Simón de la montaña | Review

Simón de la montaña es una película que aborda la adolescencia y la discapacidad desde una perspectiva fresca y provocadora que se destaca por su humor, y su enfoque en experiencias universales, que se sostiene por actuación de Lorenzo Ferro brillante.
Simón de la montaña (2024)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Federico Luis
Reparto: Lorenzo Ferro, Pehuén Pedre, Kiara Supini y Laura Nevole
**Vista en screening de prensa** 

Inspirada en algunas de sus propias experiencias, el debut de Federico Luis, Simón de la montaña, es una propuesta un tanto arriesgada que, con una mirada fresca y original, busca abordar temas como la adolescencia y la discapacidad de una forma emotiva y provocadora. La película se sustenta en una actuación brillante de Lorenzo Ferro (El Ángel, 2018).

Simón es un joven de 22 años que vive al borde de la cordillera de los Andes y que, al sentir que sus sueños no coinciden con su realidad, decide modificarla. Para lograrlo, comienza a pasar tiempo con un grupo de chicos con discapacidad que inventan sus propias reglas para amar y divertirse, mientras crecen y buscan su lugar en un mundo que no parece estar diseñado para ellos.

La película comienza y termina con Simón, a quien le hacen una serie de preguntas diseñadas para descubrir quién es y qué tareas cotidianas se siente capaz de completar (hacer una cama, cocinar una comida, etc.). La primera entrevista se lleva a cabo en una ladera desolada y azotada por el viento, donde dicho grupo de jóvenes con discapacidad lo analiza antes de aceptarlo. La segunda entrevista es parte de una evaluación psiquiátrica. Mientras tanto, el cineasta mantiene al espectador intrigado sobre el rumbo que podría tomar esta historia.

Simón de la montaña

Los chicos aceptan a Simón al instante, especialmente Pehuen (Pehuen Pedre), que rápidamente se convierte en su mejor amigo. Simón no encaja del todo, pero, de alguna manera, sí lo hace. No tenemos idea de dónde viene ni cuál puede ser su historia. Al principio, los movimientos nerviosos de Ferro, sus tics y sus miradas desorbitadas generan preocupación sobre si un actor sin discapacidad podría estar excediéndose al interpretar a un personaje con discapacidad. Pero, al igual que la película, la actuación resulta ser más compleja de lo que parece a primera vista. Pronto se revela que Simón no es lo que dice ser. Está fingiendo, asumiendo gradualmente una personalidad que no es la suya, y es en este punto donde la actuación de Ferro se convierte en el elemento fundamental para anclar y sostener la película. A medida que Simón acepta las oportunidades y las consecuencias de deshacerse de la piel de su personalidad, ese enigma se vuelve la pieza vital del guion.

El director controla cuidadosamente la narración, pero otorga a los acontecimientos una sensación de improvisación y espontaneidad. Una de las características distintivas de la película es su humor pícaro. Simón no tiene el certificado oficial de discapacidad que le permitiría quedarse con los otros jóvenes y recibir una asignación estatal regular. Pehuen acepta entrenarlo en todo lo necesario para defender su caso, un elemento inspirado en hechos de la vida real. (Luis fue asistente de profesor en una escuela de teatro para personas con discapacidad, donde conoció al aspirante a actor Pehuen Pedre, quien se ofreció a ser su tutor para el examen de discapacidad. Posteriormente, Luis lo eligió para un papel en el que Pehuen se convierte en mentor de Simón, elogiando la medicación que recibe o utilizando su condición de discapacidad para obtener entradas de cine gratis).

En todo caso, Simón de la montaña es una propuesta interesante, ya que desafía las expectativas y las etiquetas. Cuando Simón asume el papel de un joven con discapacidad, su frustrada madre (Laura Nevole) y su novio, Agustín (interpretado por el coguionista de la película, Agustín Toscano), lo tratan de manera muy diferente. En un momento dado, lo llaman “idiota” y, cada vez más, lo consideran voluntarioso y poco cooperativo. Las cosas se complican cuando se hace amigo de Colo (Kiara Supini), una chica con discapacidad que está más que lista para un romance.

En última instancia, Simón de la montaña aprovecha al máximo su premisa mientras subraya constantemente que las experiencias de los adolescentes con discapacidad, si bien tienen algunas particularidades, no son tan diferentes de las de otros adolescentes: son igualmente excitantes y curiosos, buscando probar su independencia y encontrar su lugar en el mundo. Es aquí donde Simón logra sentirse identificado, aunque la forma en que lo hace no sea la más sana. Sin embargo, queda claro que, para él, esos chicos no son diferentes de él mismo.

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