Florence Pugh interpreta a una enfermera que investiga un supuesto milagro en la nueva película de Sebastián Lelio que habla sobre los peligros del fervor religioso.
El Prodigio (2022)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Sebastián Lelio
Reparto: Florence Pugh, Tom Burke, Kíla Lord Cassidy, Niamh Algar, Ciarán Hinds y Toby Jones
Disponible: Netflix
El cineasta Sebastián Lelio continúa explorando los temas sociales desde la mirada de la mujer como lo fue Gloria de 2013, un filme sobre una mujer de cincuenta y tantos años que intenta encontrar el amor en las discotecas de Santiago. Luego abordó la historia de una mujer trans que lidia con la muerte de su novio en Una mujer fantástica, obra maestra le valió el Oscar de Cine Internacional, entre otros galardones, y lo convirtió en un autor que no podía ignorar. Otra selección sorprendente fue Desobediencia, una historia de amor lesbiana ambientada en una comunidad judía ortodoxa en Londres. Y curiosamente, terminó dirigiendo una nueva versión en inglés casi toma por toma de la mencionada “Gloria”, esta vez protagonizada por Julianne Moore: y es bajo ese concepto que nos llega El Prodigio, una historia que puede concertar muy bien con su obra Desobediencia, ya que está nueva obra habla sobre religión y el impacto que tiene en los creyentes.
La cinta es una adaptación de la novela del mismo nombre de la autora Emma Donoghue, la cinta sigue a Lib (Florence Pugh), una enfermera inglesa que es contratada por un pequeño pueblo irlandés en 1862 para cuidar a una misteriosa joven. La chica en cuestión, la “prodigio Anna, ha llamado la atención por haber sobrevivido de alguna manera durante cuatro meses sin comer. Lo que provoca que los lugareños la llamen un milagro: un consejo de ancianos de la ciudad ha asignado a Lib y a una monja para que registren las acciones de la niña y la vigilen durante quince días. Su trabajo determinará la validez de las afirmaciones de Anna y sus padres.
En un inicio para Lib la tarea suena sencilla, pero, se le va volviendo complicada por un médico local que parece ver a Anna para sus propias teorías científicas (Toby Jones). Por otro lado, la madre parece más enamorada de la idea de la divinidad de su hija que de su salud. Entre todo ese caos, Lib conoce a un periodista amistoso que busca contar la noticia y revelar la mentira del caso (si lo hubiera), para eso tiene unos métodos que son un poco intrusivos (Tom Burke), que la enfermera no aprueba.
Luego, está Anna quien, a pesar de que todo es una especie de estafa, inevitablemente encanta a su nueva enfermera. Y, por supuesto, pronto descubrimos que Lib tiene sus propios demonios personales con los que lidiar.
Siendo sinceros, conociendo la trayectoria del director el filme se siente un poco extraño, debido a que si lo comparamos con sus otros trabajos, lo nuevo de Lelio le cuesta un poco sumergirse en su tema, esto se nota un poco cuando aborda los temas sobre los peligros de la fe y cualquier comentario sobre la posición de Anna como mujer de esa época, es algo obvio y no inherente a la historia. Cuando llega el giro se siente disperso y poco cuestionable.
Uno de los mejores puntos es la cinematografía de Ari Wegner junto a la actuación de Pugh, quien entrega un trabajo fascinante en todo lo que hace, pero es la joven actriz Cassidy la que mantiene la atención debido al misterio que la rodea, además que te hace creer que Anna está comprometida con su santidad, incluso cuando no debería.