Documental que explora cómo dos actores de teatro, Sam Crane y Mark Oosterveen, recrearon Hamlet dentro de Grand Theft Auto Online durante la pandemia, utilizando el videojuego como escenario teatral.
Grand Theft Hamlet (2024)
Puntuación: ★★★
Dirección: Sam Crane y Pinny Grylls
Documental
Disponible: Mubi
Es sorprendente que hace cinco años estábamos viviendo una pandemia. La pandemia del COVID cambió nuestra forma de vida en muchísimas maneras, originando diversas consecuencias para muchas personas y su estilo de vida, en especial para los artistas, como los actores de teatro, que no pudieron ejercer su trabajo por mucho tiempo. En ese aislamiento, la gente decidió enfocarse en medios alternativos de entretenimiento, siendo uno de los más beneficiados los videojuegos. Lo que nadie esperó fue que, a través de un juego en línea, se daría una colaboración muy única que uniría el mundo cibernético con la pasión por el teatro.
Con ese contexto, tenemos el proyecto de Sam Crane y Mark Oosterveen, dos jugadores del videojuego Grand Theft Auto Online, quienes en la vida real eran actores de teatro. Debido a los confinamientos, no pudieron trabajar durante un año, por lo que tomaron la decisión de iniciar un proyecto personal: recrear la obra Hamlet de William Shakespeare usando sus avatares del juego, los escenarios y los recursos que ofrece GTA Online.
Este sería el ejemplo perfecto de la transmedia, ya que vemos una película grabada dentro de un videojuego en la que adaptan una obra de literatura clásica inglesa. No obstante, esta película es un documental sobre cómo fue el proceso, no la obra de teatro en sí.
Esto funciona bien porque nos permite ver cómo opera el mundo interactivo del videojuego y la manera en que los directores, Sam Crane y Pinny Grylls, adaptan la cámara fija del juego y las diferentes perspectivas que abarca. Junto a un montaje dinámico guiado por las líneas de diálogo entre los actores y sus compañeros, el aspecto más importante es la interacción dentro de este mundo en línea.
La franquicia Grand Theft Auto es una de las más famosas a nivel mundial y también una de las más polémicas por la forma en que retrata la violencia, el sexo y la cultura estadounidense. Ahí radica un punto interesante del proyecto, pues sirve como contraste para una obra tan reconocida como Hamlet, que trata sobre el poder, la traición y las consecuencias de la venganza. Por ello, esta combinación de alta cultura (Shakespeare) y baja cultura (los videojuegos) es una fusión lógica, ya que, a través de diferentes medios, se critican los mismos temas y el uso de la violencia en nuestras vidas.
Además, otro punto fascinante es la exploración de la conectividad global que permite este medio. A medida que más personas se unen en el entorno virtual, obtenemos pequeñas pistas sobre sus vidas, quiénes son en la realidad y cuál es su estado emocional. Esto se hace aún más evidente en las secuencias en las que Mark y Sam hablan de sus problemas personales, como la soledad y el distanciamiento, así como la forma en que este proyecto sin beneficios consumió sus vidas y se convirtió en su escape durante ese tiempo.
También observamos el caos constante de un juego donde la violencia impera y el absurdo se manifiesta en los diferentes skins, las fallas de conexión, las limitaciones de las acciones que pueden realizar los personajes y las barreras de lenguaje. Todo esto genera interacciones divertidas y frustraciones, especialmente cuando intentan hacer algo serio en un entorno donde los demás jugadores no lo hacen. La película plantea esto de manera brillante, mostrando el potencial ilimitado de los videojuegos como medio de entretenimiento.
En conclusión, es un documental fascinante en varios aspectos. Sin embargo, el hecho de estar observando personajes en 3D en planos generales durante tanto tiempo puede resultar agotador y dar la sensación de que la historia no avanza.
No obstante, esto se compensa con la manera caótica en que interactúan los jugadores y los pequeños momentos reflexivos que nos brindan las mentes detrás del proyecto. Son esos instantes los que nos recuerdan la capacidad del ser humano para adaptarse a las adversidades y llevar los relatos clásicos a nuevos terrenos inexplorados.
Si bien aún no es una opción completamente establecida, este experimento abre la puerta para que en el futuro se desarrollen proyectos más ambiciosos en la red, explorando más a fondo la capacidad técnica de los videojuegos y combinando de manera más orgánica la vida real con lo que ocurre a través de la pantalla.
