Segundo premio | Review

Isaki Lacuesta crea un filme artísticamente interesante sobre las luces y sombras de un grupo musical que estuvo en lo más alto como en lo más bajo, un filme inspirado vagamente en las tribulaciones de la banda indie española Los Planetas.
Segundo Premio (2024)
Puntuación:★★★
Dirección: Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez
Reparto: Daniel Ibáñez, Cristalino, Stephanie Magnin, Mafo, Chesco Ruiz y Edu Rejón
Disponible: Filmin

Con Segundo Premio, el cineasta español Isaki Lacuesta vuelve al cine, pero esta vez codirigiendo con Pol Rodríguez. Este filme se puede decir que es un estudio apenas disimulado de un par de años problemáticos durante la década de 1990 para una de las bandas independientes más importantes de la cultura de España, Los Planetas, porque resulta que para muchas personas fuera de ese país el nombre ni les suene; fuera de ese gran detalle, el filme es una apuesta atrevida, onírica y fragmentada que toma los hechos crudos y crea algo que es interesante de ver y artísticamente arriesgado en algunos aspectos.

La historia se sitúa a mediados de los años 90 y Los Planetas, una banda indie de Granada con una línea de melodías dulces, guitarras grunge, con un estilo desafiante y letras oscuramente introspectivas (se afirma que Velvet Underground y Joy Division son sus influencias), están atravesando una crisis. Su primer álbum ha sido un éxito, pero el segundo no tanto; como es costumbre en este mundo comercial, su sello discográfico les exige que vuelvan a la forma y buscar tener un éxito, ya que el contrato está por terminar. 

Pero la bajista May (Stephanie Magnin) ha decidido dejar a su novio, el Cantante del grupo (Dani Ibanez), y a la banda para volver a la universidad; por ende el equipo necesita un nuevo baterista; y mientras el cantante está pasando por una crisis artística, su mejor amigo, el guitarrista (Cristalino), se autolesiona, toma demasiadas drogas y, en general, es una estrella de rock descarriada (lo típico) (El guion elige dar a los miembros de la banda estos nombres abstractos en lugar de usar los nombres de los verdaderos miembros de Los Planetas, pero los fanáticos sabrán exactamente a quién se refiere). El sueño de la banda es ir a Nueva York a grabar, pero el sello discográfico no quiere poner el dinero. Sin hacer spoilers donde no lo hay, sobra decir que Los Planetas finalmente llegan allí y que el álbum resultante, ‘A Week Inside the Engine of a Bus’ de 1998, es un clásico de la música indie española; es por eso aquí lo importante es el cómo ocurren los eventos para llegar a ese punto tan importante. 

Es divertido ver, que al inicio de la cinta se nos pone una advertencia en pantalla de que no se tratará de una película sobre Los Planetas, sino de su leyenda, entonces mi conclusión sobre esto es, lo que vemos es una clase de historia sobre una banda de rock, cuya vida se ha contado muchas veces, por ende el interés radica en lo que los cineastas hacen con ella: en lo que quieren contar, en el cómo lo cuentan, en qué tan cierto es lo que vemos en pantalla, o que tan convincente es el relato. Los miembros de la banda cuentan en voz en off sus propios recuerdos de las cosas, cada uno cuestionando la verdad de los recuerdos de los demás. Escenas del pasado, el presente y el futuro chocan y resuenan; hay poesía visual, en ocasiones ese recurso tira la idea o saca al espectador.

Algo curioso que me pasa viendo el filme, es que, los personajes individualmente no son particularmente interesantes ni tienen matices, además que no emprenden viajes particularmente interesantes, aunque, curiosamente, se encuentran en un estado permanente caótico. Por ejemplo, El Cantante es fundamentalmente un ser egoísta cuyas únicas conversaciones, como señala May, son consigo mismo; y las razones detrás del impulso autodestructivo del Guitarrista no se exploran realmente, lo que deja al espectador un poco perdido. Es por eso, que cuando interactúan en conjunto todo se vuelve atractivo, quieres ver más, o saber más de ellos como pareja. 

En sí, el verdadero foco de la trama es la relación intermitente entre la pareja, que da a la película su estructura: Haciendo que Segundo Premio sea un filme sobre la amistad que carga una dependencia mutua que a veces se torna homoerótica.

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