El nuevo largometraje de Ana Cristiana Barragan, cuenta la historia de Iris y Ariel tienen 17 años, son hermanos mellizos que viven junto a su madre y su hermana mayor Lía en una isla rocosa repleta de moluscos y reptiles.
CRFIC 2023 | La piel pulpo (2022)
Puntuación: ★★★
Dirección: Ana Cristiana Barragan
Reparto: Isadora Chavez, Juan Francisco Vinueza, Hazel Powell y Cristina Marchán
Para la inauguración del Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC) en su undécima edición se inauguró con La piel pulpo, de la directora ecuatoriana Ana Cristiana Barragan, la cual ya había presentado su ópera prima Alba (2016) en una edición pasada.
La misma está protagonizada por Isadora Chávez Ron, Juan Francisco Vinueza y Hazel Powel, todos ellos jóvenes actores en su debut cinematográfico. Acompañados por Cristina Marchán, actriz de un amplio recorrido en el cine y el teatro.
La cinta nos traslada a una isla recóndita y rocosa llena de todo tipo de animales marinos y pájaros, centrada en Iris y Ariel, dos mellizos que viven con su madre y su hermana menor en una casa antigua. Estos adolescentes han crecido alejados del mundo del Ecuador continental, y mantienen un vínculo muy estrecho entre ellos, en especial los mellizos, los cuales también profesan una particular conexión y sensibilidad con la naturaleza.
Su madre les tiene la prohibición de ir más allá de la isla, al continente, pues tiene miedo de hasta las amenazas más ordinarias. Lo cierto es que tras su falta, Iris decide ir a explorar la ciudad y ese mundo negado, en el cual se encuentra con calles ruidosas, centros comerciales y el rechazo de su propio padre, el cual era solo un recuerdo entre imágenes y sonrisas proyectadas en una vieja televisión. Esta se enmarca en el viaje de esta adolescente por sentir su propia individualidad, por formar una identidad, iniciando un camino hacia la comprensión de la hermandad con su mellizo y la necesidad de regresar para proteger su isla y su mundo.
Una interesante exploración de una conexión íntima con la naturaleza y la ausencia de tecnología en la vida. A través de fotografías cuidadosamente elaboradas, la película crea una narrativa visual que combina elementos poéticos y realistas.
La película comienza con una falta de diálogo, enfatizando la importancia de la narración visual. El silencio va acompañado de un universo sonoro que explora la relación entre los humanos y los instintos.
La trama se desarrolla en muchos puntos diferentes, revelando los recuerdos, acciones y emociones de los personajes. La ausencia de una figura paterna y la drástica decisión de la madre cambian la vida de los hermanos, especialmente de Iris, quien decide abandonar la isla y enfrentarse al desconocido mundo de la ciudad.
La película se caracteriza por sus ritmos cambiantes, que evocan las mareas del mar, y aborda la transición de la niñez a la adolescencia, así como su exploración de la intimidad entre hermanos. La directora Ana Cristina Barragán destacó la importancia del casting y la edición colaborativa.
A pesar de los desafíos de producción durante la pandemia, la película es un bello reconocimiento de la formación de la identidad y los vínculos fraternales.