El maestro Zhang Yimou regresa al cine con esta película de espías ambientada en la década de 1930 donde vuelve a reafirmar su impacto visual.
Cliff Walkers (2021)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Zhang Yimou
Reparto: Zhang Yi, Zhang Hanyu, Amanda Qin, Zhu Yawen, Yu Hewei, Li Naiwen y Yu Ailei
Disponible: VOD Google Play
El maestro Zhang Yimou vuelve al cine luego de una pausa desde su aclamado filme Shadow (2018), aunque podemos hacer mención que el cineasta si tenía otro filme que por motivos ajenos la película Un segundo estuvo detenida por el mercado de China, y es así como nos llega antes su última aventura en la pantalla grande Cliff Walkers, siendo sinceros su película más nacionalista hasta la fecha, filme que se aleja totalmente a todo lo que había creado el director, pasando por ese cine social como es Vivir (1994), Esposas y concubinas (1991) o el cine de wuxia con Hero (2002) y House Of Flying Daggers (2004).
Cliff Walkers es un filme del género de espionaje, ambientado en la década de 1930, que se centra en cuatro agentes especiales del Partido Comunista en una misión ultrasecreta en el estado japonés de Manchukuo. Yimou demuestra su habilidad para crear un thriller de espionaje con todas las reglas desde la mirada oriental, reuniendo de alguna manera casi todos los elementos comunes imaginables. Como es de esperar en una película de Yimou, el filme esta Inmaculadamente filmada en medio de una gran cantidad de nieve, que literalmente agrega una capa adicional a las enrevesadas tramas y traiciones que uno espera en una cinta de este tipo.
Con Cliff Walkers, Yimou reafirma su marca entre el nuevo cine oriental dedicado a este género que está surgiendo en estos tiempos modernos donde sobresalen filmes como Chen Kuo-fu y The Message (2009) de Gao Qunshu, Assassination (2015) de Choi Dong-hoon o The Age Of Shadows (2016) de Kim Jee-woon.
El filme comienza con los agentes lanzándose en paracaídas en un bosque en el noreste de China. El equipo está compuesto por el comandante Zhang Xianchen (Zhang Yi) y su esposa Wang Yu (Qin Hailu), además de la pareja más joven Chu Liang (Zhu Yawen) y Xiao Lan (Liu Haocun). Después del entrenamiento en la URSS, su misión es extraer a un testigo de una masacre japonesa que se esconde en Harbin. Dado que la región está repleta de policías secretos, Zhang determina que deben dividirse en parejas para el viaje a la ciudad. Es una decisión acertada ya que un contacto local ya los ha traicionado, lo que resulta que haya varios apuros en el camino.
A su llegada a la ciudad, la amenaza de sabotaje proviene de los supuestos aliados del equipo, que en realidad trabajan bajo las órdenes del jefe de sección Gao (Ni Dahong). Se produce una batalla de ingenio con desarrollos que se desarrollan en las calles laberínticas de Harbin y dentro de la mansión en ruinas que sirve como base de operaciones. Simultáneamente, Zhang y Wang se esfuerzan por completar una misión más personal. Una vez residentes de Harbin, la pareja se vio obligada a dejar atrás a sus hijos cuando se fueron a entrenar y ahora están decididos a encontrarlos.
Como mencionamos, la película en todo momento se siente que es un homenaje a los héroes de la revolución comunista, la cual la hace ser el trabajo más nacionalista del director que en los ochenta y noventa se consolido como uno de los cineastas más críticos al gobierno chino. El guión está construido por Quan Yongxian, quien le brinda a Zhang abundantes referencias a otros thrillers de directores como Alfred Hitchcock, Jean-Pierre Melville o Johnnie To. Sacrificando estratégicamente la dinámica del equipo, la película coloca a sus protagonistas en apuros individuales que requieren astucia y determinación para salir de la situación, momentos que la cámara de Zhang logra aprovechar todos los enfoques y espacios para crear escenas que son un placer visual como solo él sabe hacer, para eso véase la escena del tren.
Como venimos mencionando si algo destaca de Cliff Walkers es su diseño de producción, las recreaciones de las estructuras de Harbin de la década de 1930 a escala son impresionante, mientras que la cinematografía de Zhao Xiaoding crea una sensación de traición al acecho a través de interiores sombríos, y en algunas secuencias exteriores casi podrían pasar por blanco y negro si no fuera por las salpicaduras del rojo característico del director de las luces de la calle o las heridas sangrantes, pero por momentos logran perder encanto debido a la nitidez digital que proyecta.
Es verdad que la cinta no es de las mayores obras del aclamado director, pero nos vuelve a reafirmar la calidad de cineasta que es Zhang Yimou y lo que todavía nos puede regalar.