Through the Graves the Wind Is Blowing | Review

Una propuesta arriesgada y audaz que mezcla el documental con la ficción mientras examina la conciencia política de la antigua nación de Yugoslavia.
Through the Graves the Wind Is Blowing (2024)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Travis Wilkerson
Documental
Disponible: MUBI

Yugoslavia ​fue un Estado ubicado en el sudeste de Europa que existió durante la mayor parte del siglo XX, su caída fue uno de los grandes eventos de ese siglo, entonces ¿Cómo se puede hacer una película sobre la caída de Yugoslavia? Esta es la pregunta que se hace el documentalista estadounidense Travis Wilkerson al inicio de Through the Graves the Wind is Blowing, tras reconocer su propia posición de extranjero en Croacia, mientras nos comenta su nombre, edad, altura, habla de su familia y su ocupación (profesor universitario) y de lo que lo atrajo a este país de Europa. Una introducción franca y abierta.

En ese momento conocemos a Ivan Perić (interpretando una versión de sí mismo), un detective encargado de resolver los asesinatos de algunos turistas en Split. Dirigiéndose a la cámara, comparte que siguió esta carrera solo para evitar dos cosas: convertirse en pescador, como su padre, y trabajar en la industria del turismo, pero las vueltas de la vida lo llevan a trabajar para turistas. 

Croacia se ha convertido en un punto turístico gracias a Juego de Tronos y en un infierno para los locales; Wilkerson utiliza este sentimiento para elaborar una sátira políticamente consciente y un homenaje a la Ola Negra de los eventos ocurridos en la antigua Yugoslavia. Como tal, la película sigue a Iván en una búsqueda condenada al fracaso para reunir pruebas de estas muertes (todo narrado con humor) y relata los obstáculos burocráticos y xenófobos que le impiden hacerlo.

Todo el mundo desprecia a los turistas y nadie ayuda Iván, quien dice que solo se encuentra con turistas cuando ya están muertos. El humor negro se siente como una extensión natural del entorno; filmar en blanco y negro parece un guiño a lo fácil que es simplificar un contexto político, pero Wilkerson, una potencia de investigación y un equipo de un solo hombre, sabe que no debe dejarnos adivinando, y es por eso que el recurso forma parte en la narrativa que quiere contarnos, ya que en los grises está la verdad. 

Además del trabajo detectivesco de Ivan, la película incluye imágenes de archivo de momentos decisivos de la historia del país contados por la cultura popular. Un ejemplo de ello es la escena en la que los jugadores de fútbol del equipo nacional Hajduk lloran en el estadio durante el anuncio de la muerte del dictador Tito, cuya muerte fue el desencadenante de la guerra de Yugoslavia, y por ende su caída.

Los escenarios mostrados son importantes para el desarrollo del ensayo; ya que estos llevan la marca de la disolución y la desilusión de un país. El Centro Olímpico, Coteks (el primer centro comercial, ahora abandonado), los monumentos de los héroes anónimos que luchan contra la organización fascista y ultranacionalista Ustaše y los graffitis de la ciudad que narran la resistencia son testimonio de un intento de recuperar una historia que no está tan lejos de la realidad social que se vive hoy en día, no solo en Croacia, sino también en muchos países. 

Wilkerson incluye no solo su voz como narrador, sino también a sí mismo como entrevistador, haciéndole preguntas a Ivan durante el rodaje. En lugar de confiar en esta metapresencia para legitimar su papel como director, se muestra tratando de comprender los ciclos de violencia que han marcado al país después de la caída de Yugoslavia.

Todo lo comentado es la parte más fácil de comprender el proyecto de Wilkerson, pero la realidad es que el filme es por mucho un filme casi experimental, ya que la gran parte del documental está construido por medio de interludios en los que la historia por momentos se siente pesada, todo eso adornado con una música electro ambiental compuesta por neoyorquino Hellish Cashstrap. Dicho esto, podemos decir que esa parte experimental pesa demasiado, y esas intenciones pueden dislocar al espectador (mezclando el tono, así como la estética digital y analógica) los que provocan intensas reflexiones en lugar de ofrecer reflexiones sencillas.

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