“Falsa Influencer” es una comedia negra sobre una chica que finge un trauma para lograr ser una influencer. Una película interesante e importante sobre las redes sociales, pero termina perdiendo su crítica.
Falsa influencer (2022)
Puntuación: ★★★
Dirección: Quinn Shephard
Reparto: Zoey Deutch, Dylan O’Brien, Mia Isaac, Negin Farsad, Tia Dionne Hodge y Nadia Alexander
Disponible: Star Plus
Para nadie es un secreto que actualmente vivimos en una sociedad que busca constantemente sobresalir en el mundo de las redes sociales, con el surgimiento de estas han aparecido unas personas que se hacen llamar “influencers”, personajes que logran que miles de usuarios los sigan en sus perfiles y que las marcas los vean como objetos de mercadeo para poder llegar a su público objetivo, ya que son esas cuentas los que siguen a esas personas que en muchos casos no ofrecen nada inteligente.
Este tema no es nada nuevo en el cine, ya que en los últimos años nos han llegado filmes que intentan abordar está narrativa como fue la peculiar cinta llamada Zola que construida los hechos del famoso hilo de twitter que volvió locos a muchas personas, o la brillante Eighth Grade, y la que mejor lo ha desarrollado Ingrid Goes West, debido a que logró proyectar de manera convincente la fuerza deformante del mundo digital a través de malas adaptaciones del comportamiento humano.
Siendo sinceros, Falsa Influencer, logra explorar la necesidad del comportamiento de los jóvenes modernos sobre buscar ser aceptados en el mundo de las redes sociales, pero no logra sostener correctamente esa narrativa, ya que termina cayendo en lugares comunes y su mensaje final no termina siendo lo más claro posible.
El filme está escrito y dirigido por Quinn Shephard de 27 años. Su protagonista, es una chica veinteañera sin amigos llamada Danni Sanders (Zoey Deutch), quien trabaja como editora de fotos en una empresa de medios digitales llamada Depravity. Ella pasa constantemente con su deslumbrante teléfono, que es casi un tótem, un oráculo, un compañero para la pobre infeliz. Con sus dos mechones de pelo platinados y sus anillos de colores, Deutch, que también tiene 27 años, se llama a sí misma una “zillennial”, pero su obsesión por la perfección en las redes sociales y por convertirse en una escritora de Nueva York se siente claramente millennial.
La trama sigue a Danni en su búsqueda de ser relevante en las redes sociales, y para ello la osada joven toma una serie de decisiones incorrectas que la llevan a la fama para luego a su caída; los hechos que ocurren se pueden parecer un poco al caso de Anna Delvey, la llamada “La estafadora del Soho” que inspiró la serie de Netflix Inventing Anna, aquí Danni teje una red de mentiras que la llevan a ganar “amigos”, que eventualmente, la llevarán al desprecio generalizado.
Al igual que Ingrid de Aubrey Plaza en Ingrid Goes West, Danni es una imitadora talentosa motivada principalmente por la obsesión: primero, con su compañero de trabajo Colin (Dylan O’Brien), un influencer de la hierba cuyo estilo (cabello decolorado, nube de vape ambiental, jerga negra inflexionada) nos recuerda un poco a Pete Davidson. Con el fin de impresionarlo y fastidiar a su compañera de trabajo más exitosa, Harper, Danni inventa un retiro de escritores en París y retoca con Photoshop su glamuroso tiempo en el extranjero. Al igual que en Dear Evan Hansen, la mentira tonta y algo compasiva de Danni se convierte en una mentira imperdonable que llama la atención después de un evento traumático: un atentado terrorista ficticio en París que mata a docenas de personas.
Incapaz de admitir que nunca estuvo allí, Danni utiliza toda su inteligencia para continuar con la falsa y crea un lema en redes llamado “Not Okay” que se viraliza. Al mismo tiempo ingresa a un grupo de apoyo para reforzar su historia, donde conoce a una chica llamada Rowan, una sobreviviente de un tiroteo en una escuela. suceso que la llevó a convertirse en activista; ambas chicas empiezan a ser amigas y Danni aprovecha su cercanía para apoyarse y así a darle más credibilidad a su mentira.
Sin dudas es la actuación de Deutch que logra sostener el filme, con ella logramos sufrir la mentira que va creciendo, que claramente va a caer en algún momento, pero la forma en que el personaje es acorralado que es tremendamente cliché y patético, tal vez si hubieran buscado una mejor forma en construir como se descubre la mentira el filme se sentiría más fresco, pero al caer al convencionalismo termina siendo uno más del montón.
Hay rescatar que hay varios momentos que son muy realista dentro del mundo de los influencer y las redes sociales, como es el de la fiesta, la “cultura de la cancelación” o la forma que algunas marcas utilizan a las personas y los sucesos para vender como el caso de la boina en dicha fiesta, pero casi todos esos temas que son interesantes el filme nunca les da la importancia y los deja pasar solo como hechos.
Al final Falsa Influencer se siente como un intento de explorar una realidad que vive la sociedad moderna de forma ingeniosa y bien actuada, que termina siendo una película sobre redes sociales del montón.