Un tanto aburrida y poco sutil, la película de Zia Anger sobre una cineasta se salva de la autocomplacencia gracias a su humor astuto que le impregna una entregada Odessa Young.
Mi primera película (2024)
Puntuación: ★★★
Dirección: Zia Anger
Reparto: Odessa Young, Eamon Farren, Philip Ettinger y Eleonore Hendricks
Disponible: MUBI
La estrella de cine en ascenso Odessa Young aporta la dosis justa de espontaneidad, exuberancia juvenil y carisma para evitar que este filme de la cineasta Zia Anger termine cayendo en el barranco de las pretensiones al contar las peripecias hiperdimensionales sobre las experiencias cinematográficas de ella misma, cosa que en ocasiones termina siendo insoportablemente autocomplaciente. Aunque, debemos mencionar que Zia Anger tiene buenos instintos de dirección al lograr seleccionar a sus actores, ya que todos funcionan muy bien en este pequeño proyecto.
Young interpreta a Vita, una joven que quiere hacer una película que sea más o menos sobre ella misma, aunque en su voz en off sigue resaltando las diferencias entre su historia real y la ficción que está creando. La Vita “real” tiene dos madres, una pareja que concibió a Vita con la ayuda de un amigo gay; además, ya adulta, Vita ha tenido dos abortos. En la película que está haciendo, protagonizada por su amiga Dina (Devon Ross), el personaje basado en Vita ha tenido un solo aborto y tiene una sola madre que ha desaparecido.
Vita y Dina trabajan con un equipo pequeño en que la gran mayoría son chicos inexpertos y a menudo se la pasan fumando yerba, al mismo tiempo que hacen lo justo para rodar la película. El rodaje sale mal, ya que van ocurriendo una serie de accidentes casi fatales que conducen a una noche de borrachera que se sale de control hasta tal punto que un miembro del reparto se marcha destrozado y se estrella con su camión contra un poste de telégrafo.
La sutileza no es el fuerte en el filme, ya queda muy claro todos los mensajes que su directora quiere decirnos, especialmente los paralelismos que establece entre el embarazo y la creación artística, y todas las dificultades que puede tener el crear algo creativo. Ciertamente estos puntos se ayudan con la edición resbaladiza y las diferentes texturas con las que juega la cineasta.