillosas de Deakins, especialmente las que van reflejando las películas que proyectan en el Empire, hay un momento mágico, uno cuando Hilary se sienta a ver una de ellas, cada plano de esa escena es magia, el rostro de Olivia se ilumina por las luces del proyector, y es el momento donde el personaje de Hilary tiene un destello de felicidad.
Imperio de Luz es una película dulce, conmovedora que busca hablar de la vida, el amor y el cine, pero no termina de encontrar un balance cuando se coloca en la crítica social, pero ver a Oliva Colman siempre es un deleite y eso vale demasiado.