El intento de Rupert Sanders de resucitar el thriller de venganza de culto de 1994 se ha convertido en una de las películas más horribles de 2024.
El Cuervo (2024)
Puntuación: ★
Dirección: Rupert Sanders
Reparto: Bill Skarsgard, FKA Twigs, Sami Bouajila, Josette Simon, Laura Birn y Danny Huston
Estreno en cines
Lo peor que le puede pasar a una película es ser básica, aburrida y sin personalidad. Esos son tres adjetivos con los que se puede calificar a la nueva versión del El Cuervo. Es tan mediocre esta nueva versión que todavía sigo debatiendo con mis neuronas como es que existe, cómo es que esto se hizo, quien aprobó este proyecto y le dio luz verde, lo peor es cómo llegó a cines, es una película que debería haber ido directamente a plataformas como Netflix o Prime Video.
Que El Cuervo sea mala y un fracaso no debería ser una sorpresa, ya que esta versión actualizada y tortuosa del thriller gótico de venganza de 1994 ha estado en desarrollo desde 2008 y desde entonces ha contado con la participación de varios directores y actores; pero es realmente sorprendente lo absolutamente miserable que es el producto final y lo poco apto que es para un estreno general. Y es que si escarbas en la información, el filme se desarrolló hace dos años, y desde que se terminó de filmar ha estado en el cajón, para finalmente llegar a salas sin mucho ruido y casi desaparecida, lo que la lleva a unirse a los anales de los peores y más inútiles remakes jamás realizados. En pocas palabras, nunca necesitábamos una nueva versión de la adaptación del cómic El Cuervo.
Skarsgard interpreta al tatuado y torturado Eric, residente en un centro de rehabilitación de drogas cuando conoce por primera vez a Shelly. Ella está allí para evitar a un individuo aterrador y misterioso llamado Vincent (Danny Huston). Eric se enamora rápidamente de ella y comienzan una tórrida historia de amor antes de que los matones de Vincent los asesinen. Eric se sorprende al descubrir, sin embargo, que no está muerto; en cambio, reside en un punto intermedio sobrenatural en el que puede regresar a la tierra de los vivos para enmendar sus asesinatos injustos. Eric jura matar a Vincent y averiguar sobre la conexión pasada del hombre con Shelly.
Rupert Sanders sin mucha personalidad cubre el encuadre con grises y negros sombríos. Pero El Cuervo nunca evoca una potente sensación de aprensión, sino que roba la estética áspera de otras películas de David Fincher como la inspiración más obvia, empezando por la imitación de los espeluznantes créditos iniciales de The Girl with the Dragon Tattoo. La cleptomanía cinematográfica no se detiene allí, ya que una de las secuencias de acción culminantes es el enésimo ejemplo de un director que corta entre una escena de lucha operística y una ópera real que se desarrolla simultáneamente. La originalidad no es el punto fuerte del director.
Pero ojalá eso fuera lo peor de El Cuervo, ya que lo más fuerte aquí es que no hay química en la pareja protagonista, sabiendo que ese vínculo romántico es el motor de toda la trama, y si eso no ocurre aquí, no hay nada que sostenga la película. Que, para rematar el guion no ayuda a ese aspecto, debido a que la historia de dos almas gemelas atormentadas y destrozadas por los vientos crueles del destino nunca es lo suficientemente interesante e importante, haciendo que todo ese desarrollo se sienta superficial.
Por otro lado, Bill Skarsgård interpreta intencionalmente a este antihéroe como un melancólico implacable. El enfoque del actor refleja su compromiso con la película, ya que se nota la seriedad con la que se entrega, sin dejar lugar para el humor negro o el humor exagerado. Lástima que el guion, escrito por Zach Baylin y William Schneider, no es convincente, y parece que Skarsgård está en otra película que no es El Cuervo.
En conclusión si vas a ver El Cuervo es necesario pedir un reembolso.