Las guerreras k-Pop | Review

Las guerreras k-pop es una vibrante película animada que fusiona la cultura pop surcoreana con la mitología tradicional. Las Huntr/x, son una girl band que combate demonios con el poder del canto mientras lidian con la fama y las redes sociales.

Las guerreras k-pop (2025)
Puntuación:★★★½
Dirección: Chris Appelhans y Maggie Kang
Voces: Arden Cho, Ahn Hyo-seop y May Hong
Disponible en Netflix

La industria surcoreana ha conquistado el mundo en la última década, con diversos productos culturales como el cine, las series de televisión y, especialmente, su punto fuerte: la música. Gracias al K-Pop —consumido por millones de personas, en su mayoría chicas jóvenes—, era solo cuestión de tiempo para que tuviéramos una película que abordara este fenómeno. Y fue un estudio estadounidense, Sony Pictures Animation, el que dio el salto sobre la cultura surcoreana con esta propuesta animada que explotó en la plataforma de streaming Netflix.

Las Demon Hunters son un grupo de chicas que han protegido Corea durante siglos, manteniendo a raya a los demonios liderados por Gwi-ma gracias al poder de su canto, el cual genera el Honmoon que los aprisiona. Ahora, una nueva generación incursiona en el K-Pop bajo el nombre Huntr/x, conformado por Rumi (Arden Cho), Mira (May Hong) y Zoey (Ji-young Yoo), quienes deberán enfrentarse a su mayor adversario: una boy band llamada Saja Boys, integrada por demonios que intentarán destruirlas.

Dirigida por Maggie Kang y Chris Appelhans, la película es una obra entretenida y un gran homenaje a todo lo que representa la cultura surcoreana moderna: el pop, las tradiciones ancestrales y un enfoque lúdico y universal que permite que cualquier espectador se sume a la aventura de estas modernas cazadoras de demonios.

El hecho de que esté producida por un estudio estadounidense resulta irónico, ya que se siente como una obra 100% surcoreana: desde el uso de la mitología en el diseño de los demonios, pasando por el aspecto de los Jeoseung Saja (que inspiraron a Jinu), hasta los K-Dramas e idols que sirvieron de modelo para los personajes. Nada de esto parece una copia desalmada, sino que se convierte en un estilo visual único, rebosante de personalidad, capaz de emocionar a cualquier fan de la cultura coreana con sus múltiples guiños.

En cuanto a la historia, la narrativa sigue una fórmula clara, inspirada en grupos de magical girls como Sailor Moon o Winx Club, donde la amistad es la clave para vencer al mal. Cada protagonista tiene una personalidad bien definida, con contrastes que generan química entre ellas, algo evidente tanto en su forma de vestir como en su actitud. También pueden encontrarse referencias a los musicales al estilo Disney, que aquí sirven como motor narrativo y emocional.

La música es el núcleo de la historia, combinando narrativa y acción, permitiendo que avance la trama al mismo tiempo que se profundiza en los sentimientos de los personajes. Es destacable cómo se contrasta a las bandas: mientras las chicas tienen letras profundas y emocionales, los chicos presentan temas superficiales y estereotipados. Aun así, todas las canciones poseen ritmos pegajosos que han logrado salir de la pantalla y convertirse en algunos de los temas más escuchados del momento a nivel global.

Por otro lado, el mundo de las idols está representado con acierto (sin mostrar el lado más oscuro de la industria, claro está), enfocándose en la popularidad y las redes sociales como elementos centrales en sus vidas. Estas herramientas funcionan como arma de doble filo: las perjudican, pero también las ayudan en su lucha contra los demonios.

En cuanto a los personajes, Rumi y Jinu destacan notablemente. Ambos enfrentan conflictos internos que los acercan y los obligan a confrontar su verdadera naturaleza. Sus escenas más íntimas tienen un trasfondo bien elaborado, logrando así un clímax emotivo y gratificante. Sin embargo, el resto de las chicas no cuentan con el mismo desarrollo. No son planas, pero su arco se reduce a un conflicto grupal que deben superar entre ellas.

Los Saja Boys resultan bastante superficiales, al igual que el villano principal, Gwi-ma, quien funciona solo como una fuerza maligna cuyo objetivo es conquistar el mundo. Este es, quizás, el mayor problema de la película: es una historia formulaica, aunque bien ejecutada. Los giros se ven venir desde lejos, los villanos (salvo Jinu) son olvidables, y los clichés del secreto entre amigas, la pelea y la reconciliación están presentes. Además, hay personajes y subtramas que aparecen y desaparecen según convenga a la narrativa.

En contraste, el apartado técnico es sobresaliente. Se aleja de las reglas tradicionales del 3D para adoptar un estilo visual más cercano al manhwa, con elementos del anime que favorecen la expresividad a través de exageraciones y transformaciones. El uso de frames, colores vibrantes y ritmo visual rápido recuerda mucho a los videoclips de K-Pop, creando secuencias de acción trepidantes, emocionantes y también momentos tranquilos con gran carga sentimental.

En resumen, Las guerreras K-pop llegó para conquistar el mundo gracias a la increíble química entre personajes, sus alucinantes secuencias visuales y un apartado musical digno de cualquier grupo real de K-Pop. La historia es predecible y no se arriesga, siguiendo fórmulas ya vistas en otras producciones animadas. Sin embargo, su propuesta visual —al mezclar la mitología y las tradiciones con la cultura pop moderna— la hace destacar. La música y la acción generan emoción en partes iguales, haciendo de esta una película ideal para chicas jóvenes y para cualquier persona que disfrute del universo del K-Pop.

Así que, al final, podemos decir que Huntr/x ha logrado su objetivo: convertirse en la girl band más grande del mundo.

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