Acto encubierto | Review

Una comedia de acción ligera donde tres actores fracasados interpretados por Bryce Dallas Howard, Orlando Bloom y Nick Mohammed son reclutados por un policía para infiltrarse en una red de drogas.
Acto encubierto (2025)
Puntuación: ★★½
Dirección: Tom Kingsley
Reparto: Bryce Dallas Howard, Orlando Bloom, Nick Mohammed, Paddy Considine, Sean Bean y Ian McShane 
Disponible en Prime video

La comedia de acción recientemente coescrita por Colin Trevorrow y Derek Connolly, en colaboración con los británicos Ben Ashenden y Alexander Owen, constituye un curioso experimento dentro del cine de entretenimiento contemporáneo. Ambientada en Londres —aunque su ADN narrativo parece remitir más a las calles de Los Ángeles o Nueva York—, la película propone una premisa disparatada y de alto concepto: tres intérpretes frustrados y sin rumbo son reclutados por un detective para infiltrarse en una red de narcotráfico. Lo que podría haber sido una sátira mordaz o una comedia sofisticada sobre el arte de actuar y la realidad criminal, termina convirtiéndose en una pieza simpática pero olvidable, que se apoya más en el entusiasmo de su elenco que en la solidez de su guion o puesta en escena.

El argumento, en apariencia, tiene todos los ingredientes para funcionar. Kat (Bryce Dallas Howard), una actriz estadounidense en decadencia atrapada en el limbo migratorio británico, dirige un taller de improvisación con la esperanza de no desaparecer del todo del mundo actoral. A su grupo se suman Marlon (Orlando Bloom), un aspirante a estrella de método reducido a comerciales televisivos, y Hugh (Nick Mohammed), un introvertido informático en busca de autoestima. La dinámica entre estos tres personajes cobra un giro inesperado cuando el detective Billings (Sean Bean), en una aparición tan intrigante como implausible, les ofrece dinero a cambio de infiltrarse como actores encubiertos en una operación antidrogas. La oferta, absurda pero aceptada, detona una serie de situaciones tan ridículas como predecibles.

Pese al potencial cómico del punto de partida, la ejecución se siente deslucida. La cinta nunca alcanza a capitalizar plenamente la tensión entre realidad y ficción, entre actuación e infiltración, que tan fértil podría haber sido para la sátira social o el meta-cine. La comedia, aunque presente, rara vez logra consolidarse más allá del guiño o la parodia superficial. En este aspecto, el talento del elenco se convierte en el verdadero sostén del relato. Bryce Dallas Howard ofrece una interpretación entregada, aunque a ratos desorientada, que deja en duda si su confusión es del personaje o de la actriz. Orlando Bloom, en un papel autorreferencial e irónico, encuentra una veta absurda que sabe explotar con solvencia. Pero es Nick Mohammed quien mejor entiende el tono de la propuesta: su Hugh es entrañable, torpe y genuinamente gracioso, logrando conectar con el espectador incluso cuando el guion se debilita.

Los verdaderos momentos de brillo, sin embargo, recaen en los breves pero hilarantes segmentos protagonizados por Ashenden y Owen —también coguionistas— como una pareja de policías torpes con una dinámica que remite a la clásica dupla cómica británica Mitchell y Webb. Su presencia, aunque limitada, sugiere una versión alternativa del film que habría resultado mucho más interesante si se les hubiera dado mayor protagonismo. La energía y el ingenio que aportan estos personajes parecen pertenecer a otra película, más autoconsciente y con mejor ritmo.

En última instancia, esta comedia de acción encubierta es un ejercicio simpático pero intrascendente. Ofrece algunos destellos de humor, un puñado de diálogos acertados y el placer voyeurista de observar a su elenco disfrutando del rodaje, probablemente más de lo que el espectador disfruta del visionado. A falta de una propuesta más incisiva o una exploración auténtica de los temas que insinúa —la precariedad actoral, la credulidad institucional, la burocracia policial—, la película se contenta con ser una distracción pasable. No es una catástrofe, pero tampoco un hallazgo. Como tantas otras obras contemporáneas, cumple, entretiene moderadamente y se desvanece rápidamente en la memoria.

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