Siguiendo su frenética y atrapante historia, la segunda parte del increíble drama culinario llamado El Oso amplía su mirada hacia un lado más profundo y conmovedor sobre la ideas que hacen que la vida valga la pena.
La nueva temporada de El Oso está finalmente disponible en Star+, regresa con todo el elenco original, Jeremy Allen White, Ayo Edebiri, Molly Gordon, Ebon Moss-Bachrach, Abby Elliot, Mayte Matheson, Lionel Boyce, Liza Colón-Zayas, Oliver Platt y una colección grandes cameos que sólo enaltecen la serie.
A sólo unos meses después del final de la primera temporada con Carmy (Jeremy Allen White) y su equipo en la búsqueda por lograr abrir un nuevo restaurante, “The Bear ” utilizando el dinero que encontraron en latas de tomate, tapadas por su difunto hermano, Mikey(Jon Bernthal). El sitio será totalmente renovado y actualizado.
Para poder llevar esto a cabo, de acuerdo con una estipulación del IRS (El Servicio de Impuestos Internos, posiblemente la institución estadounidense más temida y la que no se debe irrespetar jamás), no podrán trabajar en The Bear hasta que sus obligaciones con The Beef, el restaurante previo, no estén saldadas. El dinero que Carmy ha recuperado y que le corresponde al tío Jimmy(Oliver Platt) no es suficiente.
Se dan cuenta de que necesitan más dinero y un especulador. Se dirigen nada menos que al propio tío Jimmy. No se quedan con los 300.000 dólares, sino que ahora le piden más de 500.000 dólares más.
En ese momento Carmy hace una propuesta sorprendente. En caso de que no le paguen al tío Jimmy al cabo de 18 meses, este puede quedarse con todo el restaurante. Este considera un trato sensato y lo reconoce. Carmy y sus chefs ahora deberían mejorar su división y hacer del restaurante un éxito instantáneo.
Carmy y Sydney (Ayo Edebiri) se están centrando en el menú adecuado para su restaurante. Tina y Ebra irán a la escuela de cocina. Mientras que Tina está entusiasmada con eso, Ebra no. Pasa un tiempo en la escuela culinaria y recientemente se lleva a Tina sola.
Marcus (Lionel Boyce) es enviado a Copenhague, donde trabaja con el anterior colega de Carmy, Luca, interpretado por el siempre simpático Will Poulter. Mientras tanto, Sugar (Abby Elliot) termina por confesar que está embarazada aunque no quiere ser menospreciada por ello.
Carmy y Sydney, por otro lado, hacen arreglos para salir y explorar en busca de motivación para el menú. En cualquier caso, Carmy se echa atrás del acuerdo para salir con Claire, su amor platónico de la escuela con quien se reencuentra por Fak. Ambos a la larga se llevan bien y empiezan a salir. Sydney se va sola, en busca de inspiración y colegas, aunado a preguntarse qué pasará si este restaurante no funciona.
Los problemas en el restaurante continúan surgiendo. Richie (Ebon Moss-Bachrach) se esfuerza por utilizar métodos ilegales para ayudar al mercado, y no todo el mundo ve esto como algo correcto.
Carmy decide enviar a Richie a uno de los mejores restaurantes del mundo, donde aprende la importancia de la diligencia y la felicidad que trae la hospitalidad. De acá en más veremos cómo todo se junta para la creación
En una colección de 10 episodios, cada uno con el nombre de un platillo, nos adentramos en la psiquis y peripecias que resultan de abrir un restaurante, la serie creada por Christopher Storer, nos sigue ofreciendo a los espectadores una evolución notable en su narrativa y tono. Esta serie, que nos contagia el amor por la ciudad de los vientos,Chicago, continúa explorando las vidas y relaciones de este apasionado grupo de personajes en el particular y en ocasiones desconocido mundo culinario.
Desde su primera temporada, El Oso se destacó por su intensidad, transmitía el estrés de la vida en una cocina de alta presión y las relaciones complicadas entre el personal de un restaurante, dejándonos como espectadores con unos niveles de cortisol que nos permite despegarnos de la pantalla. Sin embargo, en su segunda temporada, la serie da un giro sorprendente al adoptar un tono más ligero y en ocasiones humorístico, sin perder de vista su enfoque en los desafíos de la creación culinaria y las complejidades de las relaciones humanas.
La serie continúa celebrando la ciudad de Chicago, utilizando montajes impresionantes de su arquitectura y referencias culturales, su la banda sonora, que incluye temas de “Thief” de Michael Mann, agrega un toque distintivo a la atmósfera de la serie.
La segunda temporada profundiza en los personajes que conocimos en la primera, llevándolos en viajes individuales y dramáticos para descubrir su verdadero yo. Las relaciones entre el personal del restaurante se fortalecen a medida que enfrentan los desafíos de transformar un antiguo local de bocadillos en un restaurante de alta cocina.
La serie también se toma el tiempo para explorar momentos más tranquilos y reflexivos, permitiendo que los personajes exploran sus emociones y experiencias de una manera más íntima. Esto agrega una capa de complejidad y profundidad a la narrativa de la serie.
El epítome de la misma es indudablemente el episodio es el episodio “Fishes”, un episodio de una hora que ofrece una mirada al pasado de la familia de Carmy y explora las relaciones familiares y los conflictos que han influido en los personajes, en una pesadilla de disfuncionalidad familiar navideña. Las actuaciones, en las cuales se tiene una variedad de actores invitados de primer nivel como Bob Odernik, Sarah Paulson, John Mulaney o Jillian Jacobs y más importante la aparición de la reciente ganadora del Oscar, Jamie Lee Curtis como Donna, la madre de Carmy, es posiblemente de lo más destacables y de lo mejor que ha ofrecido una serie este año, el retrato de una madre mentalmente inestable la cual se siente desconectada de sus hijos y sus seres queridos así como no valorada.
Pero no todo es color de rosas y el punto débil de la serie es posiblemente el interes romantico de Carmy en la serie con Claire interpretada por Molly Gordon, la cual encarna el arquetipo de Manic Pixie Dream Girl sintiéndose fuera de lugar en una serie donde la mayoría de sus personajes están tan bien escritos y se siente tan tridimensionales, esta relación se siente acartonada y salida de una película romántica indie cliché de los 2010s con música melosa y poco abordaje real en la figura y motivaciones de Claire más allá de ser un interés amoroso.
Aun con todo la serie sigue manteniendo la intensidad y el atractivo que ha tenido desde el principio. Con un enfoque en las relaciones personales y los desafíos de la vida en la cocina, continúa cautivadora y emocionante, ahora con toques humorísticos los cuales permiten que no todo sea angustia. Un retrato de la búsqueda por la excelencia en el siempre exigente mundo de la alta cocina la cual también refleja la complejidad misma del indagar por la felicidad y la autorrealización en la sociedad capitalista actual. Altamente recomendada y disponible por Star+.