Pepe, el primer y último hipopótamo muerto en América, cuenta su historia en la arrolladora propuesta arriesgada de Nelson Carlo de los Santos Arias, que se aleja de cualquier forma, estilo y guion tradicional.
CRFIC 2024 | Pepe (2024)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Nelson Carlo de los Santos Arias
Reparto: Jhon Narváez, Sor María Ríos, Fareed Matjila y Harmony Ahalwa
La triste historia de uno de los ‘hipopótamos’ de Pablo Escobar (Pepe, el narrador póstumo de la película, es un descendiente de los hipopótamos que el narcotraficante importó ilegalmente a finales de los años 1970 para su zoológico privado) se explora de manera inventiva en esta divertida película del cineasta Nelson Carlos de los Santos Arias.
Pepe se puede describir como una fábula desenfadada que reconstruye las circunstancias que llevaron a la muerte del hipopótamo, el primer y único que ha sido asesinado en América. Es una obra tremendamente original debido a la forma en que el director nos cuenta los eventos; es una película con un enfoque desenfrenado en la forma, en el estilo, en la que ninguna decisión de dirección es predecible y, a pesar de ser un metraje ligeramente exagerado en ningún momento es aburrido.
Pepe habla en varios idiomas durante la película, y lo hace en un tono retumbante que roza el absurdo caricaturesco. Sabe dos cosas con certeza: que pertenece a un lugar llamado África y que está muerto. Las dos certezas están conectadas. Nos enteramos de que Pepe es descendiente de dos de los tres hipopótamos originales importados por capricho de Escobar. La población ya había aumentado a dieciocho animales cuando nació Pepe (después de la muerte de Escobar, los hipopótamos quedaron abandonados a su suerte y, posteriormente, se convirtieron en una especie invasora y en un tema espinoso para conservacionistas, ecologistas y el gobierno colombiano).
Para Pepe, sin embargo, las implicaciones ambientales más amplias de su existencia son de importancia secundaria. Su principal preocupación es su némesis: su hermano Pablito (llamado así, debido a su despiadado y brutal reinado de terror, en honor a su difunto dueño). Pablito usurpó a su padre y al de Pepe como el macho dominante de la manada y pronto chocó con Pepe, obligándolo a exiliarse en la cuenca del río Magdalena. Allí Pepe comienza a causar consternación entre la comunidad local. El pescador Candelario (Jorge Puntillón García) tiene un divertido encuentro con el animal, lo que lo lleva a estar contando dicha historia en los bares de la zona, pero su esposa no Betania (Sor María Ríos), no le cree, debido a que su esposo es un mentiroso.
La historia doméstica entre Betania y Candelario es solo una de las digresiones en bucle de este viaje sinuoso pero infinitamente fascinante. De los Santos toma la historia de Pepe como columna vertebral de la narrativa, pero explora cada capítulo de la manera más indirecta e inesperada posible, ampliando la película como un comentario sobre el colonialismo. Una escena en un autobús lleno de turistas en un safari en Namibia se reproduce para hacer reír, pero da varios giros inesperadamente poderosos en su descripción de la ignorancia del primer mundo y el desprecio del conocimiento local.
Durante el tramo del río Magdalena, de alguna manera nos encontramos siguiendo un concurso de belleza regional, una de las secuencias más audaces que tiene poco que ver con los hipopótamos, pero que se suma a la riqueza y rareza idiosincrásica de la película. Además, la cinta juega en varias partes con caricatura infantil que presenta a un hipopótamo torpe y propenso a sufrir accidentes, es un recordatorio de que la fantasía y la tontería exuberante no son dominio exclusivo del cine infantil.
Viendo la película, es evidente las limitaciones presupuestarias y los desafíos de construir una película sobre hipopótamos, y es por eso que el director se arriesga a reconstruir varias escenas solo con el impresionante diseño de sonido para guiarnos. Pero en otros aspectos la película luce estupenda, con un ingenio visual y una picardía evidente en el encuadre; parte del viaje inicial de los hipopótamos originales de Escobar se muestra a través de una hermosa toma de tres cajas colgando en la parte superior del encuadre, colgando de helicópteros invisibles. Demostrando que con ganas e interés puedes crear una película sin tener los exagerados presupuestos de Hollywood.
Pepe, De los Santos Arias es una propuesta refrescante en lo que respecta al aspecto de ser una película, y es en definitiva, una obra que se niega a ser fijada o catalogada bajo cualquier etiqueta.