Brandon Cronenberg sigue explorando el concepto del comportamiento humano con una violenta revelación sobre el hedonismo extremo y el poder del dinero.
Muerte Infinita (2023)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Brandon Cronenberg
Reparto: Alexander Skarsgård, Mia Goth, Cleopatra Coleman, Jalil Lespert, Thomas Kretschmann
Disponible: VOD Google Play y en cines selectos
Podemos decir que Brandon Cronenberg eleva el concepto de locura en Muerte Infinita, y está locura es imposible de contener y aún más imposible de etiquetar: podemos decir que la cinta del hijo de David Cronenberg, es una pesadilla alucinante con luces de neón rebosante de imágenes perversas, grotescas y una deslumbrante explosión de seducción y poder.
El tercer largometraje de Brandon Cronenberg, es un filme que desafía constantemente las expectativas, mientras cuestiona los términos de sexo, sátira, sadismo y lucha de clases que es a la vez desconcertante. Brandon Cronenberg se ha ido construyendo como un cineasta con una habilidad genuina para saturar sus películas con una marca distintiva de inquietud física. Es decir, sus películas se sienten a la vez liberadoras y sofocantes, siempre buscando la provocación en los espectadores, pero una que se quede en la retina o en la memoria, esto queda todavía más reflejado en Muerte Infinita, donde se distingue las intenciones claras de Cronenberg al intentar asimilar el terror nauseabundo con una inclinación artística natural hacia la sangre.
Siguiendo con la oda sobre la crítica de clases sociales con poder, Muerte Infinita está ambientada en una isla ficticia llamada La Tolqa, donde seguimos a James Foster (Alexander Skarsgård), un autor cuya primera novela fue un fracaso, dejándolo con un bloqueo como escritor por seis años. Entonces, en busca de inspiración, se va de vacaciones a un resort de lujo con Em (Cleopatra Coleman), su heredera y rica esposa. Como pareja, James y Em son lo suficientemente vacíos y distantes como para sugerir la adhesión al tipo de estilo de vida apático que es una realidad para la mayoría de las personas que provienen del dinero.
El complejo en el que se alojan se asemeja a una lujosa ciudad amurallada, este cuenta con un club nocturno y un restaurante chino apilados dentro de las instalaciones. Fuera de las puertas de este paraíso artificial, hay peligro: se nos dice que cuenta con una alta tasa de criminalidad y un sistema de justicia violento habituado a imponer la pena de muerte. Se ordena a los huéspedes que permanezcan en la propiedad y que nunca salgan. Al poco tiempo de haber llegado James y Em conocen a otra pareja de turistas, la despreocupada Gabi (Mia Goth) y su esposo Alban (Jalil Lespert), quienes persuaden fácilmente a la pareja para que se escapen para una a excursión a una playa apartada del resort en un coche prestado. En ese momento, James comienza a disfrutar de la atención que Gabi, a la vez sugerente y tímida, le brinda; cuando se conocen por primera vez, ella apela directamente a su ego, presentándose como su mayor admiradora, y agrega que no puede esperar para leer su nuevo libro. James está igualmente excitado por la tensión sexual entre Gabi y él, una tensión que se calienta como una olla a presión esperando a implosionar.
Después de un largo día de holgazanear, tomar el sol y un interludio carnal particularmente impactante (tienes que ver la escena para creerlo), deciden dar por terminado el día. Pero las cosas van mal en su camino de regreso: en un camino oscuro, James, que está detrás del volante, golpea a un lugareño y lo mata instantáneamente. Consecuentemente la pareja es puesta bajo custodia policial, James es naturalmente responsable del crimen, es aquí donde la película toma su primer giro, a James le ofrecen dos opciones: la pena de muerte o la pena de muerte con una cuestionable tarjeta para salir de la cárcel. Para acceder a esta cuestionable práctica, él debe estar dispuesto a pagar una suma considerable para clonarse y ver cómo su doppelgänger es ejecutado sin piedad.
James firma en el papel punteado y ve a su inocente doppelgänger encontrarse con una muerte sangrienta. Su esposa lo acompaña en el proceso, ella chilla y mira hacia otro lado con horror, mientras que James no puede evitar excitarse ante la perspectiva de que nada esté fuera de los límites si puede pagar las repercusiones con dinero. Eso, a su vez, desencadena una cadena de eventos en los que James se siente atraído por Gabi y un grupo de vacacionistas ricos y hedonistas que regularmente emplean esta escapatoria para su ventaja recreativa.
Skarsgård, sigue demostrando que es un actor que está dispuesto a todo y se desafía en cada reto que lo vemos últimamente, aquí se transforma para construir a un hombre con un ego frágil y una personalidad descomunal, un hombre muy herido y castrado, cautivado por la idea de ejercer cualquier tipo de poder a tal punto que está dispuesto a degradarse a sí mismo a cualquier nivel. Pero a medida que la trama se desarrolla y se da cuenta de que no hay vuelta atrás, vemos a Skarsgård perpetuamente al borde de una crisis nerviosa o una rabieta como si exigiera ser rescatado de sí mismo.
Por otro lado Mia Goth, sigue demostrando un alcance de rango impresionante, aquí la vemos generando momentos asombrosos. La actriz muestra una cualidad salvaje y trastornada en Gabi, convirtiéndola en una presencia enigmática e intimidante. Eso es más visible en una escena posterior en la que Gabi le grita a James, lo reprende como a un niño errante y lo empuja sin piedad hasta el punto de ruptura en el hombre.
El principal problema del filme son sus personajes secundarios, estos tienen muy poca trama y quedan desdibujados al lado de los de Goth y Skarsgård, estos son simplemente peones que acompañan a ambos personajes en el caos que crea el director.
En otro punto, Cronenberg no parece interesado en limitarse a una historia; en cambio, empuja la trama a los límites de una experiencia sensorial de terror corporal, experimentando con el estilo y jugando con la composición de la imagen, todo con el fin de crear momentos chocantes.
Sin dudas, lo mejor de la cinta es la innegable visión de Cronenberg, está se destaca por hacer que el derramamiento de sangre parezca algo hermoso, mezclando sin aliento lo inquietante y lo hermoso para construir secuencias alucinantes e inolvidables, las apuestas sónicas y visuales las utiliza para elevar el universo completamente desquiciado que está mostrando.
Muerte Infinita es una película seductora en su intensidad, sensacional en su compromiso de examinar la fealdad de la sociedad y la idea del desapego emocional. Y todavía se las arregla para ser una acusación oscuramente cómica de la tensión constante y cruel entre la clase alta y la clase trabajadora.