Scott Pilgrim Takes Off | Review

El remake del clásico de culto de Edgar Wright no solo es un deleite audiovisual en cada uno de sus episodios sino también una de las mejores series animadas del 2023 gracias a su corazón, animación de alta calidad y homenajes constantes a la cultura geek.

Una de las principales (y a la vez más justificadas) críticas que reciben las nuevas producciones salidas de Hollywood son la escasa originalidad y la falta de ideas frescas, esto ante la avalancha de remakes, refritos o adaptaciones que abundan dentro de las plataformas streaming o en las salas de cine. El reto de adaptar una obra a un nuevo formato o simplemente el crear algo que valga la pena al basarse en un producto preexistente y exitoso es enorme, por lo que, como es de esperar, los fracasos y bodrios abundan.

Son pocas las producciones que asumen estos riesgos y salen airosas, aunque, durante este 2023 se han dado algunos ejemplos sonados como la adaptación de The Last of Us a cargo de HBO o la serie animada de Scott Pilgrim, titulada Scott Pilgrim Takes Off, llevada a cabo por Netflix con cariño y dedicación, dando forma a un reboot coherente y entretenido que se aleja un poco del material original pero mantiene el corazón y la personalidad de sus queridos personajes.

Con el regreso del casting original de voces del clásico de culto de Edgar Wright del 2010, incluyendo a Michael Cera como Scott y a Mary Elizabeth Winstead como Ramona Flowers, la serie marca una ruta alterna, donde tras el primer episodio (el mejor), Scott desaparece y el centro dramático de toda la serie pasa a ser su interés romántico, Ramona, quien se dedica a buscarle mientras ella misma se enfrenta a sus ex´s y errores del pasado, mientras el resto de personajes trabajan en una adaptación ficticia de la vida de Scott, manteniendo un humor meta muy extraño y a la vez atractivo.

La animación corre a cargo del estudio Science Saru, lo que garantiza una animación dinámica y de altísima calidad, al haber trabajado previamente con Netflix en el anime de Devilman Crybaby, una odisea transgresora y atrevida hace algunos años. En relación con la historia, al igual que en los cómics y la película, la serie realiza un análisis introspectivo de sus personajes y las relaciones interpersonales que les unen, ya sea de amistad o de índole amoroso, sin olvidar las referencias y el cariño hacia el mundo geek, realizando una reivindicación de los nerds y sus absurdas pasiones.

La principal decisión narrativa que funciona dentro de la serie es el uso de Ramona como narradora y protagonista absoluta, ya que, aunque pueda parecer algún tipo de engaño o bait, su personaje es sobrio y a la vez sencillo de querer, al mantener una línea coherente entre sus aspiraciones, su pasado y la versión de si misma que aspira a ser de alguna u otra manera. El enfoque es más creativo y humano, referenciando sin parar obras que han inspirado a la serie y a miles de personas más.

La música sigue presente como una parte fundamental del desarrollo de personajes y en la creación de atmósferas que favorezcan la aparición de escenas icónicas, aplazando los momentos claves con peleas, algunas más disfrutables que otras, y algunas que sirven como relleno, pero sin distanciarse mucho del objetivo primordial de todo el producto: entretener mientras se cuenta una historia divertida y selfaware de si misma.

Como un todo, Scott Pilgrim Takes Off va a dejar satisfechos a los amantes de la obra, pero también funcionará para cualquier miembro de la audiencia que llegue con intenciones de descubrir algo nuevo sin que esto represente un gran esfuerzo. La serie queda recomendada una bocanada de aire fresco dentro de la industria y una garantía de un buen rato.

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