La adaptación cinematográfica del libro de las periodistas Megan Twohey y Jodi Kantor del New York Times ofrece una visión sensible y resonante sobre uno de los casos más impactantes de la historia del cine.
Ella Dijo (2022)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Maria Schrader
Reparto: Carey Mulligan, Zoe Kazan, Patricia Clarkson, André Braugher, Samantha Morton, Tom Pelphrey, Adam Shapiro y Jennifer Ehle
Disponible: Estreno en cines
Era casi cantado que tarde o temprano iba llegar una película sobre la caída de uno de los hombres más despreciables del cine, y como las periodistas Jodi Kantor y Megan Twohey lograron publicar el artículo que contaba los casos de abusos sexuales y de poder que hacía Harvey Weinstein. Ella dijo, es un filme que adapta el libro del mismo nombre sobre la investigación del famoso reportaje.
Lo más interesante del filme, es la manera con la que se retrata los casos de cada sobreviviente de agresión sexual sin recurrir al sentimentalismo barato o emocionar fácilmente al espectador; el guion encuentra de manera ágil y natural la forma de describir los desgarradores recuerdos de los incidentes. Sin embargo, pasar al modo de supervivencia es quizás una experiencia en la que varios estarían de acuerdo; pero ese modo de supervivencia puede significar diferentes cosas para diferentes personas: no hay bien o mal.
Para Rose McGowan, nunca mostrada pero con la voz de Keilly McQuail en el periodismo cuidadosamente construido y atentamente tejido de Maria Schrader , “Ella dijo”, significaba fingir un orgasmo con el entonces dominante magnate de Hollywood Harvey Weinstein , que actualmente cumple su condena de 23 años. —la agredió en el Festival de Cine de Sundance en 1997 cuando era una veinteañera que soñaba con una carrera. Ella solo quería que terminara, y ese era su boleto de salida. Para otra sobreviviente de Weinstein, Laura Madden, interpretada suavemente por Jennifer Ehle, significó quedar impactada en un silencio traumático hasta que finalmente lo rompió.
Ella dijo es una sólida pieza que habla sobre una historia reciente, fiel a su material de origen, incluso reverente, como lo subraya la partitura de Nicholas Britell. La cinta es una documentación dramatizada del proceso en el que las periodistas de investigación del New York Times Megan Twohey (Carey Mulligan) y Jodi Kantor (Zoe Kazan) publicaron su artículo en octubre de 2017 después de una minuciosa investigación que duró 18 meses.
Pero antes de que eso sucediera, la mayor parte de esa investigación involucró seguir pistas hasta callejones sin salida, tener puertas cerradas en sus narices, tratar de ganarse la confianza de cualquiera que hablara con ellas e intentar (al principio, sin éxito) convencer a personas como Ashley Judd (que se interpreta a sí misma en la película) o Gwyneth Paltrow (nunca en la pantalla) para dejar constancia de cómo Weinstein las maltrató y abusó en su juventud. Además, cómo lograron sobrevivir tanto al incidente como al trauma.
La cinta se aleja de los procesos glamurosos y se convierte en una pieza absorbente, donde vemos a las protagonistas con días que terminan con más preguntas que con las que lo iniciaron, y montones de notas, preguntas abiertas y escenarios imposibles que persisten en la conciencia de uno a través de noches sin dormir, de hecho la forma en la que lo muestra el filme se puede comparar con cintas como All the King’s Men de Alan J. Pakula o Spotlight de Todd McCarthy.
El filme es sostenido por las soberbias actuaciones de Mulligan y Kazan, quienes logran construir dos periodistas creíbles e implacables, dos actrices que lo dan todo para darnos dos personajes heroicos, especialmente la entrega de Mulligan como Twohey, que se siente vivida e instintiva, ella construye a una mujer fuerte que no se deja intimidar por nadie, incluso por el propio Weinstein.
La coherencia narrativa también está ahí; una hazaña impresionante considerando la cantidad abarrotada de personas involucradas en estas operaciones. Lástima que en ocasiones hay líneas que se sienten un poco torpes que se desvían del lado de la autoconciencia obvia, como la escena donde las dos mujeres van caminando por una calle y se preguntan si desearían no haber hecho la investigación.
Fuera de los detalles cuestionables del filme, como lo son unos flashback que buscan recrear algunos momentos de las víctimas que realmente no aportan nada al relato, ya que incluso hacen perder fuerza a la escena, es inmensamente satisfactorio seguir los pasos de Kantor y Twohey mientras se enfrentan a ese sistema tóxico como dos madres trabajadoras que intentan dar un buen ejemplo a sus hijos, compartiendo recursos y un sentido de hermandad.
Cabe destacar la presencia de Patricia Clarkson, la entonces asistente de redacción Rebecca Corbett o Andre Braugher como el ex editor ejecutivo de The New York Times, Dean Baquet donde lo vemos despedir tranquilamente a un frenético Weinstein por teléfono. Por otra parte, la escena de Samantha Morton, se te queda en la cabeza, al verla contar la experiencia de una de las víctimas.
Al final Ella dijo, es una cinta poderosa que aparte del esperado final emotivo de la película, que recrea los minutos en que la pieza de Kantor y Twohey se publicó, la escena más imponente es cuando Twohwy se enfrenta cara a cara con Weinstein, pero es la forma en como la cinta recrea el momento, que es haciendo un zoom en la llamativa expresión de Mulligan que transmite la furia, el desconcierto, incluso una pizca de lástima.
Fuera de todo lo mencionado, este filme es lo bastante satisfactorio para comprender los orígenes de la era #Metoo.