‘Flow’ es un viaje emocional que narra la odisea de un gato negro y sus compañeros supervivientes luego que un tsunami inundará el planeta. El virtuosismo técnico tanto visual como sonoro (es un deleite).
Flox (2024)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Gints Zilbalodis
Reparto animado
**Vista en screening de prensa**
Flow es un filme de esos que es muy difícil de resistir tanto por su encanto como por su historia. El segundo largometraje de Gints Zilbalodis es una emocionante aventura animada en la que una inundación devastadora obliga a un gato independiente a buscar aliados con otros animales para poder sobrevivir. El virtuosismo técnico se combina correctamente con el vigor narrativo y el peso dramático que ofrece esta historia de estos animales.
Retomando los temas de la amistad y los viajes increíbles de su debut Away (2019), Flow inicia su viaje en un bosque verde donde un gato deambula a su antojo. Una selección de esculturas de gatos grandes y pequeñas sugiere que alguna vez hubo un residente humano en la cabaña donde duerme el gato. Cada aspecto del comportamiento del animal está representado de manera convincente, desde una pata suspendida en el aire cuando duda hasta un lomo arqueado ante la primera señal de peligro, el movimiento espasmódico de una cola, la seriedad del cuidado personal y el placer de un estiramiento satisfactorio, cada gesto del animal está detalladamente cuidado. Incluso, la cinta juega con el uso del sonido a la hora de hacer ciertos chillidos, los maullidos, los gruñidos y los ronroneos.
Cuando ocurre un desastre tipo tsunami, nuestro gato protagonista observa como una manada de ciervos se lanza en estampida hacia la salvación y los pájaros asustados emprenden el vuelo mientras se produce un tsunami, las aguas suben a un ritmo alarmante y gran parte de la tierra desaparece bajo el mar. Es cuando él capta que debe luchar por mantenerse a flote, hasta que finalmente encuentra refugio en un velero a la deriva ocupado por un capibara soñoliento. Otros animales se suben a bordo mientras continúa la aventura, entre ellos un lémur y un labrador dorado.
Zibalodis consigue dotar a cada criatura de una enorme cantidad de carácter e individualidad. El labrador es un perro callejero típicamente amistoso, con la cola en movimiento, lleno de energía y gestos encantadores. El lémur se deja seducir constantemente por objetos brillantes y por los desechos de los lugares abandonados por los humanos. Un pájaro sabio se convierte en el protector y salvador de la manada. Todos y cada uno de ellos serán parte fundamental en la sobrevivencia de este nuevo mundo.
Flow tiene ecos de La vida de Pi (2012), Lo Imposible (2012) o incluso El pirata negro (1926). Se nota mucho que Zibalodis carga con ligeras referencias cinematográficas su tierna historia de resistencia animal.
La cinta carga con un buen ritmo, haciendo que el espectador esté atento pese a que ningún personaje diga ni una sola palabra. La historia lleva al espectador a través de mares traicioneros, ruinas misteriosas, escapadas que desafían a la muerte, cielos nocturnos poéticos que son tan agitados y amenazantes como una pintura de Turner y destellos de esperanza en el amanecer.
La emocionante aventura también se sustenta en una respuesta emocional inesperada a la historia de los vínculos que forjan el gato y los demás animales, ya que todos aprenden a que deben trabajar en armonía para sobrevivir.