Leonardo DiCaprio y Robert De Niro protagonizan una de las obras más monumentales de Martin Scorsese demostrando que el cineasta todavía puede darnos nuevos clásicos instantáneos, en este caso explorando hábilmente los crímenes cometidos contra la tribu nativa americana Osage.
Los Asesinos de la Luna (2023)
Puntuación: ★★★★★
Dirección: Martin Scorsese
Reparto: JLeonardo DiCaprio, Robert DeNiro, Lily Gladstone, Jesse Plemons, John Lithgow, Tatanka Means, Louis Cancelmi y Tantoo Cardinal
Disponible: En cines
Sin dudas uno de los nombres más grandes de la historia del cine es Martin Scorsese, cuya carrera de casi 60 años es indiscutibles, gracias a sus obras maestras como Taxi Driver, Goodfellas o The Wolf of Wall Street, y ahora con su más reciente trabajo Los Asesinos de la luna entra en ese selecto grupo; un filme que examina, en el sentido antiguo del término; la historia americana desde el alma de la nación que incluye sus pecados. Scorsese crea un western épico que narra los horribles crímenes de la vida real cometidos contra la tribu nativa americana Osage en la década de 1920, basado en el libro de no ficción de David Grann de 2017, ‘KILLERS OF THE FLOWER MOON: The Osage Murders and the Birth of the FBI’ que se centran en la tribu Osage y las personas que los estafaron y asesinaron, marcando en paralelo la historia de investigación del flamante FBI de J. Edgar Hoover.
La cinta narra la historia de la nativa pura sangre Osage Mollie (Lily Gladstone) y los hombres que profesan cuidar de ella, pero que solo le causan dolor a ella y a su familia. Esto, motivado por la codicia y el poder, incluso un poco de envidia. Un aspecto interesante de la toma de decisiones del director, es eliminar el estilo policiaco que tiene el material original. En cambio, se invita al público a contemplar la violencia, la estupidez y el racismo que se van moviendo mientras se van cometiendo los crímenes desmedidos y, aunque apenas se expresan (principalmente a través de referencias) se hace una referencia a la masacre contemporánea de Tulsa, dando a entender que esta es, y siempre ha sido, la cara oscura de la América de los colonos.
Expulsados de sus tierras ancestrales, la muy disminuida tribu Osage ha llegado a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para su lugar de descanso final. Sin embargo, se ha encontrado petróleo en esta zona árida que originalmente se pensaba que no tenía valor, y la tribu Osage ha conservado los derechos sobre el mineral. Son increíblemente ricos para la época, con sirvientes blancos y flotas de los automóviles más nuevos. Sin embargo, no se les considera competentes para ocuparse de sus asuntos: sus tutores blancos reparten dinero solo cuando lo solicitan. Son estafados dondequiera que gastan sus ganancias, ya que como sus ‘derechos’ son hereditarios no tienen el mismo valor, por lo cual son cortejados por hombres y mujeres jóvenes sin escrúpulos que han inundado la ciudad buscando casarse para ganar dinero. Ernest Burkhart, interpretado por Leonardo DiCaprio, quien es sobrino del ‘Rey’ Bill Hale (DeNiro), el llamado mejor amigo de los Osage, es uno de ellos.
La cinta se construye desde la mirada del personaje de DiCaprio, por un lado se toma el tiempo en construir el dominio de Bill Hale sobre Ernest, un hombre que se comparta como “niño tonto”, que es perezoso y solo ama el dinero, haciendo que termine traicionando todo lo bueno en su vida. Ernest pone su mirada en Mollie, una Osage serena, sabia y centrada. Pero Ernest realmente ama a Mollie: y ella confía en él, aunque sabe que no es así. Al lidiar con un personaje desagradable, la actuación de DiCaprio es fuerte, abriéndose camino hacia la imagen sepia de un hombre que nunca tuvo una moral que perder.
Scorsese se centra en capturar la autojustificación y la lástima de la codiciosa contra la belleza de la tierra que saquean y las personas que la poseen en medio de una historia de crimen que es casi increíble de no creer, pero la realidad es que así fue. Con la película claramente basada en la cultura Osage, cada escena es una promoción de temas que parecen claros al final, pero que se vuelven mucho más matizados a medida que los miras.
Probablemente sean inevitables algunas críticas, dados los tiempos en que vivimos, por retratar a los Osage como víctimas y dar protagonismo a los protagonistas masculinos blancos que abusan de la tribu. Sin embargo, tales fueron los crímenes que no es absurdo comprender los motivos de contar esta parte de la historia; y es donde entra el peso de la actuación de Gladstone, una donde domina cada escena en la que se encuentra y es la fuerza que lleva la película a su acto final.
Cada plano de Los Asesinos de la Luna creado por Rodrigo Prieto es impresionante, además que tiene un sentido del porqué lo estamos viendo, aquí no sobra ningún fotograma; algunos barridos de cámara son valientes, incluso en la construcción de las escenas más engañosamente escenificadas. La luz, el ángulo y el montaje, realizados por su colaboradora más antigua del cineasta, Thelma Schoonmaker, son reconocibles al dedillo, pero también sorprende en la forma de homenaje que hace la cinta a grandes películas de este género.
La cereza del filme llega en el acto final, haciendo una secuencia que es todo un homenaje elocuente a la historia del cine, la radio y al arte en sí, incluso proporcionado por el propio director. Estamos sin dudas de una de las películas más impresionantes de los últimos años, donde el cineasta vuelve a darnos cine puro, sacando lo mejor de sus actores predilectos como es Dicaprio y DeNiro.