Cuando una pareja se muda a una mansión abandonada, los dioses del terror rápidamente los acosan en un filme que nunca logra encontrar su tono en el género
Escalera al infierno (2022)
Puntuación: ★½
Dirección: Brendan Muldowney
Reparto: Elisha Cuthbert, Eoin Macken, Dylan Fitzmaurice Brady, Abby Fitz y Aaron Monaghan
Disponible: Estreno en cines
Escalera al infierno, es un filme que se vende como película de terror cuando realmente no lo es, siendo ese un gran problema al llegar al cine ver lo que ocurre. La cinta nunca busca explorar nuevos cánones del género y su acto final roza las líneas de lo fantástico, incluso dejando un cierre abrupto.
El filme sigue a una familia conformada por Keira Woods (Elisha Cuthbert) y su esposo Brian (Eoin Macken) quienes trabajan en algún tipo de marketing de redes sociales que buscan impulsar mejor el contenido de las audiencias objetivo, detalle que nos lo explican en un momento que al final su relevancia pasa ser cero dentro del desarrollo del filme, pese a jugar de interesante cuando ocupan descifrar unos cálculos matemáticos.
El asunto es que la pareja al parecer tiene un buen éxito comercial y logran comprar una mansión abandonada en los suburbios irlandeses y se mudan con sus dos hijos: la malhumorada adolescente Ellie, que no está muy contenta con la mudanza, y el amable hermano menor Steven. Irónicamente, dado que su trabajo presumiblemente se basa en métricas y algoritmos de manipulación, el malvado residente en su nuevo hogar parece tener algo que ver con unos símbolos matemáticos tallados en unas puertas y paredes del sótano de la casa; sí, ahora los demonios saben de algebra.
Todo esto lo vamos a ir descubriendo en un sin fin de ocurrencias que llevan al personaje de la madre en busca de respuestas cuando su hija desaparece, pero ella tranquilamente sigue trabajando. Dichas explicaciones las tenemos por cortesía de un profesor de matemáticas que tuvo un accidente automovilístico y pasó de ser prácticamente innumerable a un sabio de las matemáticas, todo eso se le suma a la fórmula un físico llamado Erwin Schrödinger y un avatar satánico Baphomet: que en resumen dicha ecuación es que el sótano de la casa es una puerta a un infierno, esto lo descubre un poco tarde la heroína del cuento.
Siendo sinceros, el filme tiene por momentos elementos llamativos, pero le falta fuerza y tono en lo que quiere ser o mejor dicho construir ya que la trama es lo bastante interesante pero nunca tiene personalidad, utiliza impactantes imágenes de suspenso, pero la fotografía a cargo de Tom Comerford todo se siente aburrido sin chispa. Ni hablar de la construcción de los personajes, es casi nula y el guion utiliza clichés de películas parecidas como el de una ancianita confundida o que las bolas rueden a entradas oscuras y así, pero hay algunos sustos genuinos en el camino que funcionan bastante bien.