La cinta de John Andreas Andersen es una oferta ligeramente eco-catastrofista que falla fuertemente en su crítica social que no termina de sostener, pero lo peor que le pudo pasar al filme es su infame título en español “Maremoto” (No hay maremotos aquí).
The Burning Sea (2022)
Puntuación: ★★★
Dirección: John Andreas Andersen
Reparto: Kristine Kujath Thorp, Henrik Bjelland, Rolf Kristian Larsen, Anders Baasmo Christiansen, Bjørn Floberg y Halfdan Hallseth
Disponible: Estreno en cines
Siempre es un gusto ir al cine y disfrutar de propuestas de buena calidad técnica y que no sea de Hollywood, y es lo que tenemos en la cinta noruega llamada The Burning Sea o mejor dicho North Sea, que sería el título correcto al traducir correctamente desde su idioma original, ya que por alguna extraña razón a alguien se le ocurrió ponerle Maremoto al pasarlo al español, haciendo que las personas cuando salgan del cine se sientan estafados o que denuncien como publicidad falsa, ya que en ningún momento el filme tiene maremotos o algún desastre parecido a eso.
Aquí lo que tenemos es un filme que intenta reflexionar sobre el impacto de las plataformas petroleras en la naturaleza, especialmente cuando fallan, que en este caso sería en el Mar del Norte, creando un derrame masivo, pero lo que es más importante, para los propósitos del filme, es la forma que pone en peligro la vida de los seres humanos, reflejado en la historia de una joven científica llamada Sofia que pese a los peligros decide ir a salvar a su novio Stian (Henrik Bjelland) que quedó atrapado en una de las plataformas al intentar cerrar uno de los tubos que extrae el oro negro.
Sofia en su locura de salvar a su amado deja abandonado a Odin, el hijo de su novio con terceras personas que trabajan en la empresa que es dueña de las plataformas que se están derrumbando en el océano. El pobre niño se pasa la mayor parte de la película sentado en una sala de espera siendo observado furtivamente por adultos preocupados, aparentemente más por tener que lidiar con decirle que su padre está muerto que por el hecho de que están causando un desastre ambiental masivo que va afectar a millones de personas y animales. Pero supongo que el guion tenía que encontrar alguna manera de hacer que el drama sea palpable para los espectadores.
El problema del filme es su guion, especialmente en la forma que construye a sus personajes, ya que aquí solo hay buenos empleados que trabajan en las plataformas, y solo ejecutivos de la industria petrolera un poco menos escrupulosos, como los jefes que no se han dado cuenta de que la incesante perforación ha vuelto fundamentalmente inestable el lecho marino.
Por otro lado, Sofia solo piensa en sus emociones y necesidades, que en este caso se traduce en salvar la vida de Stian cuando queda atrapado en una plataforma colapsada, para recatarlo le pide ayuda a su mejor amigo Arthur (Rolf Kristian Larsen), ambos se enfrascan en dicha misión, y como todo pasaran varias aventuras para rescatarlo.
El otro gran problema de la cinta, son sus cuestionamientos y reflexiones, la trama habla sobre un impacto ambiental provocado por un empresa masiva y poderosa que ha disparado el PIB de Noruega en los últimos 50 años, pero en ningún momento la cinta se plantea analizar lo que significa el suceso ocurrido y como va afectar ese impacto; por otro lado hay decisiones que se toman sin cuestionar sus efectos, mostrando el poco análisis del guion ante los temas que plantea a lo largo del filme.
Fuera de sus problemas de guion, la cinta se desarrolla con un buen ritmo, hay una buena tensión en varios momentos especialmente en los puntos cuando Sofia y compañía se van enfrentando a nuevos peligros, siguiendo el patrón de las películas de desastres, pero aquí se hace bien. Los efectos visuales son impresionantes, especialmente el agua, que es muy difícil de animar.