Misión: Imposibe: Sentencia mortal – Parte uno | Review

Tom Cruise repite su papel como el super espía Ethan Hunt que desafía a la muerte Ethan Hunt en esta séptima entrega de la franquicia que sigue elevando su calidad a niveles todavía más grandes. 
Mission: Impossible – Sentencia Mortal-Parte Uno (2023)
Puntuación: ★★★★½
Dirección: Christopher McQuarrie
Reparto: Tom Cruise, Hayley Atwell, Ving Rhames, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Vanessa Kirby, Esai Morales, Pom Klementieff, Mariela Garriga y Henry Czerny 
Disponible: En cines

Con un nivel de adrenalina, confianza y audacia, más un impresionante espectáculo visual, Mission: Impossible – Sentencia Mortal Parte Uno consolida aún más como la franquicia de acción consistentemente deslumbrante, una que parece no tener techo a la hora de crear grandes secuencias, momentos memorables y unos cuantos giros que harán que los fans se jalen el pelo. 

Continuando donde quedó Mission: Impossible – Fallout de 2018, esta séptima entrega envía a Ethan Hunt una vez más a una peligrosa misión de donde viviremos persecuciones automovilísticas, tiroteos y acrobacias que te destrozan los nervios. Tom Cruise sigue siendo la pieza central de la marca y, aunque uno sospecha que el cineasta Christopher McQuarrie puede estar guardando algunas de las escenas más importantes para la segunda parte (que se estrenará el próximo verano), este primer capítulo es lo suficientemente entretenido por sí solo, con un toque más operístico que las anteriores.

Ethan (Cruise) y el resto de su equipo, Luther (Ving Rhames) y Benji (Simon Pegg), tienen la tarea de recuperar una llave de dos piezas perdida que tiene la capacidad de desbloquear ‘La Entidad’, una misteriosa, y toda poderosa IA que puede desmantelar los sistemas de defensa del mundo. Su búsqueda lo pone en contacto con la ladrona experta Grace (Hayley Atwell) y un terrorista de su pasado llamado Gabriel (Esai Morales), quien hace mucho tiempo mató a una mujer que Ethan amaba. 

Esta es la tercera película consecutiva de Misión: Imposible de McQuarrie y, al igual que con Rogue Nation y Fallout, Dead Reckoning es un thriller apasionante que descansa en sus escenas de acción, que sobra decir que son espectaculares, además que se sostiene por los matices emocionales de los personajes, haciendo que el filme sobresale comparados con otros. Al igual que con el anterior M:I de McQuarrie, la misión de Ethan se verá complicada por la presencia de Ilsa (Rebecca Ferguson), una encantadora ex agente británica que opera sola y que parece entender a Ethan mejor que nadie. No hay tanta fricción romántica entre ellos como en los capítulos anteriores debido a que los personajes ya se encuentran en otro nivel de trato, pero también se debe que Ethan se siente atraído por Grace, que es tan hábil en el engaño como él, lo que genera una tensión sexual inquietante.

Mucho se ha dicho sobre la voluntad de Cruise de poner su cuerpo en peligro en nombre de una gran escena de acción, pero la estrella, que recientemente cumplió 61 años, no es tan ágil como antes. Tal vez como resultado, los escenarios de Dead Reckoning no superan lo que ha habido antes en esta franquicia, pero aun así, las secuencias de suspenso se ejecutan con tanto fuerza, que en ocasiones nos quedamos sin aliento, además que McQuarrie logra introducir un peso más dramatico para elevar la escena, o un momento cómico, como una persecución en un carro amarillo todo pequeño.

La puesta en escena de la cinta sigue siendo el punto más importante de las películas de M:I, con la ayuda de la nítida cinematografía de Fraser Taggart y la vibrante partitura de Lorne Balfe, las secuencias son aún más convincentes porque no hay música que saque, los sonidos diegéticos brindan todo el acompañamiento auditivo requerido. En todo momento, Dead Reckoning presenta una acción limpia y precisa que nunca se siente demasiado forzada, gracias a lo más impresionante del filme: su montaje, que logra un ritmo más que brillante entre los cortes de las imágenes. 

Como su título indica tendremos que esperar la resolución de la historia, razón por lo cual Dead Reckoning a veces se esfuerza por estar a la altura de los altos estándares de las entregas anteriores, especialmente al presentar esta última amenaza global aún más aterradora que todas las anteriores. Del mismo modo, a Ethan se le vuelve a advertir que tendrá que arriesgarlo todo, incluido lo más cercano a él que son sus amigos, para lograr su misión imposible. En este punto, ya sabemos que es muy probable que comprenda completamente las posibles consecuencias de la vida que ha elegido, y es ahí donde el guion brilla más que nunca, a la hora de construir todavía mucho más a sus personajes, razón por la que hay una gran sorpresa a mitad del filme. 

Un punto atractivo es la incorporación de Atwell, que se inserta sin esfuerzo a este mundo de espionaje de alto voltaje, mientras que el suave villano de Morales exuda una serena seguridad en sí mismo que es inquietante y por momentos da miedo. Y a medida que Cruise envejece, su Ethan ha comenzado a mostrar signos de vulnerabilidad, lo que otorga una humanidad más que importante en la evolución del personaje.

Queda muy claro que el listón para la parte final de esto será muy alto, y se esperá que lo veamos sea más imponente. 

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