Guillermo del Toro toma la novela de Gresham sobre un estafador ambicioso y la lleva al más puro estilo del cine noir donde reune un reparto liderado por Bradley Cooper, Rooney Mara y Cate Blanchett.
Nightmare Alley (2021)
Puntuación: ★★★½
Dirección: Guillermo del Toro
Reparto: Bradley Cooper, Rooney Mara, Cate Blanchett, Toni Collette, Willem Dafoe, David Strathairn y Richard Jenkins
Disponible: Estreno en cines
Guillermo del Toro regresa al cine como director después del exitoso filme “La forma del agua” (ganadora del premio Oscar a la mejor película), con una adaptación de la fascinante novela Nightmare Alley de William Lindsay Gresham publicada en 1946. Dicho proyecto ha sido todo un sueño para el mexicano, cuya carrera se ha definido por sus pasiones, un cineasta auto declarado que pasa tuiteando sobre el trabajo de otros colegas cada vez que puede, incluso pasa recomendando películas en dicha cuenta.
Podemos empezar diciendo que Nightmare Alley puede ser su película más bella, sin mencionar a los actores que aparecen en pantalla. El filme es un noir fantástico cargado de un estilo que traspasa la pantalla, la fotografía y la música se van uniendo de una forma sofisticada para darle el punto correcto a la historia, pero pese a toda esa belleza, a esa historia que ya es fascinante desde los primeros minutos que te sientas a verla, al elenco impresionante, la cinta se siente engañosa como su protagonista estafador poco confiable, hay algo que hace que no logres comprar todo ese empaque que crea del Toro, algo que ocurría con su cinta Crimson Peak.
Siendo sinceros el principal problema de Nightmare Alley es que tiene todo lo mejor de su director y al mismo tiempo todo lo malo, como dijimos el apartado visual es hermoso, la fotografía cargada de sombras que acechan al personaje protagonista, el diseño de producción es tétrico especialmente todo lo que tiene que ver con la feria o el despacho de Dra. Lilith Ritter, todos esos detalles se ven reforzados por la atmósfera siniestra, oscura y policíaca, muy noir hay que decir; pero para lograr toda esa belleza visual del Toro sacrifica dos cosas muy importantes: algunos elementos narrativos que no terminan de cerrar bien o nunca les da el espacio correcto, haciendo que muchos personajes secundarios queden fuera de la línea o en el peor de los casos de la narrativa, punto que nos lleva a mencionar que el director alarga algunos momentos, reitera unos y hace que el ritmo de la cinta caiga en varias ocasiones.
Bradley Cooper interpreta a Stan, un hombre misterioso que se une a un grupo personas que trabajan en una feria, ahí aprende sus costumbres y al mismo tiempo se va conociendo mejor y de lo que es capaz de hacer por lograr un espacio, llegando a encontrar una habilidad para teatralidad y un ingenio para el engaño, aquí logra desarrollar un encanto para endulzar la oreja, es así como seduce a la joven Molly (Rooney Mara), quien termina siendo la asistente de este cuando se van de la feria hacia la ciudad donde se vuelven famosos hasta que se cruzan con Lilith (Cate Blanchett), una mujer seductora que logra captar la atención de Stan y lo involucra en una estafa mayor.
Cooper es elegante y un poco cautivador como Stan, pero puede ser por la forma que está planteado el guión o simplemente el tipo de personaje que es, que el actor no logra llenar la pantalla, le cuesta mantener la presencia y no logra tener una química con Mara y ni mencionar como Blanchett se lo devora, esta última aparece en el segundo acto de la trama y es un huracán de emociones.
Pese a todo lo bueno y malo que hemos venido mencionando, no podemos negar que Del Toro es un maestro a la hora de construir mundos y personajes que se te quedan grabados. Su interesante visión de la obra de William Lindsay Gresham, parece una historia propia del maestro, detalle que la hace atractiva, pero el cineasta autoindulgente toma el material original y lo estira torpemente, y es cuando entra la parte fea de comparar las dos versiones llevadas a la pantalla grande, donde la versión de Edmund Goulding al no tener los recursos necesarios (incluso para la época) logró plasmar más eficientemente las ideas de Gresham, dándole más peso a los personajes que al empaque visual.
Si hay un momento de esta nueva versión que funciona mejor que la anterior, es su final, dicha última escena es devastadoramente sombría, inquietante como una pesadilla y es donde compensa el trabajo de Cooper, pese que para los que hayan leído el material o visto su primera versión sabrán que del Toro subraya mucho al inicio del filme el acto que veremos al final, pero fuera de este detalle, es uno de los mejores finales en la filmografía de del Toro.