‘La voz humana’ es una carta de amor de media hora de todo lo que amamos de Pedro Almodóvar. Tilda Swinton se transforma en chica Almodóvar.
La Voz Humana (2020)
Puntuación: ★★★★
Dirección: Pedro Almodóvar
Reparto: Tilda Swinton
Disponible: VOD Google Play
Por fin nos llega uno de los estrenos más esperados y con un año completamente de retraso. Ver en pantalla a Tilda Swinton de la mano del maestro Almodóvar es una ganancia para cualquier cinéfilo.
Pedro Almodóvar adapta libremente, sin piedad y completamente a su estilo característico, la obra de Jean Cocteau (material con el que ha coqueteado anteriormente el director, más evidentemente en Mujeres al borde de un ataque de nervios o La Flor de mi secreto). A pesar de su brevedad, este nuevo trabajo es engañosamente espacioso, razón por la cual el español logra sacarle bastante provecho al personaje, haciéndolo recurrir a sus conocidas obsesiones, y paseándose libremente en las líneas de la obra.
Hay que reconocer que Almodóvar en La voz humana, no abre nuevos caminos en su filmografía, ya que el material lo conoce y lo ha estudiado a lo largo de su carrera, pero la forma en que lo plasma y lo plantea hace que el cortometraje sea uno de sus trabajos más vibrantes, hermosos y mejor filmados; además la forma en la lo plantea calza completamente con esta nueva etapa del director, una etapa donde Almodóvar siente maduro, concentrado en sus dolencias y en su pasado. En otras palabras, La Voz Humana es una delicia.
El cuento que plantea la obra habla sobre la aceptación de la pérdida de un amor, la ruptura de una relación y de sus etapas. Aquí vemos como el personaje pasa por el desaliento, la histeria, la aceptación y la catarsis ardiente (literalmente el fuego). El personaje principal es interpretado espectacularmente por Swinton (ya entra en la lista de chicas Almodóvar, su estilo excéntrico se moldea a los caprichos del director y calzan perfectamente), una mujer que ha sido abandonada por su amante de cuatro años. Sus maletas están empacadas, esperando ser recogidas, aunque uno de sus trajes está tendido en su lujosa cama.
La mujer, una actriz, está esperando su llamada, pero ella sabe que es la llamada final, una que será el adiós y pondrá fin a esa relación y sabe que tienen que decirse algunas cosas más.
Al ver el contexto físico de la obra, sabemos que no es una carta que juega con el realismo, pero sí con las características de Almodóvar. Desde la primera toma, vemos a Swinton con un vestido de fiesta de terciopelo deslumbrante en un tono escarlata tan vivo que ahí vemos todo el estilo del director, es ahí donde nos damos cuenta del artificio de la ubicación. El apartamento en el que tiene lugar la acción está magníficamente equipado, amueblado con una perfección exuberante y extravagante, y construido sobre un escenario. La “vista de la ciudad” desde su terraza en realidad es la vista de una pared gris de un almacén. En un momento incluso, la cámara flota sobre la parte superior del plató, mirando hacia sus habitaciones sin techo como si se tratara de una casa de muñecas.
Todo ese detalle hace que Almodóvar pueda utilizar todo su ingenio para crear un ambiente natural, especialmente a la hora que el personaje empieza a decir sus diálogos, en este caso para lograr que el soliloquio se sienta fluido y nada artificial se hace por medio de una llamada telefónica usando unos manos libres, una idea bastante inspirada.
Almodóvar, entrega uno de sus mejores trabajos visuales, uno que deslumbra desde el minuto uno, gracias al vestuario de Sonia Grande, y la dirección de arte de Antxon Gómez. Aquí desfilan grandes marcas como Cartier, Hermès, Maison Margiela, Channel, etc. La banda sonora de Alberto Iglesias es exuberante y al mismo tiempo melodramática, perfecta para los sentimientos de la mujer.
La voz humana de Almodóvar es el relato de una mujer moderna atrapada en un papel poco moderno, una amante despreciada, casi histérica, casi filosófica, pero con un espíritu libre que juega con una pequeña venganza ligera.