One Piece acaba de llegar a su episodio #1000, momento celebrado por sus fanáticos, todo mientras está semana se estrena la película “One Piece Gold”, una oportunidad para que los amantes de esta icónica historia desfruten de sus personajes en la pantalla grande.
Era el año 1999, en Japón, se emitía el primer capítulo de un anime novedoso, centrado en las aventuras de un joven carismático, hiperelástico, el cual soñaba con ser el rey de los piratas. Bajo esta premisa sencilla, se sentaban los cimientos de una obra que marcaría un antes y un después en las adaptaciones que existían hasta ese momento.
One Piece representa todo un hito, sus aficionados se cuentan por millones, tanto dentro como fuera de la cultura asiática, ya que es uno de los pocos productos que ha trascendido y forma parte de la cultura popular occidental, sobre todo gracias a la reciente explosión y aumento de visibilidad que los mangas/anime han experimentado a nivel mundial, y a que las cadenas de distribución más robustas han ampliado su catálog, haciendo que ahora lleguen a cualquier lugar del mundo.
El impacto de One Piece merece ser estudiado y aplaudido, es una obra que lleva 22 años en emisión, sin perder vigencia y siendo capaz de reinventarse, lo que captura y genera una sensación mayor de apego dentro de su audiencia. En un principio, puede resultar intimidante comenzar con este anime, sin embargo, mientras más nos adentramos en su fascinante mundo, es difícil dejar de ver las historias y aventuras que son mostradas en pantalla.
El relato es escrito e ilustrado por Eiichirō Oda, la mente detrás de la realización de esta epopeya marítima. Es importante recalcar el hecho de que, en la actualidad es el manga más comprado en el mundo, con 100 volúmenes, siendo una mezcla de géneros balanceada, abarcando momentos de acción, aventura, fantasía, comedia y en ocasiones tintes bélicos. Esta obra ha requerido de talento y trabajo en equipo para imponerse en este vasto mercado por tanto tiempo, y resulta atractiva la aproximación que tiene el relato con temáticas del mundo real y su forma de adaptarlas a su universo extravagante, lo que genera un producto entretenido, el cual, combina momentos graciosos con cargas dramáticas poderosas, sobre todo cuando los personajes principales se enfrascaban en conflictos serios, con implicaciones relevantes para la trama.
Está bastante claro que, uno de los principales motores sobre los cuales este relato es capaz de tener tanto éxito, son sus entrañables personajes. Los integrantes de los Piratas de Sombrero de Paja, abordó, en un principio, del icónico Going Merry, son amados por todos, liderados por su capitán Monkey D Luffy y compuestos por Roronoa Zoro, Nami, Usopp, Sanji, Chopper, Nico Robin, Franky, Jinbe y Brook. Esta tripulación, siguiendo los criterios para reclutar de Luffy, es muy variada y parece elegida al azar, los personajes son muy distintos y la dinámica que existe entre ellos es un deleite total, lo que hace posible que cada capítulo se sienta fresco y divertido, gracias a lo bien llevadas que han sido las relaciones entre ellos.
Otro gran mérito de esta historia es su capacidad de marcar un estilo que la diferencia de cualquier otra serie animada, su sello es característico e identificable, donde sus recursos son llevados al extremo, en este mundo es normal librar batallas navales en el cielo, ver dragones celestiales, épicos enfrentamientos o hasta convertirse en una versión poderosa y musculosa de si al comer un fruto del diablo. Los colores, su estilo de animación y excéntricas peleas hacen de este anime algo único e irrepetible, sin duda uno de los shonen más icónicos de la historia.
Latinoamérica, no fue la excepción, la vitalidad de One Piece es palpable hasta la fecha, pese a que han pasado tantos años desde su estreno. Vía Cartoon Network, en 2006 se comenzó a transmitir este anime en nuestra región y hoy en día, resulta muy común ver en tiendas todo tipo de mercancías y coleccionables de esta franquicia ser vendidas con éxito, desde camisetas y disfraces hasta figuras, peluches, posters y mangas, parece imposible que este anime pase de moda. Llama la atención el hecho de que en sus inicios este anime fue censurado en esta zona del orbe, por lo que su acogida cobró relevancia años después cuando los episodios originales, sin alteraciones, fueron incorporados al mercado.
El simple hecho de que One Piece supere en ventas y popularidad a franquicias reconocidas como Naruto, Bleach o Dragon Ball, pone en perspectiva el verdadero nivel que este relato posee. Como ya se mencionó, tanto dentro como fuera del territorio japonés, One Piece es considerado un fenómeno social, al grado de que se estima que el 90% de lectores del manga son personas adultas, que han crecido con sus publicaciones, desde la prestigiosa revista Shonen Jump hasta las adaptaciones a la pantalla grande.
No se puede hablar de esta serie de animación sin dejar por fuera el carisma detrás del desarrollo de sus personajes y los momentos más memorables que estos han experimentado, abarcando desde la primera aparición del hermano de Luffy, Portgas D. Ace, el sacrificio de Roronoa Zoro donde consume todo el dolor acumulado por su capitán, el arco de Marineford, la declaración de Nico Robin quiere vivir, el momento en qué Shanks entrega su sombrero a Luffy hasta la primera aparición del Gear 4th ante Doflamingo.
Como fanático de One Piece, debo reconocer que, hasta la fecha, su historia sigue siendo capaz de sorprender a través de diversas estrategias, valiéndose de nuevas apuestas narrativas, la inclusión de personajes dotados de carácter, sólidas escenas de acción y una nostalgia cuyo peso se refleja en el intro de su capítulo número 1000, que es una reinvención del primer episodio de la serie, reflejando los cambios y evoluciones vividos por sus protagonistas y el mundo en general.
Las oportunidades de disfrutar de eventos cinematográficos asociados con esta franquicia son pocas, en especial en nuestra región geográfica, donde es más complicado que los estrenos lleguen, sin embargo, la película “One Piece Gold” se estrena en cines de centróamerica, de la cual haremos su respectiva reseña, con expectativas de disfrutarla al máximo dentro de una sala.