La película dirigida por Kattia G. Zuñiga cuenta la historia de dos adolescentes que parten a Panamá en la búsqueda de su padre ausente.
Las Hijas (2023)
Puntuación: ★★★
Dirección: Kattia González
Reparto: Ariana Chaves Gavilán, Cala Rossel Campos, Gabriela Man, Fernando Bonilla y Michelle Quiñones
Disponible: En cines
Las Hijas, es un drama que habla sobre la mayoría de edad contada a través de la mirada de dos chicas adolescentes que viajan a la ciudad de Panamá durante un verano; lo más interesante, es que la cineasta Kattia G. Zuñiga logra plasmar muy bien su mirada, conociendo los propios límites de la trama, y llenando esos espacios con silencios que hacen cautivar al espectador, sin hacer el filme aburrido o como que no pasa nada.
Inicialmente la premisa es la búsqueda de las chicas de su padre, pero cuando llegan a Panamá rápidamente se olvidan por completo de él, para deleitarse a experimentar una ligera libertad por unos días, ya que están fuera de casa y en otro país. Luna (Ariana Chaves Gavilán), nos la presentan como una joven tranquila y responsable, de 14 años, y su hermana Marina (Cala Rossel Campos) una chica más vivaz de 17 años, que aspira a estudiar para ser piloto. Las hermanas han decidido viajar desde su casa en Costa Rica a la ciudad de Panamá para conocer a su padre después de que él abandonó a la familia una década antes. Las chicas viajan solas y solo sabemos que su madre les dio el permiso. Realmente de la madre no sabemos nada, solo es mencionada en un par de oraciones, y tampoco sabemos que fue lo que sucedió en la relación de ella con el padre que buscan.
Las jóvenes se hospedan en la casa de una amiga de la madre (es lo que podemos pensar) llamada Mafer (Michelle Quiñones), está vive con su hija Sol y su hijo León, ambos de edades muy parecidas a las viajeras. Los hijos de Mafer, pertenecen al grupo de amigos del barrio local, donde también está el chico guapo y un poco mayor de la pandilla Choma (Fernando Bonilla), quien supuestamente dirige una escuela de patinaje.
La búsqueda del padre pasa a un segundo plano, casi al punto de ser un McGuffin en la construcción de la trama, ya que la película explorará las libertades que creen tener en ese momento las chicas, que por supuesto en su mayoría serán románticas/sexuales: Luna y León se besan brevemente, lo que a Luna no le gusta mucho, mientras que Choma y Marina, para disgusto de Luna, tendrán un romance de verano.
La cinta plantea muy bien el espacio tiempo que habitan los personajes, creando un ambiente veraniego desde la mirada de la clase media de Panamá (las palmeras que se balancean, la piscina, el canto constante de los pájaros, la luz del sol, las sombras y las cortinas ondeantes en las habitaciones de colores pastel) están todos representados de manera efectiva evocando una especie de paraíso fugaz, algo muy lejos de la realidad de lo que vive el país actualmente.
Sin dudas lo mejor del filme es la química de las jóvenes actrices debutantes, ambas interpretan dos mujeres que están experimentando con su cuerpo y en busca de su personalidad, por lo cual la naturalidad que muestran en pantalla es lo más satisfactorio, esto surge por la buena dirección de actores de Zuñiga, aunque hay algunos diálogos que se pudieron pulir un poco más, y el acto final, se siente un poco apresurado e incluso un poco anticlimático.
El ritmo es pausado sin resultar lento. En algunos puntos se nota que la cineasta quería experimentar, y ese detalle se refleja en un par de escenas rodadas a cámara lenta, algo un poco inexplicable y probablemente innecesario, ya que ese aspecto no aporta nada a la trama como tal ni visual.
Eso sí, podemos decir que la cinta es fresca, nada pesada, hay varios momentos divertidos y ocurrentes como una escena con una licuadora, o algunos chistes muy bien incorporados que refleja la naturalidad que quería buscar la directora en su obra.