El primer largometraje de Natalia López Gallardo se desarrolla con una mezcla de incertidumbre impactante que reflejan los turbios tratos criminales desde la mirada de varias mujeres especialmente destaca el trabajo de Nailea Norvind.
FICM 2022 | Manto de Gemas (2022)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Natalia López Gallardo
Reparto: Nailea Norvind, Antonia Olivares, Aida Roa, Juan Daniel Garcia, Sherlyn Zavala Diaz y Balam Toledo
Podemos afirmar que la película Manto de Gemas es la película mexicana del año, la obra es deslumbrante, simple pero cruda; el debut de Natalia López Gallardo, quien ha trabajado con Lisandro Alonso y Carlos Reygadas, deja en claro sus influencias especialmente en la mezcla y conmoción de la película. El título parece referirse a una parábola budista sobre el hombre que vive en la pobreza, sin saber que un amigo rico ha cosido de forma segura pero invisible una gema preciosa en su túnica para que no tenga que vivir así: la alusión es una de las muchas cosas opacas y difíciles de esta película.
La cinta es inquietante, que se mueve por líneas psicológicas como la culpa, el horror y la vergüenza, y al mismo tiempo hay algo en el ambiente que es peligroso. Mucho de lo que ocurre se siente indirectamente o borroso, nunca lo vemos claro o definitivo y no puedo estar absolutamente seguro de que sea un defecto, ya que Gallardo ciertamente tiene un lenguaje cinematográfico fluido y muy claro en lo que está contando.
Manto de Gemas es un filme que habla sobre el crimen, las clases sociales y la corrupción en el México moderno. Isabel (Impecable como siempre Nailea Norvind) es una mujer rica con dos hijos, Benja y Vale. Evidentemente, su matrimonio se está desmoronando y decide llevarse a los niños a una villa abandonada que una vez fue propiedad de su difunta madre, una mujer imperiosa que vemos en un flashback. La criada allí, María está atormentada por la desaparición de su hermana, una situación sombríamente común ya que los secuestros y los asesinatos son el elemento básico de las clases criminales de México, junto con las drogas, por supuesto. Las búsquedas policiales son casi ineficientes.
María tiene otro secreto: el joven mafioso en ascenso Adán tiene algún tipo de control sobre ella y, de hecho, sobre su propia madre, la policía Torta (una brillante Aida Roa), quien está disgustada tanto con la participación de su hijo en el crimen como con la suya propia debido a las operaciones oficiales que hacen y ella no puede ejercer más debido a sus superiores.
Isabel viento todo lo que ocurre, aparentemente convulsiona con la necesidad de resolver el misterio de la hermana de María, pero también de ser herida y castigada. ¿Es su auto-odio, o busca una autolesión como un síntoma de un veneno casi espiritual? ¿O su odio hacia su madre? ¿Su marido posiblemente abusivo? Los primeros planos del rostro de Norvind muestran a alguien palpitando de rabia y desesperación reprimidas, una mirada poderosa, fuerte que te dice mucho o casi nada, Una de las mejores actuaciones vistas en el festival de Morelia.
La cinta juega muy bien los momentos más vulnerables, así mismo como con los personajes, momentos que son manejados con gran habilidad, sostenidos por una brillante cinematografía de Adrián Durazo, una que genera una inquietante sensación, particularmente la secuencia culminante y onírica a cámara lenta, algo bastante creativo y efectivo, que para muchos podría ser algo pretencioso.
Al final la seriedad feroz en la forma en que Gallardo aborda los crímenes enterrados y negados del estado mexicano y las clases dominantes mexicanas, es lo más valioso de una obra que se arriesga en lo que quiere contar.