Scarlett Johansson y Channing Tatum protagonizan esta comedia romántica sobre como el gobierno de los EE. UU. planeó fingir el alunizaje en caso de que el Apolo 11 fracasara.
La otra cara de la luna (2024)
Puntuación: ★★½
Dirección: Greg Berlanti
Reparto: Scarlett Johansson, Channing Tatum, Ray Romano, Woody Harrelson, Jim Rash, Anna García y Donald Elise Watkins
Estreno en cines
Es justo decir, que es agradable ver como algunas productoras todavía se arriesgan a traernos este tipo de películas, una rom-com con todos los ingredientes que tanto nos gustan; esto lo decimos, debido a que este tipo de películas en los últimos años solo las hemos encontrado en plataformas, y muy pocas llegan a cine, entonces es justo decir que es una alegría ver en cartelera películas como ‘La otra cara de la luna’, lástima que los cines no le vayan a dar el valor que merece. Habiendo dicho eso, creo que es válido decir que el filme La otra cara de la luna es una comedia romántica que le falta fuerza en muchos aspectos.
Estamos a finales de los años 60 y Estados Unidos está enfrascada en una feroz carrera espacial con la URSS para ser el primero en poner a un hombre en la Luna. Pero con el desvanecimiento del apoyo público y político tras la muerte del presidente Kennedy y la continua guerra en Vietnam, la victoria lunar estadounidense está cada vez más en duda. Todos sabemos lo que sucede después, pero La otra cara de la luna toma un camino audaz y fantasioso para llegar allí, que dicho punto le juega una pasada.
La cinta gira en torno a los esfuerzos de una genio del marketing de Nueva York, y en como ella impulsó que el proyecto del Apollo 11 pudiera ocurrir, incluso el como organizó un falso alunizaje en caso de que algo saliera mal. Combinando de manera incómoda hechos históricos con una dosis generosa de teoría de la conspiración y ficción dramática, haciendo al filme como una pieza totalmente desequilibrada, que realmente solo se sostiene por la química encantadora de Scarlet Johansson y Channing Tatum.
La otra cara de la luna no se preocupa por celebrar o indagar en el esfuerzo colectivo que permitió a Neil Armstrong dar ese pequeño paso hacia la Luna en julio de 1969, sino más bien por utilizar este inmenso logro humano como telón de fondo para una comedia romántica desenfadada. Lo cual no sería necesariamente algo malo, pero la forma en que juega con todos esos elementos sin un sentido lógico, no es exactamente combustible para cohetes.
Sin embargo, Johansson (que también produce a través de su sello These Pictures) es eléctrica, rebosante de personalidad y encanto como el gurú de la publicidad que está dejando su huella en Madison Avenue, una mujer exitosa en un mar de hombres. Su vida cambia cuando se acerca a ella el misterioso hombre llamado Moe (Harrelson), que afirma que está trabajando para el presidente Nixon y le pide que viaje a Florida para convertir la carrera espacial en un producto comercializable y apetecible.
Para aclarar este detalle, si es verdad que la atribulada Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) efectivamente contrató a gurús de las relaciones públicas en los años 60 para que la ayudaran a mejorar su imagen, y es bajo esa realidad que el personaje de Kelly (Johansson) llega a dicho lugar para lograr todo ese esfuerzo. Vestida con una sucesión de atuendos profesionales, pero dolorosamente elegantes, obra de la diseñadora de vestuario Mary Zophres, el filme nos muestra que Kelly es una mujer inteligente, tenaz y rebosante de energía e ideas: ella se ocupa de los refrescos Tang y los relojes Omega, de las entrevistas en los medios, de utilizar un falso acento sureño para ganarse a los senadores indecisos; todo lo que sea necesario para cambiar el rumbo de la opinión pública.
Pero el guion de Rose Gilroy teniendo todo ese material para explorar y construir todo un filme interesante sobre el poder de la publicidad en el alunizaje, decide que es mejor centrarse en la relación de amor-odio de Kelly con Cole, un ex piloto del ejército que odia las distracciones y el engaño, pero no es inmune a los encantos de Kelly, lo que lleva la historia al territorio de las comedias románticas en las que los polos opuestos se atraen. Tatum intenta ahondar en la abrumadora culpa que siente su personaje (ficticio) por la tragedia (real) del Apolo 1 en 1967.
Sin embargo, la película tampoco logra mantenerse al cien en ese aspecto de comedia romance; esto debido a que se pone a jugar con otros temas como los extravagantes intentos del director Lance Vespertine (un Jim Rash que se roba la escena) de filmar el falso alunizaje, con el nombre en clave de “Artemis”, el apodo de un programa existente de la NASA destinado a restablecer la presencia humana en la Luna. Hay que decir que todo este tema es lo mejor de la película, ya que te saca varias carcajadas, que cuando este personaje se junta con el amenazador Moe hacen que la película se desplace hacia el territorio un tanto más oscuro del engaño, ya que se mete en caminos de las famosas teorías de conspiración. (Es obvio, que la película se cuida de dejar en claro que el Apolo 11 fue un éxito y que el hombre si caminó sobre la Luna).
Técnicamente La otra cara de la luna es una película hermosa y bien realizada, todo el aspecto visual y de fotografía es de diez, se nota todo el cuidadoso esfuerzo en recrear esta época de la historia, adicionalmente las actuaciones están divertidas y comprometidas, lástima que el guion sea como ese cohete que nunca despega.