Adele Exarchopoulos interpreta a una azafata de una aerolínea de bajo presupuesto que entra en conflicto con su vida emocional.
Bienvenidos a Bordo (2021)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Julie Lecoustre y Emmanuel Marre
Reparto: Adèle Exarchopoulos, Jonathan Sawdon, Jean-Benoît Ugeux, Mara Taquin y Alexandre Perrier
Disponible: MUBI
Para nadie es un secreto que la vida de una persona que trabaja como piloto o de azafata, es una vida en perpetuo movimiento, y el enfrentamiento a esa realidad es parte de lo que quiere transmitir el filme Bienvenidos a Bordo (Rien a foutre), el primer largometraje de los colaboradores Emmanuel Marre y Julie Lecoustre, cuya historia modesta y algo mundana de una joven mujer cuyo rostro público oculta una angustia privada, una tristeza y una soledad, todo sostenido por la conmovedora interpretación de Adèle Exarchopoulos.
Exarchopoulos, interpreta a Cassandre, una mujer de impecable profesionalidad que trabaja para una aerolínea de bajo costo llamada Wing, parte de su trabajo es encantar a los clientes incómodos, servir comida, promocionar las ofertas especiales en productos libres de impuestos y hacer que cada pasajero siga su camino con una sonrisa, pero esa sonrisa nunca llega a sus ojos, y sin dudas lo mejor del guion es la forma en que explora las apariencias y la realidad de cada persona, y en este de caso de una trabajadora.
Como dijimos anteriormente, Exarchopoulos es lo mejor del filme, ya que la actriz logra transmitir la sensación de melancolía que envuelve a Cassandre. Ella lleva una vida glamorosa mientras viaja por el mundo, se hospeda en hoteles y vive sin consecuencias ni preocupaciones. Tinder le proporciona todas las conexiones que podría desear, pero nada de la ternura que anhela, y a pesar de toda su realidad, nunca cae en las lágrimas.
Los directores logran mostrar muy bien el mundo que rodea a Cassandre, por momentos la vemos, elegantemente vestida, con cabello y maquillaje impecables, mientras se tambalea en tacones altos por los diferentes hoteles, pero pese a todo nivel de vida, siempre sentimos que vemos a una mujer solitaria.
Algo interesante del filme, es la forma en que Marre y Lecoustre narran la historia, ya que por momentos se siente un cuasi-documental, especialmente por la inmersión que tiene la cámara al mostrarnos los procedimientos de la aerolínea, mostrando ejercicios de capacitación y los requisitos para asegurar el ascenso a gerente de cabina, incluido el mantenimiento de una sonrisa ganadora de treinta segundos para sorprender a los pasajeros.
Son esos planteamientos del montaje, donde notamos que Cassandre no puede ocultar la tristeza de su rostro, no logra disfrutar su trabajo, su vida, la soledad la persigue por todos lados, y todo tiene sentido cuando nos enteramos de que su madre ha muerto recientemente, y el compromiso de ella con su trabajo y la voluntad de trabajar todos y cada uno de los días festivos se ha convertido en una forma de evitar a su familia. Pero unos eventos la obligan a regresar a su casa, y le toca enfrentar sus sentimientos.
Hay varios momentos muy bien construidos, especialmente los momentos más íntimos de Cassandre, pero la cinta tarda mucho en llegar a esos eventos, por momentos se siente lenta y no avanza hacia donde quiere llegar; y cuando llega es un poco tarde.