Daisy Ridley logra un gran carisma como la nadadora Trudy Ederle, quien en 1926 fue la primera mujer en cruzar a nadando el Canal de la Mancha.
La joven y el mar (2024)
Puntuación: ★★★
Dirección: Joachim Rønning
Reparto: Daisy Ridley, Tilda Cobham-Hervey, Stephen Graham, Christopher Eccleston, Jeanette Hain y Glenn Fleshler
Disponible en Disney Plus
Gertrude “Trudy” Ederle, fue una niña que sufrió sarampión, no tenía muchas esperanzas de vivir, pero era una luchadora, algo que nunca quedó más claro que cuando sorprendió al mundo en 1926 al cruzar nadando el Canal de la Mancha, batiendo el récord masculino en el proceso. Muchos años después de la mano de Disney, el cineasta Joachim Rønning se une con la actriz Daisy Ridley para contar esta increíble historia sobre una figura resiliente, una película biográfica agradable, que te deja una alegre sonrisa, pero si la piensas un poquito notarás que deja muchas temas en la superficie, como si no quisiera indagar mucho.
Es inevitable no ver La joven y el mar, no pensar en Nyad, la película le valió nominaciones al Oscar a Annette Bening y a Jodie Foster; decimos esto, ya que ese filme narra la controvertida historia de la nadadora de largas distancias Diana Nyad, quién fue la primera persona en nadar sin una jaula desde Cuba hasta Florida; si ya esa película presentaba algunos problemas, a la hora de explorar las emociones genuinas de Nyad; La joven y el mar, camina prácticamente por los mismos caminos, ya que el filme solo busca agradar al público, y se aleja al no querer transmitir los diferentes impedimentos que la tarea de Trudy emprendió.
Hija de inmigrantes alemanes, Trudy Ederle (Ridley) creció en Coney Island a principios del siglo XX. Tras sobrevivir a un caso casi fatal de sarampión, quiere convertirse en nadadora junto a su querida hermana mayor Meg (Tilda Cobham-Hervey), pero el sexismo de la época impide que la tomen en serio. Sin embargo, con el tiempo, Ederle demuestra su talento en la piscina y consigue un puesto en el equipo estadounidense para los Juegos Olímpicos de Verano de 1924. Pero luego centrar su atención en una ambición aún más audaz: cruzar a nado el peligroso Canal de la Mancha.
Trudy vive con su hermana Meg (que se da cuenta de que no es tan atlética como su hermana menor), con su madre de carácter fuerte (Jeanette Hain) y su padre conservador (Kim Bodnia); todos ellos ayudan a dar cuerpo a la historia, ilustrando la cálida comunidad con la que vivía la nadadora. Cobham-Hervey es especialmente conmovedora como Meg, una mujer presionada a casarse para ayudar a mantener a su familia empobrecida, pero que siempre tiene una sonrisa para su hermana, sin dudas es el corazón de la película, ya que sin el apoyo de Meg, Trudy no hubiera tenido las fuerzas para lograr su sueño.
La joven y el mar es un filme muy de fórmula de su estudio, transmite su mensaje alentador sin especificidad ni perspicacia. La recuperación de Ederle de una enfermedad infantil insinúa un espíritu inquebrantable, pero la película rara vez investiga esa dinámica después, lo que le quita complejidad al personaje. Ridley le aporta un carisma y un encantó a un guion no le ayuda mucho, que simplemente la ponen como una chica llena de sueños que lucha contra todo obstáculo, cuyos obstáculos los quitaba sin mucha lucha, haciendo a la figura de Ederle inspiradora pero un tanto simple.
Sin dudas lo mejor del filme es la relación fraternal entre las dos hermanas, pero el resto de los elementos de la trama tiende a ser un poco unidimensional. Una bonita historia para pasar el rato y listo.