Un cuento de pescadores | Review

En un país con más de mil leyendas circulando entre calles, pueblos y generaciones, Un Cuento de Pescadores tenía todo para ser una joya del terror mexicano. Pero algo falla, y no es menor: es su guion, el ritmo, y algunas las decisiones narrativas
Un cuento de pescadores (2024)
Puntuación: ★★
Dirección: Edgar Nito
Reparto: Jorge A. Jimenez, Alejandra Herrera, Hoze Meléndez, Renata Vaca, Andrés Delgado y Ruby Vizcarra
Disponible en cines selectos 

No hay un número exacto, pero se estima que la cantidad de leyendas populares que existen en México fácilmente llega a los cuatro dígitos. No importa en qué parte de la República se encuentre; probablemente, en alguna colonia, manzana o municipio existe unos cuantos relatos que enaltecen la mística del lugar donde reside.

Teniendo esto en cuenta, ¿cómo carajos es posible que el cine mexicano (en su modo comercial e independiente) no sea capaz de aprovechar este bagaje cultural para crear tan siquiera una historia decente, especialmente dentro del cine de terror?

Hace unos meses presenciamos la desafortunada Turno Nocturno, basada en la leyenda de La Planchada, un producto fallido que no explotaba todo su potencial y que recurría a copiar todos los clichés de las peores películas de terror del cine gringo.

En otro terreno, distinto, cercano a un cine de terror de autor, moderno e indie, Un cuento de Pescadores, basada en la leyenda de La Miringua, ofrece por lo menos un relato visual y técnicamente más decente, pero sigue fallando en lo más básico: la narrativa.

Antes de señalar los errores que ahogan a esta cinta, cabe destacar que tiene algunas buenas intenciones en su escritura, especialmente en su base de no contar la historia a través de La Miringua, sino mediante cuatro historias personales del pueblo local. El espíritu forma parte de la atmósfera de esta región y tiene como eje común la violencia, la desesperanza, la locura y, en algunos casos, ¿el amor?

Fuera de eso, la construcción de una película coral falla enormemente por dos vertientes: —La cinta presenta cuatro historias contadas de manera paralela (al estilo Short Cuts de Robert Altman). La primera gira en torno a un pescador que se obsesiona con el fantasma de una mujer que se le aparece en un lago; la segunda cuenta la historia de un grupo de pescadores que comienzan a ser víctimas de una maldición al encontrar peces llenos de sangre; la tercera es un drama al estilo Romeo y Julieta, de dos enamorados cuyas hermanas no se pueden ver ni en pintura; y la cuarta es una historia queer de dos mujeres, en la cual las dudas de una de ellas provocan una separación dolorosa.

De este cuarteto de tramas, las únicas dos medianamente decentes y que responden más al terror folclórico marítimo son las primeras mencionadas. Aunque la historia al estilo Romeo y Julieta contiene algunos elementos de terror, el 90 % está contado a manera de una telenovela al estilo Mujer, Casos de la Vida Real, y qué decir de la historia queer, que por su estilo desencaja completamente con el resto, siendo la única que no contiene un elemento paranormal, la más “soap opera” y la que más se siente fuera del contexto de la película.

El mayor problema en general de cada historia radica en que ninguno de los personajes presentados está bien desarrollado; incluso llegan a niveles unilaterales, por lo que poco llega a interesar lo que vivan los protagonistas, y puede existir un nulo interés del espectador.

A esto se suman las carencias de tono y desarrollo. El formato de la edición ahoga aún más la narrativa general, puesto que ninguna de las cuatro historias tiene un acontecimiento paralelo o en común en sus transiciones. Por consecuencia, la cinta se siente desordenada, brincando de un cuento a otro sin ninguna lógica o sentido de progresión.

De lo poco rescatable a nivel técnico sería la fotografía, que nos regala algunos planos interesantes; la banda sonora y los VFX, que nos otorgan una secuencia final sumamente interesante.

El terreno de la actuación es aún más irritante, pues a pesar de que cuenta con un elenco de actores juveniles y consolidados, interesante y con talento (Noé Hernández, Anna Díaz, Andrés Delgado, etc.), se notan demasiado las limitaciones de los personajes, lo cual afecta el trabajo histriónico.

Al final, Un cuento de Pescadores es un intento decepcionante del cine mexicano por llevar a la pantalla grande una leyenda clásica mexicana, ahogado por la escritura y las pretensiones de un montaje “de miedo”.

¿Será difícil llevar al celuloide la magia y el folclore de la cultura mexicana? ¿O será acaso que en esta era neomoderna del cine mexicano, el cine de terror no se da, a pesar de tener un legado tan grande desde El Vampiro, Veneno para las Hadas, Cronos? Más de mil leyendas en el país azteca y pocas adaptaciones decentes en los últimos años suenan a un desperdicio de potencial enorme.

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