Los ganadores del Oscar Jamie Foxx y Tommy Lee Jones entregan grandes actuaciones en un drama legal basado en una improbable historia real.
The Burial (2023)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Maggie Betts
Reparto: Jamie Foxx, Tommy Lee Jones, Jurnee Smollett, Alan Ruck, Mamoudou Athie y Pamela Reed
Disponible: Prime Video
The Burial, es un filme corte clásico sobre un drama legal ambientado en los años 90; época que estuvo repleta de grandes películas que se desarrollaban en las salas de los tribunales, cintas que en la gran mayoría se basaban en casos reales o en alguna novela, además eran vistas como un escaparate para los actores a la hora de lucirse o buscar un Oscar, ya que casi siempre les permitía mostrar sus habilidades dando grandes monólogos que se volvían su “Oscar clip”; The Burial, contiene todos esos elementos de las cintas de los noventa, un caso real en una corte, dos actores sacando lo mejor, y un monólogo en el momento cumbre de la película.
The Burial es la película de Jamie Foxx, el tipo de estrella de cine grande y carismático que en los últimos años ha pasado un poco desapercibido y se le han dado muy pocas oportunidades fuera de una serie de películas de acción de Netflix, pero cuando se le permite nadar en una piscina más profunda, como en el drama conmovedor, de 2019 Just Mercy o la divertida, comedia de ficción They Cloned Tyrone, instantáneamente nos recuerda lo que puede hacer y lo bien que lo hace. En un momento de ligera crisis de estrellas de cine, su electrizante actuación aquí es otro recordatorio de que tal vez tengamos que seguir mirando a nuestro pasado en lugar de a nuestro presente si queremos recuperar a las grandes estrellas de lista A.
Basado en un artículo del New Yorker de 1999 escrito por Jonathan Harr, cuyo libro A Civil Action se convirtió en un drama legal dirigido por John Travolta en 1998; The Burial gira en torno a ciertos detalles legales que podrían parecer terriblemente aburridos sobre el papel, un caso que involucra un seguro de entierro, y una disputa contractual. Pero en manos de la escritora y directora Maggie Betts, el filme se convierte en un placer de ver en pantalla, viendo como Foxx y Jones entregan trabajos brillantes mientras le sacan provecho a los largos diálogos.
Jeremiah O’Keefe (Tommy Lee Jones, silencioso y pensativo) es el propietario de una funeraria cuyas dificultades comerciales le han llevado a buscar ayuda en otra parte, que su abogado (Alan Ruck) encuentra en el Grupo Loewen, un grupo grande que promete aliviar la presión con un acuerdo pequeño pero importante. Para O’Keefe, de unos 70 años, lo que busca es asegurar el futuro de sus 13 hijos, dejándoles un legado del que puedan estar orgullosos y del que puedan estar apoyados financieramente. Pero el trato se vuelve amargo, ya que el contrato no se cumple, y con la ayuda de un abogado más joven (Mamoudou Athie), O’Keefe es persuadido de acercarse a Willie E. Gary (Foxx), un abogado llamativo y de gran importancia. El caso será visto por un juez negro y, si llega a juicio, por un jurado mayoritariamente negro, por lo que la óptica de tener un abogado negro se considera vital. Inicialmente, Gary no está interesado, pero cuando se da cuenta de la gravedad del caso y su impacto potencial, acepta entrar en batalla.
Gary se hace grande en la sala del tribunal, actuando tanto para su jurado como para nosotros, siendo esos momentos que Foxx saca todo el provecho, apoyado por las decisiones de Betts, a la hora de mover la cámara suavemente, haciendo que lo que vemos en pantalla sea extremadamente difícil de resistir. Los cómo y por qué del caso se explican hábilmente, hay momentos obvios, pero efectivos donde uno espera reír o aplaudir, hay una textura emocional en una historia que se vuelve menos sobre un hombre y más sobre todo un sistema roto.
La película no solo una crítica contra la avaricia corporativa, sino que también es un golpe de enojo a un país que continúa disminuyendo y devaluando a las comunidades negras, pero lo hace agradable y de fácil digerir, haciendo que cualquier espectador comprenda lo que ocurre sin caer en el panfleto barato como lo hacía la película Till, con un caso más conocido, en este caso específico y menos conocido, la directora hace un llamado en como la llamada industria del “cuidado de la muerte” valora y manipula a las personas de color desfavorecidas.
Un punto interesante del filme, es que la cinta no solo justifica su propio valor, sino que también presenta un caso persuasivo para que el drama legal tenga un regreso alcista más allá del formato clásico de este tipo de películas. Foxx convierte lo que podría haber sido una caricatura en una persona real, haciendo que sea tan convincente cuando habla en voz alta en los asientos de la corte. Cabe destacar la maravillosa y tenaz Jurnee Smollett, como su formidable, aunque respaldada, enemiga en la corte.
Es verdad que el guion se pierde en ocasiones, no les da mucha profundidad a varios personajes secundarios como al personaje de Smollett o a la esposa de O’Keefe, pero esos detalles se pueden obviar un poco, ya que la cinta cumple con lo más importante que es atrapar al espectador en los momentos de la corte.