¡Sin dudas estamos ante una de las mejores miniseries del año! Shôgun es una aventura salvaje sobre la Japón feudal. Una lujosa adaptación de la clásica novela de samuráis de 10 episodios. Donde seguimos la odisea del lord Yoshii Toranaga que lucha por su vida mientras que sus enemigos del consejo de regentes se alían contra él.
James Clavell es sin dudas uno de los autores más interesantes de los últimos tiempos con su saga literaria llamada The Asian Saga, cuya primera novela publicada fue El Rey Rata (1962), pero cronológicamente es el cuarto, de dicha saga la novela más famosa fue la de 1975 llamada Shôgun, que de alguna manera fue y sigue siendo un éxito literario verdaderamente masivo que cambió la cultura y vendió millones de copias. Además que fue la que sentó las bases de dicha saga.
Ahora la empresa FX ha decidido llevar esta historia a la pantalla con una miniserie lujosa y costosa de 10 episodios, una que se siente muy inspirada al estilo de Game Of Thrones. Sobra decir que dicha producción no tiene nada que envidiar a la obra de HBO, ya que Shôgun demuestra que tiene vida propia cuya ambición innegable. Además dicho programa no se parece a muchos otros programas de televisión épicos que hemos visto. Se trata de un drama fastuoso y exigente que debe abordarse con cuidado y concentración. Está principalmente hablado en japonés, en partes en inglés, dicho idioma sustituye al portugués (era el que se hablaba en esa época en esa región). Eso sí, hay que aclarar que la serie se desarrolla paulatinamente, y que se necesita algún tiempo para acostumbrarse al ritmo y tono que plantea, pero cuando ya sienta las bases, lo que sigue es una obra espectacular.
La trama está ambientada en el Japón feudal de los años 1600, cuando una latente amenaza de una guerra civil está emergiendo. Todo inicia cuando el personaje de Cosmo Jarvis, John Blackthorne, un alto oficial inglés del barco Scurvy (en realidad, el barco holandés Erasmus) ha encallado en las costas de Japón, a pesar de que la tripulación no termina de creer que esta rumoreada nación insular exista. Estos llegan en medio de un conflicto con los portugueses, que han mantenido en secreto la ubicación de Japón a las naciones europeas, para establecer un monopolio comercial. Los pocos supervivientes del Erasmus llegan a un momento tenso en la historia japonesa: el Taiko, el gobernante supremo, ha muerto recientemente, dejando un heredero demasiado joven para gobernar. Entonces, cinco señores guerreros forman un consejo de regentes, que actúan como gobernantes interinos, pero las tensiones entre ellos amenazan con estallar en una guerra civil.
Entre los regentes está Lord Toranaga (un impresionante Hiroyuki Sanada), quien es a través de él que vemos el conflicto que se está gestando. Toranaga es un héroe de guerra y un maestro estratega que tiene el mayor potencial para asumir la soberanía general y, por lo tanto, es el menos popular entre sus compañeros señores guerreros. Le dicen que este no es el momento para hombres buenos, sino para un shōgun, un líder militar poderoso. Astutamente, Toranaga ve los perjudiciales beneficios de la repentina llegada de Blackthorne y comienza a maniobrar su presencia a su propio beneficio. Blackthorne es conocido como un Bárbaro o Anjin, que realmente así lo vamos a conocer en casi toda la serie. Toronaga, utilizará habilidades de navegación de este; pero el personaje de Cosmo nos servirá para tener algunos momentos de semi-ligereza, especialmente cuando empieza a conocer el deslumbramiento y furia de esta nueva cultura, y las convenciones de una nueva tierra para él. Pero el guion está también escrito, que la serie es muy consciente de este punto, por eso nos va a mostrar eso mismo pero desde la mirada de los japoneses, ya que el Anjin será un misterio, un repugnante y un grosero para ellos.
Jarvis interpreta a Blackthorne como un improvisador brillante, alguien cuyos instintos le permiten encontrar su propósito en dicha tierra. Al principio, en realidad es poco más que una moneda de cambio, movido por el país como un estratega potencial en la batalla que se avecina. Rápidamente se alinea con Toka Mariko (Anna Sawai, simplemente la mejor de la serie), quien actúa como traductora de Blackthorne, y sabe muy bien las lineas que tiene que mantener tanto para salvarse o para aquellos que sirve. Blackthorne, Toranaga y Mariko pueden ser personas muy diferentes, pero el material los sabe retratar con una brillantez, que los convierten en personas cuyos instintos son los que les permitirán sobrevivir en un mundo complicado.
Además dentro de la historia, también hay una trama religiosa, ya que el cristianismo ha estado avanzando en la sociedad japonesa. El conflicto involucra a los portugueses que han estado utilizando el comercio para llevar su religión a la región, siendo este uno de los muchos grandes temas que Shōgun no teme abordar. También se trata de habilidad política, diplomacia, guerra y, eventualmente, amor, pero eso pasa a un segundo plano en algunos primeros episodios. En cambio, la crueldad de este mundo siempre está en primer plano. Hay decapitaciones rápidas y despiadadas. Un hombre es cocinado lentamente hasta morir, y al mismo tiempo nos explican muy bien en que consiste el ‘seppuku’, que es como un ritual tipo suicidio o un autosacrificio por medio de una espada u otra hoja, el del episodio ocho es impresionante.
Shōgun es una obra épica muy de los noventa, al igual que Masters of the Air. Aunque son mundos aparte en términos de entorno y enfoque, son, curiosamente, saben crear espectacularidad y grandes momentos de tensión, aunque la serie de FX carga con un guion mucho más complejo y personajes con más desarrollo. El mejor acierto de Shogun es que han decido mantener muy bien la esencia japonesa, eso incluye que la serie se desarrolle en el idioma del país donde ocurre los eventos, y que los personajes que hablan otro idioma sea inglés, lo que termina haciendo al programa atractivo y fascinante.