Basado en un capítulo de la obra de Drácula de Bram Stoker, este nuevo filme del icónico personaje se ambienta en el famoso viaje que realizó Drácula hacia Inglaterra, una idea que funciona en cierta medida.
Drácula: Mar de Sangre (2023)
Puntuación: ★★★
Dirección: André Øvredal
Reparto: Corey Hawkins, Aisling Franciosi, David Dastmalchian, Javier Botet, Liam Cunningham y Woody Norman
Universal continúa buscando como revivir sus icónicos personajes y traerlos a la época moderna, algunas ideas funcionan y otras es mejor no acordarse; en este caso en lugar de volver a contar el Drácula de Bram Stoker completo una vez más, deciden tomar un capítulo: The Captain’s Log, que detalla el viaje del Demeter desde Rumania a Inglaterra, y así profundizar en lo que sucedió durante el trayecto del barco.
Drácula: Mar de Sangre, es una película de terror de época, creada por el director Andre Øvredal y es protagonizada por Corey Hawkins como un médico inglés del siglo XIX que, junto con el resto de los marineros del Demeter, lucharán contra Drácula, quien se ha metido de contrabando en el barco. Øvredal con esta idea, busca crear una película que inicialmente quiere crear un suspenso en espacios reducidos, pero luego se va por el camino del gore leve, aunque no es tan impactante como uno desearía; al mismo tiempo, el director intenta sin éxito elevar su película con una profundidad psicológica endeble con fundamentos emocionales, pero eso no funciona ya que en ningún momento hay un desarrollo de personajes.
Como dijimos en un inicio, el filme aborda un capítulo de la clásica novela de Bram Stoker, razón por la cual la trama ocurre en el año 1897, donde conocemos a Clemens (Hawkins) que se ha abierto camino hasta el Demeter, un barco mercante que sale de Rumania y se dirige de regreso a Inglaterra. La tripulación no está nada contenta con el ingreso del nuevo compañero, pero pronto tendrán una preocupación mayor cuando el ganado comience a ser sacrificado y los hombres desaparezcan, y es que en barco se esconde el vampiro más famoso de la historia, el Conde Drácula, presentado aquí como un ser más monstruoso que persona, incluso nunca lo vemos en su versión humana, ni veremos a los icónicos personajes de la historia como Mina, Jonathan Harker o Renfield.
Como sabemos al ser un solo episodio de una trama mucho más grande, la cinta tiene que jugar con que el espectador desde el primer minuto sabe como va a terminar la película y que no hay final feliz, por lo que el cineasta se la juega construyendo una historia lo bastante entretenida, y esto lo hace creando postales muy cinematográficas que acompañadas por la partitura operística de Bear McCreary, hacen que varios momentos se amplifiquen y así crean una espectacularidad digna de ver en pantalla.
Otro punto que es intrigante y al mismo tiempo frustrante, es que la cinta no sabe como trabajar correctamente la confusión de los personajes provocada por el pánico de los eventos, desde el contexto de que los personajes nunca han visto nada como esta criatura que muerde el cuello y se alimenta de sangre, pero ese caos se vuelve menos interesante, ya que Ovredal le oculta información intencionalmente a los personajes, pero uno como espectador sabe casi todo sobre los vampiros y Drácula, situación que se puede sentir como una frustración al ir un paso adelante de Clemens y los demás.
Como dijimos, los personajes no tienen desarrollo e incluso se sienten unidimensionales, como el caso del personaje de David Dastmalchian, que interpreta al tenaz primer oficial del barco, un marinero que, pase lo que pase, solo sabe oponerse al razonamiento de Clemens, complicando constantemente las cosas simplemente porque el guion necesita que haya conflicto entre los miembros de la tripulación.
Sin dudas lo mejor de la cinta es cuando se enfoca en crear secuencias de miedo, cargando esos momentos con una atmósfera casi espeluznante. Hay indicios vagos del Nosferatu de FW Murnau, especialmente en la representación de la figura demoníaca. Además hay ciertas libertades creativas con respecto al material original, que realmente no afecta a la historia que está contando, pero queda en cada persona si esos cambios molestan o se pueden pasar por alto.