‘Compañera perfecta’ es un thriller que combina una historia de romance fallido con un trasfondo sobre la manipulación y control, todo elevado por una poderosa actuación de Sophie Thatcher.
Compañera perfecta (2025)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Drew Hancock
Reparto: Sophie Thatcher, Jack Quaid, Lukas Gage, Megan Suri, Harvey Guillen y Rupert Friend
Estreno en cines
Compañera perfecta es una película altamente entretenida, pero bajo sus líneas esconde unos cuantos secretos. Para aquellos que hayan visto los tráilers de la película, la sorpresa principal se les hará muy obvia, especialmente desde el primer encuentro entre Iris (Sophie Thatcher) y Josh (Jack Quaid), cuando queda claro que no todo es lo que parece en esta historia de una escapada romántica que sale terriblemente mal. Eso sí, la dirección dinámica del debutante Drew Hancock es lo más sorprendente aquí.
La cinta, protagonizada por Sophie Thatcher, quien nos impresionó el año pasado con Heretic y en la serie Yellowjackets, es la base principal de este filme; ella está excelente como la bonita y ligeramente excéntrica Iris. La película inicia con esta chica de cabello perfecto y una enorme sonrisa caminando en un supermercado, aunque, si notamos bien, algo falla un poco en su forma de caminar y de comportarse. Hacia dónde se dirigen las cosas se aclara de inmediato cuando, con una voz en off, Iris nos relata dos de los momentos más importantes de su vida: el día en que conoció a Josh y el día en que lo mató.
Cuando Iris cruza su mirada con Josh en dicho supermercado (lo que se ve en un flashback demasiado familiar y empalagoso), es amor a primera vista. Sin embargo, meses después, un fin de semana con sus amigos en una casa aislada junto a un lago pondrá a prueba su romance. (El coche autónomo que utiliza la pareja para llegar allí es un indicador del futuro cercano tecnológicamente avanzado en el que se desarrolla la película). “Simplemente sonríe y actúa feliz” es el consejo de Josh para calmar los nervios de Iris, la primera de muchas señales de alerta que pronto adornarán la película. Esta cabaña aislada en el bosque no es nada nuevo, pero Hancock utiliza este marco familiar y niveles crecientes de violencia para explorar ideas que van más allá de los tropos habituales del género.
Como es inevitable, la película parece caer en los clichés de este tipo de filmes, pero muchos son intencionales, sobre todo en sus personajes. Está la amiga malhumorada Kat (Megan Suri), cuyo evidente odio hacia Iris bien podría deberse a los celos. Está la pareja gay Eli (Harvey Guillén) y Patrick (Lukas Gage), cuyo romance perfecto parece demasiado bueno para ser verdad. Y luego está el ruso Sergey (Rupert Friend, que se divierte mucho con un corte de pelo y un fuerte acento), el multimillonario dueño de la casa, que ha hecho su fortuna en negocios sucios. Mientras el grupo se emborracha y baila toda la noche, sabemos que no pasará mucho tiempo antes de que todo salga mal.
Pasada la media hora, Hancock empieza a revelar sus ases bajo la manga, lo que pone de relieve a todos los personajes y permite al público descubrir un secreto que probablemente ya habían adivinado. A partir de aquí, el número de cadáveres aumenta y la violencia se intensifica, pero la película en realidad se centra más en los horrores del mundo real. Cuando Iris se da cuenta de que los sentimientos de Josh por ella tienen menos que ver con el amor y más con la gratificación, la manipulación y el control, debe intentar anular sus impulsos innatos y descubrir su propio valor.
Como dijimos, el corazón del filme es la actuación de Thatcher, quien con su personaje recorre toda una gama de emociones, desde buscar agradar a la gente hasta ser la final girl con voluntad propia. También deja en claro el campo minado emocional al que se enfrenta Iris cuando se da cuenta de que ha sido sometida a una forma particularmente insidiosa de control coercitivo. Quaid cumple en su rol, especialmente en la forma en que muestra las facetas conflictivas de Josh, un joven apuesto y aparentemente benigno con sentimientos tóxicos de derecho (y cosas peores) que yacen justo debajo de la superficie, solo que al final es Thatcher la que se roba la película.
En conclusión, Compañera perfecta es un thriller que combina elementos clásicos del género con una visión moderna sobre las relaciones y el control. Aunque su trama puede resultar predecible para algunos, su ejecución, su mensaje subyacente y la poderosa actuación de Sophie Thatcher elevan la película a algo más que un simple ejercicio de suspenso. Hancock logra darle una identidad propia al filme, convirtiéndolo en una experiencia cinematográfica que, aunque no revolucionaria, deja una impresión duradera.