La primera animación del director de Guillermo del Toro, es un musical en stop-motion que cala un amor genuino en cada plano. Una de las mejores películas del año.
FICM 2022 | Pinocho de Guillermo del Toro (2022)
Puntuación: ★★★★½
Dirección: Guillermo del Toro y Mark Gustafson
Reparto: Ewan McGregor, Gregory Mann, Finn Wolfhard, Ron Perlman, Cate Blanchett, Tilda Swinton, David Bradley y Christoph Waltz
Anunciado por primera vez en 2008, “Pinocho” de Guillermo del Toro estaba inicialmente programado para estrenarse en 2013, pero el ambicioso proyecto, desafortunadamente, cayó en el infierno del desarrollo: el presupuesto y el tiempo necesarios para hacer realidad la visión del director. Desde ese primer anuncio, muchos nombres se han atado y desatado del proyecto del ganador del Oscar. En 2011, el experto en animación Mark Gustafson (The Fantastic Mr. Fox) fue contratado para codirigir con el artista Gris Grimly, cuyas ilustraciones de Pinocho sirvieron de inspiración para los diseños de personajes de la película.
En 2018, fue cuando la producción Netflix intervino para rescatar el sueño de Del Toro, otorgándole al director el dinero y la libertad creativa necesarios para un proyecto de una escala tan gigantesca. “Pinocho de Guillermo del Toro” (el nombre del director precede al título oficial de la película) tardó miles de días en realizarse, el largo proceso se reflejó en el nivel de detalle que se ve en la película. Batidos de chocolate caliente dentro de tazas diminutas, la caja torácica de un perro está expuesta bajo la piel peluda, una pera jugosa gotea azúcar y cada elemento dentro de cada escena es una obra de arte en sí misma, solo por ese nivel de trabajo vale la pena disfrutar de una de las mejores películas del año.
En la reinvención de Del Toro sobre la historia de Pinocho, se sitúa en el sombrío telón de fondo de la Italia fascista de Benito Mussolini, mientras habla sobre la paternidad, y ambos temas juegan entre sí. Este cernimiento de ideas de obediencia guía gran parte de las reflexiones morales que son el centro de la película de Del Toro, que utiliza la figura de Pinocho en su búsqueda para probar las amenazas impuestas por figuras autoritarias. El director también está dispuesto a jugar con esa elección, empleando al muñeco de madera para cuestionar ingeniosamente el poder del simbolismo.
Si la animación de Disney de 1940 era un retorcido cuento con una moraleja que perpetuó la idea de la disciplina como el único camino hacia la bondad, lo correcto y la moral, la versión de del Toro se enfoca en abrazar la muerte como el único camino viable hacia una comprensión significativa de la vida y rechazar el conformismo como único camino viable hacia la aceptación.
Los conceptos también son relacionados con la familia, el amor, la culpa, la pérdida y el legado, temas potentes por la conmovedora eficiencia de la simplicidad. Aquí, el camino hacia la bondad moral es resbaladizo, nebuloso, la moralidad en sí misma es una fábula como una marioneta viviente.
Es verdad que la historia y el uso de la animación son enfocados para los niños y las familias, la película se niega a caer en los aspectos más directos para ese grupo, ya que el filme renuncia a las consideraciones típicas y abraza la idea de la muerte que es definitiva; el amor no es. El duelo es permanente; el dolor no lo es. Todo un atrevimiento pero que funciona como el alma de la cinta.
Pinocho de Guillermo del Toro, es un sorprendente recordatorio de que todavía las viejas historias clásicas funcionan, simplemente si logras darle un encanto nuevo y un buen tratamiento, dichas obras siguen apelando al corazón. A través de los ojos del cineasta mexicano, la fábula familiar se rehace, cuidadosamente tallada por un artista eternamente enamorado de su oficio.
Esta nueva Pinocho es una emocionante sacudida de nostalgia que te eleva y no te suelta hasta el final Toda una joyita de la animación.