Cloud es un thriller paranoico que examina la identidad digital, la precariedad económica y la violencia latente del capitalismo contemporáneo. A través de un protagonista moralmente ambiguo, Kurosawa construye una crítica al deseo de ascenso rápido y a la exposición pública en el entorno online.
Cloud (2024)
Puntuación:★★★★
Dirección: Kiyoshi Kurosawa
Reparto: Masaki Suda, Kotone Furukawa, Daiken Okudaira y Amane Okayama
Disponible en Mubi
Kiyoshi Kurosawa es un respetado director japonés que nos ha dado varias películas fascinantes. Un constructor de ambientes ominosos que construyen la tensión a fuego lento para terminar desarrollando misterios intrigantes junto a sus personajes de moralidad ambigua. Así fue como obtuvimos obras como Cure y Pulse. Ahora, su última película Cloud camina por los mismo límites.
Ryosuke Yoshii (Masaki Suda) es un revendedor online que tiene una vida tranquila y humilde con su novia, hasta que decide expandir su empresa para ganar más dinero. No obstante, esto creará resentimientos y envidias que irán persiguiéndolo por culpa de su vida online. Yoshii, es un personaje gris que no teme andar en los bajos mundos o incluso estafar con sus artículos, pero nunca cruza una línea grave como lo es el asesinato. Es un hombre común que se adapta a las circunstancias para sobrevivir, puesto que no gana lo suficiente para vivir una vida de lujo.
Kiyoshi Kurosawa nos da un thriller paranoico sobre la identidad online, el escrutinio público y el sistema capitalista actual, que termina haciendo una escalada de eventos que culminan en una explosión de violencia contra el protagonista.
Kurosawa muestra la realidad que viven muchos jóvenes japoneses, en la que apenas les alcanza para vivir en pequeños departamentos, pero también que ya no quieren estar en empleos tradicionales y solo buscan la forma de ganar dinero rápido. Teniendo esta crítica al capitalismo en el que viven y a las medidas que se toman para conquistarlo, dando esa mentalidad de trabajar para vivir y sus consecuencias en la psique de las personas.
Otro punto interesante es el mundo cibernético: las redes sociales, las compras y los linchamientos públicos. Mostrando la falta de seguridad sobre la información y a los acosadores en línea, generando una paranoia que irá elevándose como consecuencia de la forma de vida de Yoshii, también por culpa de la envidia sobre su éxito y la falta de confianza que tiene con sus contactos. Dando varias pistas sobre quiénes pueden estar amenazándolo y presentando un par de giros sorpresa sobre sus aliados.

Yoshii es el arquetipo de personajes obsesivos al estilo de los protagonistas de Aronofsky o Adam Sandler en Uncut Gems, en el que sus decisiones lo van arrinconando cuando les empieza a ir mal y la situación le está pasando factura. También tiene ese ambiente de suspenso al estilo de Polanski, en el que nos va dando pistas sobre quién lo acosa, con situaciones raras que desconciertan al personaje y la falta de confianza que va teniendo sobre las personas cercanas. Hasta que, al final del segundo acto, explota, cambiando el tono para volverse una película de venganza y supervivencia.
Kurosawa dirige todo con una precisión en su puesta en escena para darnos composiciones visuales interesantes, en planos abiertos de cuerpo entero, al igual que manteniendo cierta distancia de la acción para poder tomar conciencia de todo lo que pasa. Con breves movimientos de cámara en giros de 180 grados, paneos o simples travelings que terminan en composiciones visuales muy interesantes y visualmente potentes. Además, la fotografía opaca y desaturada le da un ambiente de misterio interesante con tonos fríos.
El diseño de producción minimalista nos da una realidad aburrida que se ve atrofiada por el estilo consumista que persigue a sus personajes y la clase social baja en la que están, tanto en su vestuario de colores opacos como en los espacios en los que habitan.
También el diseño sonoro es intrigante por cómo aprovecha el silencio para generar tensión con la ambientación y los ruidos de los lugares, junto a las pequeñas piezas del score que dan esa atmósfera de misterio e intriga alrededor de la obra.
No obstante, la obra sí tiene varios fallos de guion que pueden ser vistos como deus ex machina graves, en especial por la forma de rescatar al protagonista en el tercer acto, que cambia el tono de la obra hacia la acción. Junto a las fallas de lógica entre los personajes por cómo se comportan ante las situaciones, en especial al mostrar su inteligencia previa.
Aun así, por la dirección del director, la ambientación del mundo, el uso de la tecnología y los actores, tenemos una historia muy entretenida que presenta varios giros sutiles al estilo del cineasta, elevando el suspenso y el terror en partes iguales. Dando secuencias interesantes y exasperantes por cómo el protagonista va cayendo en la decadencia y observamos el mundo de las ventas online con un foco más crudo, que termina en violencia contra todos aquellos involucrados en este mundo.
No es la mejor obra de Kurosawa, pero es una propuesta valiosa de un director que se preocupa por la juventud japonesa para mostrar sus luchas diarias con la economía y la lucha de clases sociales que los aprisionan con ciertas mentalidades peligrosas. Dando una crítica social con un thriller que aprovecha el mundo tecnológico actual y que nos muestra los peligros que rodean al mundo de internet.