Michael Fassbender interpreta a un entrenador que intenta salvar al equipo de Samoa Americana en un mediocre film dirigido por Taika Waititi basado en hechos reales.
FICM 2023 | Next Goal Wins (2023)
Puntuación: ★★
Dirección: Taika Waititi
Reparto: Michael Fassbender, Elisabeth Moss, Rhys Darby, Rachel House y Taika Waititi
Taika Waititi es sin dudas uno de los cineastas más sobrevalorados de los últimos años, su trabajo como director es más que cuestionable, su éxito con su sátira sobre la Segunda Guerra Mundial Jojo Rabbit, se puede interpretar como una simple suerte, ya que su nuevo trabajo como director, la largamente retrasada, Next Goal Wins, realmente no aporta mucho, además que cae en muchos lugares comunes, y la forma en que trata la historia de estas personas se siente muy banal.
Pero si bien en el pase del filme en El Festival de Cine de Morelia generó carcajadas de aprobación de una audiencia fácilmente manipulable, es dudoso que su último filme pueda emular siquiera una fracción del éxito de Jojo Rabbit. Lo sorprendente aquí, es que el filme se hace aburrido, pese a estar contando una historia interesante, pero el filme la hace poco interesante. Waititi se inspiró en un documental de 2014 del mismo nombre, este detalla el improbable ascenso de la infamia a un mínimo de fama del equipo de fútbol de Samoa Americana, después de la peor derrota vista en la historia de la Copa del Mundo, sufriendo una masacre de 31-0 contra Australia en 2001; el ex jugador profesional Thomas Rongen, interpretado aquí por lo mejor de la película, Michael Fassbender, es contratado para sacarlos del fondo y levantarlos, como mínimo que hagan un gol.
La comedia de Waititi sobre el papel está equipada con una conciencia de los clichés del género, sin embargo, quizás es demasiado consciente y nunca se deja llevar con la propuesta que quiere ser, ya que una procesión de guiños engreídos resulta bastante aburrida y diluye la seriedad de la película. Hay casi una falta de fe en el poder de la historia, y eso nota en la forma que el guion sobrecarga cada escena con momentos irritantes, y personaje más peculiar que el anterior, haciendo que muchos no tengan un desarrollo, y la apariencia de la realidad se diluya, además que el director recarga el uso de elementos cómicos caricaturescos, sin ninguna justificación.
La sorpresa de todo este circo es la elección de Fassbender, un actor conocido por su seriedad imperturbable que lucha por hacer frente al absurdo que lo rodea (el hecho de que su exesposa sea interpretada por una Elisabeth Moss de aspecto perdido, otra actriz asociada a la seriedad, es casi la broma más divertida, aunque totalmente involuntaria, de la película). El entrenador de Fassbender, un bebedor empedernido, tiene la tarea de entrenar al equipo de incompetentes para marcar por lo mínimo un primer gol en un partido oficial, de ahí el chiste que el título en Latinoamérica sea Gol, Gana.
La película sigue una fórmula familiar a medida que avanza la trama, con un montaje perezosamente construido, que nunca se dedica a desarrollar la historia del equipo ni de los jugadores, salvo solo uno de ellos, Jaiaya, interpretado por el actor no binario Kaimana, una mujer trans que se enfrenta a un equipo exclusivamente masculino, sus escenas son las más convincentes y su química con Fassbender la más efectiva. Las dificultades de aceptación y la tristeza de saber que una vez que se haya producido una transición completa, ya no podrán seguir jugando con el equipo, son los únicos momentos genuinos de emoción de la película.
No vamos a negar que el acto final es emotivo, y que no es difícil involucrarse en la acción que ofrece Waititi, pero la revelación emocional que ocurre es ineficaz, ya que los hilos que mueve el guion lo hace de manera tan obvia que casi puedes verlo venir a media película.