Con un reparto irresistible encabezado por Nicole Kidman y dirigida por Susanne Bier, esta nueva miniserie es un drama policial elegante ambientado en una elegante boda, cuyo misterio atrapa, pero termina siendo predecible.
Siguiendo la moda de series elegantes basadas en un misterio de gente rica y guapa, moda que nació con el drama Big Little Lies y tenido un éxito en los últimos años con The White Lotus nos llega otra propuesta bajo esas mismas líneas igualmente protagonizada por Nicole Kidman, La Pareja Perfecta, que además de Big Little Lies trabajó en otras dos series bajo ese mismo estilo que fueron The Undoing y Nine Perfect Strangers.
La Pareja Perfecta es una miniserie que carga con una hermosa vista, y tiene como epicentro una mansión de unas 200 habitaciones con vista al mar; un lugar repleto de lujos, donde todos sus habitantes usan prendas de cachemira mientras caminan en una costa de arena dorada. Pero bajo esa hermosa idealización ocurre un asesinato donde todos los presentes tenían un motivo para llevarlo a cabo, ¿y mencioné que todos los involucrados son gente guapa?
La pareja perfecta cuyo título viene de la exitosa novelista romántica de Elin Hilderbrand, seguimos la vida de la pareja casada durante 29 años Greer Garrison Winbury (Kidman) y Tag (Liev Schreiber), cuya relación perfecta se ha plasmado en los libros que escribe Greer, pero toda apariencia de perfección realmente no es lo que ocurre fuera del ojo público. Estos tienen tres hijos – Thomas (Jack Reynor), Benji (Billy Howle) y el joven Will (Sam Nivola). Donde cada uno de ellos será clave para el juego de ajedrez que vemos en pantalla.
Benji se va a casar con Amelia (Eve Hewson), a quien ama con locura, a pesar de que ella se crio sin ver el mar y sin usar prendas de cachemira. Greer está furiosa por esto y se desquita con todos de la forma más anglosajona posible: organizando la boda perfecta para la pareja, admirando la canasta de frutas que los padres de Amelia traen como regalo y atacando a la novia a sus espaldas en cada oportunidad.
A este pequeño grupo se suma la dama de honor, Merritt Monaco (Meghann Fahy), una dama de honor que siempre está de en modo celular y carga un brazalete de 18.000 dólares que Tag le compró porque son amantes, y su esposa claramente se ha dado cuenta de esto.
Dentro de la familia vamos a conocer a otro miembro, la esposa de embarazada de Thomas, Abby (Dakota Fanning, que se lo pasa de maravilla como nunca); también hay que mencionar que en el reparto está la fabulosa Isabelle Adjani, que es una amiga de la familia desde hace mucho tiempo, y que está teniendo un romance con Thomas. En el juego de la casa destaca el organizador de bodas, Roger (Tim Bagley), profundamente cautivado por el glamour de sus patrones. Así con todo esto en el tablero, el escenario está listo para que lo pasemos ridículamente bien mientras vemos como se desarrollan los conflictos.
Una vez que comienza la investigación policial, queda claro quién es la estrella del espectáculo: ni Kidman ni la mansión, ni siquiera los hijos guapos, sino Donna Lynne Champlin como la detective Nikki Henry. ¡Menuda actuación! Cada pensamiento que la detective tiene sobre estas personas horribles se refleja eficazmente en su rostro, aunque nunca durante el tiempo suficiente como para poner en peligro el caso, por mucho que critique al jefe de policía local, Dan (Michael Beach), por tratar de ganarse la confianza de la familia que financia las actividades de la comunidad.
La pareja perfecta tiene todos los ingredientes para ser un guilty pleasure. El carrusel de sospechosos gira y las revelaciones se ven venir a kilómetros, pero eso no quita que sea entretenida y disfrutona, los seis episodios se pueden ver de un tirón. El misterio está bien planteado, pero los temas que trata como el uso del poder y el dinero que corrompe, así como la conciencia de clase, no están bien desarrollados, todo es muy superficial, cosa que otras series como The White Lotus saca brillo.