Consagrado como uno de los cineastas más influyentes de la historia, Miyazaki se ha dedicado a crear un imaginario plagado de obras maestras, por lo que, debido a su estreno de “The Boy and the Heron”, realizamos un repaso de varios de sus mejores trabajos.
A lo largo de la historia, han existido autores que han definido géneros y épocas, no solo por su valentía y consistencia detrás de la cámara, sino también gracias al impacto emocional conseguido con sus trabajos, los cuales tienen la cualidad de sobrevivir al paso del tiempo con dignidad. Dentro de este grupo, es imposible no destacar el nombre de Hayao Miyazaki, quien a lo largo de cinco décadas, se ha consolidado como el maestro de la animación, ganándose el aprecio de la crítica y los corazones de generaciones enteras que han crecido de la mano de sus historias bizarras y atrapantes.
A sus 82 años, Miyazaki ha creado un estilo visual y narrativo identificable, donde su sello de autor va más allá de la forma al retratar dramas familiares poderosos, cuyo verdadero enfoque, bajo todo su imponente aparato artístico, busca mostrar lo agridulce que implica el estar vivo, danzando entre la belleza de lo mundano y las aventuras inexplicables que residen bajo la superficie de lo ordinario. Sus protagonistas, usualmente mujeres motivadas por un objetivo definido en el primer acto, sufren transformaciones constantes hasta llegar a una resolución que se aleja de cualquier convencionalismo, gracias a su implementación de narraciones bizarras, maduras y, muchas veces, experimentales dentro del lore impuesto por él mismo.
Tras 12 largometrajes, todos dignos de respeto, es complejo realizar un top, por lo que en esta ocasión, haremos un listado de 5 películas cuyo impacto emocional las hace merecedoras de atención, funcionando más como recomendaciones ante el venidero estreno de su “último” (esperemos que no) trabajo: “The Boy and the Heron”, una de las obras favoritas en la carrera de premios que promete capturar al espectador, de la misma manera que lo ha hecho durante una vida completa dedicada al cine y al arte.
Mi vecino Totoro (1988)
Quizás, Mi vecino Totoro se trate de la película más icónica del director y Ghibli como un todo, siendo la cara y el logo del estudio y, a su vez, una propuesta infantil donde la aventura planteada es menos grande o ruidosa, enfocándose en el atractivo tema de la curiosidad humana a través de los ojos de dos niñas que se mudan a un lugar desconocido. La presencia de Totoro, el adorable “felino” que aparece cuando estas chicas más lo necesitan, guarda un hermoso significado de amor y amistad, sin olvidarse de ser un ente tierno y muy divertido.
Kiki: Entregas a domicilio (1989)
Kiki, como se le conoce coloquialmente, es la quinta producción del estudio, la cual maneja temáticas que no se alejan de la obsesión de Miyazaki con el tiempo y la niñez, mostrando la transición de una bruja hacia la adultez, al llegar a un pueblo marítimo acompañada de su simpático amigo Jiji, un gato negro que vivirá sus propias experiencias en la ciudad. Con un tono suave y menos aventurero, Miyazaki muestra los miedos naturales que implica crecer y alejarse de la seguridad que una familia representa, haciendo alegorías sobre la migración y los retos de la vida adulta.
La princesa Mononoke (1997)
La mejor película del autor según este servidor, al ser no solo compleja en los aspectos técnicos, sino también valiente al mostrar un Japón del período Muromachi nunca antes visto, donde los elementos sobrenaturales coexisten de manera orgánica con el ser humano. La representación, en actos o arcos bien definidos, de un protagonista en busca de una cura, choca de manera abrupta con una guerra cruel, visualmente impactante por la violencia gráfica y el uso de escenas dolorosas contra animales y el medio ambiente, sin olvidarse del carácter de la fuerte San, nuestra “princesa Mononoke”, abandonada por los humanos y sediente de venganza.
El viaje de Chihiro (2001)
El único Óscar del estudio y, a la vez, la película que más ha contribuido a la cultura popular y a la consolidación de la animación japonesa en occidente, siendo distribuida a nivel mundial y representando uno de los mayores éxitos en la taquilla del continente asiático. Su narrativa poco convencional, la magia y belleza escénica, el amor y el centro emocional del filme, lo absurdo y surreal de su estructura, el aterrador retrato de las criaturas, su frenético tercer acto y la cantidad de escenas icónicas que inundan la pantalla han hecho de Chihiro una obra imprescindible para cualquier amante de las buenas historias y la mejor puerta de entrada para cualquier persona interesada en descubrir el maravilloso mundo del anime, de la mano del maestro Miyazaki.
El increíble castillo vagabundo (2004)
Influenciada por la fuerte oposición de Miyazaki hacia la invasión de Irak en el 2003, la obra se ubica en un reino donde la magia y la tecnología del sigo XX coexisten, el escenario ideal para crear una historia cuyo verdadero foco reside en el pacifismo, el rechazo por la guerra y, por supuesto, el feminismo, la importancia de la compasión y la vejez, representándose como algo positivo al otorgar libertad a la protagonista. La película contiene algunos de los personajes más amados del estudio como Sophie, Calcifer o Howl, siendo otro bello retrato del amor, la lealtad y los efectos destructivos de la guerra o la retribución violenta.